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El campeón austríaco Hermann Maier anuncia su retirada del esquí profesional
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"Herminator" Maier, posiblemente el mejor esquiador de todos los tiemposMadrid, 13 oct (EFE).- Señalar a un único deportista como el mejor de la historia en su disciplina es tarea complicada y propensa a la injusticia, pero el caso de Hermann Maier no admite dudas para los que, aparte de su talento, apreciaron la inigualable capacidad de superación de quien regresó a lo más alto del esquí alpino tras estar a punto de sufrir la amputación de una pierna.El austriaco -apodado "Herminator" por la contundencia y espectacularidad de sus victorias- ya lo había ganado todo cuando, el 24 de agosto de 2001, otra de sus pasiones casi le cuesta la vida.Ese día, Maier estrelló su moto contra un coche en Radstadt, cuando regresaba de entrenarse en Obertauern (también en Salzburgo).La noticia abrió los informativos del país.Su vida, por fortuna, no corría peligro.Su pierna derecha, sí.Maier la salvó, acabó recuperándose, volvió a esquiar y no sólo saboreó de nuevo la victoria, sino que añadió más títulos a su ya brillante palmarés.No fue el que más carreras ganó.Sus 54 victorias en Copa del Mundo (55, si no se tiene en cuenta la absurda descalificación en el gigante de Val D'Isere'97, por quitarse un esquí en zona de meta) le dejan segundo, lejos de las 86 del sueco Ingemar Stenmark.Tampoco fue el que más veces se adjudicó la general de la Copa del Mundo.Su compatriota Marc Girardelli, que compitió toda su carrera por Luxemburgo, ganó cinco; una más que él.Y por encima de todos ellos, otra austriaca, Anne Marie Moser-Proell, dejó en seis la plusmarca histórica en la competición de la regularidad.El más laureado del olimpismo -con cuatro oros, dos platas y dos bronces- es el noruego Kjetil Andre Aamodt, que también detenta el récord de medallas en Juegos y Mundiales (20).El 'cinematográfico' austriaco Toni Sailer (en Cortina'56) y el francés Jean-Claude Killy (Grenoble'68) hicieron pleno en una cita olímpica.Y entre los grandes campeones que dio el esquí, el más carismático fue Alberto Tomba, que encabeza el santuario alpino italiano junto a otro mítico, Gustavo Thoeni.Maier no pertenece al selecto club de ganadores en todas y cada una de las cinco disciplinas, como lo hiciera, por primera vez, el suizo Pirmin Zurbriggen, en los 80; proeza que completaron más tarde Girardelli y Aamodt, el austriaco Guenther Mader y el noruego Lasse Kjus; antes de que lo hiciera, por último, el genial Bode Miller, único que lo logró, al igual que Girardelli, el mismo año (ganando, además, eslalon, gigante, 'súper' y descenso en tan sólo 16 días).Tampoco reinó en la disciplina reina, el descenso, como hiciese su compatriota el "Kaiser" Franz Klammer, el esquiador más querido de la historia de Austria, profeta en su tierra al ganar el oro olímpico en los Juegos de Innsbruck'76.Pero quién sabe cuáles hubieran sido los números del astro de Flachau de no haber sufrido el accidente que le tuvo apartado de la alta competición durante exactamente 675 días.Y de haber iniciado antes una carrera que se retrasó, al quedar 'cortado' de las selecciones inferiores por unos técnicos que le consideraron demasiado enclenque y débil.Maier forjó su corpulencia no sólo en las pistas, sino también como albañil.No obstante, se ganó a pulso su entrada en el 'Wunderteam' que pasó a comandar poco después.Costeándosela él mismo, ganó la Copa de Europa 95-96 y llamó la atención como abridor de la prueba de Copa del Mundo en 'su' Flachau, antes de debutar en la máxima categoría el 10 de febrero del 96 en Hinterstoder (Austria), en un gigante en el que acabó el 26, justo un año antes de su primer triunfo, en el supergigante de Garmisch-Partenkirchen (Alemania).La 97-98 fue la temporada de su explosión definitiva.Ganó su primera Copa del Mundo y un 'viernes, 13', el de febrero de 1998, protagonizó la "caída del siglo", al volar por encima de las redes de seguridad en el descenso de los Juegos de Nagano (Japón), provocándose una serie de heridas que no le impidieron, días después, ganar el oro olímpico en gigante y 'supergigante'.Dando origen a la leyenda del "Herminator", el campeón "extraterrestre".Esa campaña se convirtió, curiosamente, en el segundo austriaco en ganar la Copa del Mundo -28 años después de que lo lograra otro legendario, Karl Schranz-, triunfo que repetiría la 99-2000 y 2000-01, esta última igualando el récord de victorias en un mismo curso (13) de Stenmark y dejando el de puntos en un total de 2.000.El brutal accidente de moto le apartó de la competición durante casi dos años, los que coincidieron con el periplo triunfal de su compatriota Stephan Eberharter, con el que muchos le quisieron enfrentar tras su reaparición, el 14 de enero de 2003 en el gigante de Adelboden (Suiza), el gigante por excelencia.Pero Maier sólo hay uno, como rezaba la canción que le dedicaban sus incondicionales ("Ein Hermann Maier, es gibt nur ein Hermann Maier") y trece días después de su vuelta, ganaba un supergigante, la disciplina en la que nadie ha vencido más veces que él (24).Lo hizo en Kitzbuehel (Tirol), en la meca del esquí, la estación en la que más veces se impuso, seis, al igual que en Beaver Creek (EEUU), donde obtuvo sus títulos mundiales de descenso y súper-G.Poco después, en St.Moritz (Suiza), capturó plata mundial en el 'súper' y en diciembre de 2003 volvió a ganar un descenso, la temporada en la que se anotó por cuarta vez la Copa del Mundo.Dos años y medio después de que casi le amputaran una pierna.Contradijo muchas teorías científicas al volver a vencer también en gigante, disciplina en la que se exige una mayor rotación de la rodilla.Fue campeón del mundo de esa modalidad en Bormio'05 (Italia) y arrancó con victoria la temporada 2005-06, en el gigante de Soelden (Austria), donde se le echará mucho de menos dentro de dos fines de semana, en la inauguración de la nueva temporada.En los Juegos de Turín'06 ganó plata en supergigante y bronce en gigante y a los 34 años se marcó la frivolidad de cambiar sus esquís triunfales, Atomic, por la marca local Head, con la que afrontó el reto de intentar volver a lo alto de un podio.Casi tres años después, volvió a ganar una carrera de Copa del Mundo, una semana antes de cumplir los 36: el supergigante de Lake Louise (Canadá), el pasado 30 de noviembre.Después de someterse a una nueva operación nada más acabar la pasada temporada y, a pesar de haber regresado a los entrenamientos, su rodilla derecha no aguantó más.Hoy anunció su retirada en Viena.Posiblemente, el mejor esquiador de todos los tiempos.