El ministro brasileño de DD.HH. defiende la entrega de un menor a su padre estadounidense
- Milerick Alvendas
El ministro de la Secretaría Especial de Derechos Humanos de Brasil, Paulo Vannuchi, defendió hoy la decisión de la Justicia brasileña de entregar al menor estadounidense Sean Goldman a su padre, David Goldman.
En un comunicado de la secretaría, que tiene estatus ministerial, Vannuchi señaló que la decisión tomada hace una semana por el Supremo Tribunal Federal (STF), la máxima corte de Justicia del país, "se acoge a la Convención de La Haya", de la cual Brasil es signatario.
"Todo menor llevado del país en que vive para otro y que allí sea retenido sin el consentimiento de uno de los padres, debe ser inmediatamente devuelto para que todas las cuestiones relativas a la custodia y a las visitas sean decididas en el país de su residencia habitual", apuntó.
Sin embargo, Vannuchi aseguró que el Gobierno brasileño "dará el apoyo necesario para resguardar, en los términos de la Convención, la convivencia familiar del menor con su familia brasileña".
La opinión de Vannuchi se dio a conocer casi inmediatamente después que la familia materna del menor comunicó que presentará ante la Justicia local un pedido de apelación para revocar la decisión del STF y obtener la guarda del niño.
El abogado de la abuela materna, Sergio Tostes, divulgó una nota de prensa en la que la familia materna de Sean "no da por terminado el proceso judicial" y aspira a que con el recurso el menor sea escuchado ante un juez.
El niño era reclamado en los tribunales por su padre desde el año 2004, cuando la madre, la brasileña Bruna Bianchi, se lo llevó a Brasil de vacaciones y nunca regresó a Estados Unidos.
Bianchi, que volvió a casarse en Brasil, falleció en 2008 durante el parto de su segunda hija.
El menor quedó entonces en manos de su padrastro de forma provisional, mientras las autoridades dirimían quién tenía derecho a quedarse con él, si la abuela materna o el padre biológico.
El último jueves, el menor viajó a Orlando en compañía de su progenitor en un avión fletado por una cadena de televisión estadounidense.
Los abuelos maternos y el padrastro del menor, que disputaban la custodia con el padre, entregaron al niño de nueve años en el consulado de Estados Unidos en Río de Janeiro, en cumplimiento de la sentencia en última instancia del STF.
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