Los descendientes de la Reina Victoria padecían hemofilia B, según un estudio
- REDACCIÓN
El "mal de sangre" que padecían los descendientes de la reina Victoria de Gran Bretaña en el siglo XIX y el siglo XX probablemente se debió a una forma grave de la hemofilia B, reveló un estudio divulgado hoy por la revista Science.
Según Evgeny Rogaev, científico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts, esa fue la conclusión del análisis hecho a los restos óseos de la esposa y los hijos del zar Nicolás II, que eran descendientes de la monarca británica.
El examen del ADN reveló una mutación en el cromosoma X del gen que controla el factor IX de la coagulación de la sangre y que determina la hemofilia B.
Según el informe, la zarina Alejandra, nieta de la Reina Victoria y dos de sus hijos, el príncipe Alexei y su hermana Anastasia, tenían mutaciones genéticas vinculadas a ese trastorno de la coagulación sanguínea.
Rogaev, autor principal del estudio, indicó que el problema también afectó a las familias reales de Alemania y España.
Debido a que la enfermedad está vinculada al cromosoma X, el problema es transmitido a través de la línea materna pero sólo se manifiesta en los descendientes varones.
Según los científicos, el gen de la hemofilia B parece haber surgido de una mutación espontánea en la Reina Victoria.
La monarca transmitió el problema a sus hijas Alicia y Beatriz y su hijo, Leopoldo, murió desangrado a los 30 años después de un accidente.
La forma más común de la enfermedad es la Hemofilia A que consiste en la falta de un factor coagulante en la sangre y afecta a uno entre 5.000 y 10.000 varones.
La hemofilia B, causada por la deficiencia del factor IX, afecta a uno entre 20.000 y 34.000.
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