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¿A quién admiras?
Katherine Palacio P./CrÃtica - Publicado:
No sé si ustedes, amigos lectores, han sentido algún día la necesidad de creer en alguien, de admirar a alguien, de ser como alguien.Yo sí y en múltiples ocasiones; y conozco muchas personas que han pasado por esto.Si no encontramos ese alguien, los católicos nos volcamos en Dios; los terrícolas, es decir, los pragmáticos, buscan a alguien que en ese momento haya sobresalido en las noticias del día en el mundo, aunque no lo conozcan; los más sencillos lo buscan entre las personas allegadas a ellos.Y los encontramos; pero los admiramos hacia adentro porque nos da vergüenza exteriorizarlo.¿Por qué? Tal vez por inseguridad; tal vez por ignorar que debe ser parte de nosotros y de millones más en el mundo.Muchas veces es el miedo al qué dirán de nuestros sentimientos íntimos, a no permitir que otros conozcan lo que llevamos dentro.¡Qué estupidez! Les digo por experiencia propia que es muy agradable permitir esa incursión de otros en nuestro mundo.¿No creen ustedes que cada uno tiene cosas hermosas que los demás deban conocer?Bueno, a lo que voy es que admiro a los norteamericanos que son expresivos, que tienen ídolos, que encuentran figuras que los representen en su imagen y en su identidad.Si un astronauta regresa de su viaje, se pasea por las calles de Nueva York y hay millones de personas que lo vitorean, lo aplauden y sienten orgullo de que sea norteamericano y haya hecho una hazaña que ellos no hicieron, pero sin envidia, con admiración.Y se gastan su tiempo en hacerlo.Cuando se supo que John F.Kennedy Jr., había muerto trágicamente, las noticias decían que el pueblo norteamericano lloraba su muerte.Yo me pregunté por qué los panameños no tenemos ídolos, no lloramos a nadie.Hace un año lo hicimos con la muerte de Victorio Vergara y lo tratamos como a un ídolo; a pesar de esto, muchas personas que no lo conocían se preguntaban por qué esa despedida.Yo les decía: cada pueblo necesita tener en quién mirarse, a quién adorar y admirar.Por otro lado me preguntaba: ¿cuáles otros antes de Victorio?, ¿cuáles después? ¿Es que los panameños no realizamos hazañas como para recibir el aplauso de los compatriotas y sólo nos dan críticas? Pareciera que fuéramos fríos, incapaces de dar reconocimientos a otros, de desbordarnos en emociones, que estuviéramos tan enconchados en nosotros mismos que no apreciamos el valor de los que están a nuestro lado.¿Cuántos homenajes se hacen al año a panameños distinguidos o que han trabajado su vida entera por el país o por alguna faceta en especial? En cambio, ¿a cuántos destrozamos con críticas implacables?, ¿es esa nuestra especialidad, nuestra idiosincrasia?Necesitamos madurar para compartir, para reconocer, para darnos cuenta que existen otros mejores que uno.Necesitamos crecer en estatura moral para comprender lo hermoso de ver en otros lo que quisiéramos ser nosotros, y fascinarnos con los valores ajenos dándoles el lugar que merecen.Nos hace falta mucho; nos falta madurar para liberarnos y decir sin restricciones: ¡qué gran hombre o gran mujer y qué labor hermosa ha llevado a cabo! En nosotros es una excepción; pues convirtámoslo en costumbre, en algo común como lo vemos en gente más desarrollada.Por otro lado, si esa persona falla en algo, no lo perdonamos como si los demás no fueran humanos.No podemos continuar viviendo tan pobremente.Si nos abrimos a los demás, seremos más felices.Permitamos que la necesidad de tener ídolos nos engrandezca y nos llene de satisfacción.Piensen en lo que hoy les escribo y verán cómo se sentirán más agradados de ver en otros lo que tienen de positivo y hermoso.