Ban lamenta la muerte de la Premio Nobel de la Paz keniana Wangari Maathai

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, lamentó hoy "profundamente" la muerte de la Premio Nobel de la Paz de 2004, la keniana Wangari Maathai, "una reconocida defensora mundial de los derechos humanos y de la igualdad de la mujer" y una "pionera" en materia medioambiental.

El portavoz de Ban, Martin Nesirky, mostró ante la prensa el gran pesar del secretario general por el fallecimiento de la profesora Maathai, "una pionera a la hora de articular los enlaces entre los derechos humanos, la pobreza, la protección del medio ambiente y la seguridad".

La reconocida activista falleció el domingo en el Hospital Nairobi de la capital keniana a los 71 años, tras una larga lucha contra un cáncer de ovarios.

Su fallecimiento, dijo el portavoz de Ban, es "una pérdida para el pueblo de Kenia y el mundo entero, sobre todo mientras nos preparamos para celebrar el próximo año el crucial encuentro de Rio+20 sobre desarrollo sostenible".

"Maathai contribuyó durante muchas décadas a impulsar los ideales y objetivos de Naciones Unidas", señaló Nesirky, quien recordó que, "debido a su gran compromiso, el secretario general la nombró Mensajera de la Paz del organismo internacional en 2009, centrada en medio ambiente y cambio climático.

La activista también fue elegida en 2010 como parte de un grupo de expertos para impulsar el progreso para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

"Sirvió con efectividad y entusiasmo en ambos puestos", dijo el portavoz de Ban, quien subrayó la colaboración entre Maathai y la ONU, en la que dejó patente "su inspiradora elocuencia y calor humano" mientras luchaba a favor del desarrollo sostenible y el respeto a los derechos humanos.

Maathai, afamada ecologista, activista social, fundó el Movimiento del Cinturón Verde en 1977, uno de los programas de más éxito de protección medioambiental, gracias al cual se han conseguido plantar más de 30 millones de árboles en África.

Su lucha contra el opresivo régimen de Daniel Arap Moi en Kenia y sus esfuerzos por conservar el medio ambiente le valieron el Premio Nobel de la Paz en 2004, con lo que se convirtió en la primera mujer africana en obtener este galardón.