La industria del yute resurge como opción para enfrentar la contaminación ambiental
- Belén (Brasil)
La industria de la producción de fibras naturales como el yute y la malva, cultivadas en Brasil en las riberas de los ríos amazónicos, resurge como una opción para enfrentar problemas de contaminación ambiental generado por el uso de bolsas plásticas, apuntaron hoy fuentes del sector.
"El yute y la malva tuvieron ya una época de auge en Brasil, pero después las fibras sintéticas comenzaron a sustituirlos y muchas empresas tuvieron que cerrar. Ahora resurgen como una alternativa ecológica, comentó e Efe el agrónomo Arlindo Leao, secretario ejecutivo del Instituto de Fibras de la Amazonía (Ifibram).
El polipropileno pasó a sustituir las fibras de yute y malva y al algodón utilizado para fabricar el empaque de los productos agrícolas brasileños.
También el llamado transporte "a granel", en el que el producto agrícola es llevado directamente en los contenedores de camiones y navíos, sin ser empaquetado en sacos, redujo la demanda de fibras naturales
En Brasil, las cadenas de supermercados han comenzado a analizar alternativas para sustituir las bolsas de plástico por otro tipo de empaque con material biodegradable o natural, como el caso del yute y la malva.
Leao recordó que los primeros cultivos de yute y malva en Brasil fueron plantados en la década del treinta por inmigrantes japoneses, que después de probar la germinación de las semillas traídas de India en varias regiones del país consiguieron desarrollarlas en las riberas de los ríos de la Amazonía.
"Para el plantío no se desforesta la selva, pues se usa sólo las riberas de los ríos donde no hay vegetación y el cultivo dispensa el uso de fertilizantes químicos y agrotóxicos", apuntó Leao.
Una de las empresas banderas del sector, la Compañía Textil de Castanhal (CTC), procesó cerca de 12.000 toneladas de yute, utilizado en la fabricación de sacos para empaquetar café de exportación y batatas y en tejidos para la industria automotriz, artesanal, de tapetes y decoración, entre otros.
El gerente de ventas de CTC, Ilton Sagioro, explicó que en la producción, realizada con telares irlandeses, suizos y españoles, "son sólo utilizados aditivos orgánicos y aceites vegetales, lo que hacen un producto totalmente biodegradable, que después de descartado se desintegra en menos de un año sin dejar residuos".
Para conseguir atender la demanda del país suramericano, de 22.000 toneladas, las empresas brasileñas dedicadas a ese sector deben completar la materia prima con la importación de entre 8.000 y 10.000 toneladas de yute de Bangladesh, el único país con capacidad exportadora de la fibra.
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