Panamá
Algunos cuentos permanentes contra la industria minera
- Carlos Salazar
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En otros artículos, hemos explicado claramente que la industria minera no compite por agua con el Canal de Panamá.

La República de Panamá no ha generado aumento en su deuda externa como consecuencia de la actividad minera. Esto hay que explicárselo a los eternos difusores de ideas, conceptos y elucubraciones que dejarían acomplejado al mismísimo Irwin Allen (creador de El Túnel del Tiempo, Viaje al Fondo del Mar, Tierra de Gigantes y Perdidos en el Espacio). Los chinos no determinan el precio del cobre en los mercados internacionales; y por si fuera poco, los Estados Unidos acaban de incluir al cobre en su lista de minerales estratégicos.
En otros artículos, hemos explicado claramente que la industria minera no compite por agua con el Canal de Panamá. Por el contrario, la minería es pionera en aplicar el concepto de cosecha o colecta de agua de lluvia para el uso en sus procesos de circuito cerrado o recirculación. La falta de agua en el canal se debe a la disminución de las lluvias, entre otros factores, por la brutal deforestación de los bosques en nuestro país. Esto es producto del avance de la motosierra en el proceso de ampliación permanente y descontrolada de la frontera agropecuaria.
Tampoco tiene nada que ver con la contaminación de cientos de ríos a lo largo y ancho del territorio nacional ni de otras fuentes hídricas. Además, la industria minera es la única que permanentemente realiza muestreos y análisis de la calidad de las aguas alrededor de los proyectos. Incluso con la participación de las autoridades nacionales correspondientes y con las poblaciones de las comunidades cercanas a los proyectos.
La Bahía de Panamá, la letrina más grande de América, se contaminó sostenidamente como consecuencia de muchos factores, y ninguno relacionado con los proyectos mineros vigentes de nuestro país. Por otro lado, la inundación y transformación de nuestras ciudades a ciudades basura, no tiene nada que ver con la minería.
Últimamente se ha inventado el concepto de un enclave colonial, nada más absurdo y grosero. Panamá no ha cedido ni un milímetro de su territorio, tampoco ha renunciado a su titularidad, jurisdicción ni soberanía. Llamar vende patria a quienes cumplimos el sueño de estudiar una carrera relacionada a las ciencias de la tierra y la minería es una verdadera muestra de la desesperación de aquellos que ni entienden ni entenderán cómo funciona la industria minera.
Con el contrato anterior, estos genios de la economía y candidatos a ganar el premio Nobel, insistían que las empresas pagaban 2% de regalía y se ganaban el 98% restante, denotando su infinita ignorancia en temas de negocios. Hoy insisten en que, si se paga 12% de regalía, la empresa se gana el 88%, y si se paga 16%, entonces la utilidad que se llevan las empresas es del 84%. Por supuesto en sus mentes de ciencia ficción, en donde las empresas y proyectos no tienen absolutamente ningún tipo de gastos operativos, administrativos ni pagan salarios a su personal, y además les regalan los insumos, maquinarías, mantenimientos, equipos y todos los servicios pertinentes para su normal funcionamiento.
Los enemigos de la industria no descansan y reciclan los clichés que han venido repitiendo cual papagallos sin interesarse en estudiar ni entender cómo funciona la industria minera. Pero podemos hacer docencia, y aunque algunos se nieguen a aprender, seguiremos en nuestro empeño de compartir la verdad de los proyectos a toda la población nacional.
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