Omar Sosa dice que vive experimentando constantemente y "eso me da fuerza"
- Santander
Cuba, Ecuador, Estados Unidos y ahora España forman parte del recorrido vital de Omar Sosa, quien ha emprendido un viaje musical y espiritual, en busca de sus raíces, con África como destino. Es pianista de jazz pero se está adentrando en la música sinfónica, porque, según confiesa, vive experimentado constantemente y eso le da fuerza.
"No hay nada más lindo que enfrentarse a uno mismo en cada momento", afirma, en una entrevista con EFE, este artista polifacético que comienza hoy en Santander una gira que le llevará este mes a Barcelona (día 22) y a Cáceres (28).
En esos conciertos sonará en vivo "Afreecanos", su último disco, que refleja la parte "más femenina de África", la más sutil, y en el que explora ese "camino melódico" donde confluyen distintas tradiciones, de Senegal a Brasil, aunque la percusión sigue siendo esencial.
Omar Sosa se rodeó en el estudio de grabación de músicos de procedencias diversas, mayoritariamente africanos, y en la gira compartirá escenario con el bajista Childo Tomas, el percusionista Marcos Ilukan y el cantante senegalés Mola Sylla.
Para el pianista y compositor de Camagüey, "Afreecanos" es "un concepto" y puede sonar con él al piano, con un trío o con un cuarteto. Ante todo, explica, está el deseo de transmitir un mensaje de "unidad y entrega" y de crear con el público lo que en Cuba se conoce como "un dime que te diré".
También en la isla se dice que "quien no tiene de congo, tiene de caribalí", es decir, que "de alguna manera todos venimos de la madre África" aunque en Cuba y Brasil la "diáspora africana" adquiere un carácter especial.
Los dos países han pasado, en su opinión, de ser colonias a convertirse en "potencias culturales", pero mientras Brasil tiene un Caetano Veloso o un Gilberto Gil, Cuba no cuenta con "una voz cantante capaz de llenar un estadio de 120.000 personas", como hicieron Silvio Rodríguez y Pablo Milanes en un momento "políticamente contestario en el mundo", unos tiempos que "desafortunadamente" han quedado atrás, apunta.
Omar Sosa llegó al piano después de abandonar el violonchelo, un instrumento que de niño le parecía muy exótico, por la percusión, que también dejó, a su vez, tras averiguar que en toda la isla apenas había media docena de xilófonos y vibráfonos y lo iba a tener difícil para trabajar.
Y es que este artista se define como un hombre práctico que se repite el lema "haz lo que puedas, estira el brazo hasta donde alcances", pero también como un soñador.
La percusión le permitió ver la profundidad que tiene el ritmo. "Sin ritmo estamos muertos, el corazón es ritmo y la sangre moviéndose es ritmo", subraya Sosa, a quien ahora le llama la música sinfónica. Seis años después de escribir su primera obra para orquesta, estrenará la segunda, "Nuestra Madre África", en la que se dan la mano el mundo clásico y las tradiciones de ese continente y se mezcla la partitura bien cerrada con la improvisación.
Será el 9 de julio en Girona, bajo la dirección de Luis Caballero, y contará de nuevo con Mola Sylla, cuya voz le ha inspirado esta nueva aventura.
Sosa vive desde hace unos años en Barcelona y por el momento no se plantea volver a Cuba. Cree que él ha cambiado mucho desde que salió de la isla, que su familia ya es "muy española" y que la situación en su país es "como una película de Fellini... o de Hitchcock". Sin embargo piensa que "el mañana siempre ha de ser mejor". Lola Cams
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