Analfabetismo informático
Publicado 2002/06/20 23:00:00
- Alfredo Arias G.
En la sección de clasificados, uno, un tanto más grande llamó mi atención. El gancho era fácil y directo: ¿En qué secundaria matriculo a mis hijos? Los beneficios del centro educativo en cuestión estaban claramente especificados: Especialidad en computación, dos horas diarias en cada año de la secundaria, grupos pequeños, profesores que quieren enseñar, aulas con aire acondicionado, etcétera, etcétera.
La proliferación de centros y planteles privados como éste, obedece a una sola causa. La prolongada ausencia de una verdadera política informática dentro del sistema educativo panameño. Nos hemos quedado atrás, retrasados en el medioevo, donde términos como "arroba", siguen siendo sólo una medida de peso. Para incorporarnos a la modernidad, el Ministerio de Educación busca hacer un nuevo planteamiento y tiene bachilleratos en fases experimentales en ciencias con instrumentación en informática y otro, un bachillerato industrial con especialización en la reparación de los equipos. Una vez estos proyectos pilotos culminen, ojalá el presupuesto y la buena voluntad lo transformen en realidad para miles de panameños.
A los de mi generación se nos ha hecho más difícil adecuarnos a las nuevas tecnologías, pero la edad no es excusa ante un mundo que se nos abre, lleno de posibilidades nuevas. Y a los jóvenes de hoy, para quienes PacMan y Atari son ya figuras de museos, la galaxia de oportunidades no tiene fronteras. A ellos no podemos cubrirles los ojos con el negro vendaje de la ignorancia y ofrecerles como opción viable, mecanografía los martes y los jueves. Y no se trata solamente de ofrecerles clases de informática para que sepan utilizar las computadoras en un futuro entorno de trabajo. Es ir más allá. Donde ojalá pudiésemos llegar, es al momento en que las computadoras se utilicen como herramientas del proceso de aprendizaje. En otros países, esto se conoce como CAI (Computer Aided Instruction) y pretende facilitar el proceso de aprendizaje al hacer de éste algo más entretenido, mediante el uso de animaciones, gráficas, sonidos, etcétera, con el fin de incrementar la retentiva e interés del estudiante. Aquí en Panamá, para el nivel básico, que comprende hasta el tercer año de secundaria, las computadoras deberán utilizarse de esta manera, como instrumento de apoyo, mas no como una asignatura. Esto es parte de un nuevo planteamiento, pero del dicho al hecho, siempre habrá mucho trecho. ¡Qué lejos estamos!.
El otro día escuché al pasar, a una profesora de mecanografía que llevaba su libro a editar; al mismo le había incluido algunas páginas con información sobre computadoras, pero según ella, sólo algunas pocas, ya que el contacto entre su estudiantado y las computadoras representaría una relación efímera y circunstancial. Tiene razón. Según cifras del Ministerio de Educación, de las 2,805 escuelas públicas primarias, sólo 187 de ellas cuentan con laboratorios de computadoras. Para las escuelas públicas secundarias la relación mejora, de 246 escuelas, 121 tiene acceso a laboratorios de informática, mejor, pero aún menos de la mitad. En los 183 colegios secundarios privados, 123 de ellos, sí tienen regularmente agendadas clases de computo y sí existen los laboratorios de informática. Por ésta, entre otras razones, padres voluntariosos hacían el esfuerzo de pagar matrículas en colegios privados, pues el egresado de ellos tendría mejores posibilidades. Ahora, con la recesión jamaqueando todos los bolsillos, el éxodo de estudiantes de escuelas privadas hacia las públicas es un hecho consumado. Parece el juego de piedra o papel o tijera, donde nadie gana, porque siempre alguno corta, envuelve o aplasta al otro. Nadie gana, ¡y qué lejos estamos!.
En los Estados Unidos, de 1980 hasta 1996, la cantidad de computadoras en las escuelas ha aumentado de una por cada 125 estudiantes, a una por cada nueve de ellos. Ese país lidera en la cantidad de computadoras por estudiante, pero Japón y otros países de Europa Occidental también están altamente computarizados. Con el advenimiento de las computadoras personales el uso de CAI, se impuso y hoy en día casi todas las escuelas norteamericanas, así como en la mayoría de los países industrializados, están equipadas con computadoras utilizadas más que como un medio, para complementar el proceso educativo. Además, el Internet, una red de computadoras interconectadas, que nos dio la nueva acepción para el vocablo "arroba", también le permite a los estudiantes el acceso al mundo sin salir de su casa, a cantidades vastísimas de información, que bien utilizadas sirven el noble propósito de aumentar sus capacidades de investigación sobre cualquier tema. Señores, ¡qué lejos estamos!.
La proliferación de centros y planteles privados como éste, obedece a una sola causa. La prolongada ausencia de una verdadera política informática dentro del sistema educativo panameño. Nos hemos quedado atrás, retrasados en el medioevo, donde términos como "arroba", siguen siendo sólo una medida de peso. Para incorporarnos a la modernidad, el Ministerio de Educación busca hacer un nuevo planteamiento y tiene bachilleratos en fases experimentales en ciencias con instrumentación en informática y otro, un bachillerato industrial con especialización en la reparación de los equipos. Una vez estos proyectos pilotos culminen, ojalá el presupuesto y la buena voluntad lo transformen en realidad para miles de panameños.
A los de mi generación se nos ha hecho más difícil adecuarnos a las nuevas tecnologías, pero la edad no es excusa ante un mundo que se nos abre, lleno de posibilidades nuevas. Y a los jóvenes de hoy, para quienes PacMan y Atari son ya figuras de museos, la galaxia de oportunidades no tiene fronteras. A ellos no podemos cubrirles los ojos con el negro vendaje de la ignorancia y ofrecerles como opción viable, mecanografía los martes y los jueves. Y no se trata solamente de ofrecerles clases de informática para que sepan utilizar las computadoras en un futuro entorno de trabajo. Es ir más allá. Donde ojalá pudiésemos llegar, es al momento en que las computadoras se utilicen como herramientas del proceso de aprendizaje. En otros países, esto se conoce como CAI (Computer Aided Instruction) y pretende facilitar el proceso de aprendizaje al hacer de éste algo más entretenido, mediante el uso de animaciones, gráficas, sonidos, etcétera, con el fin de incrementar la retentiva e interés del estudiante. Aquí en Panamá, para el nivel básico, que comprende hasta el tercer año de secundaria, las computadoras deberán utilizarse de esta manera, como instrumento de apoyo, mas no como una asignatura. Esto es parte de un nuevo planteamiento, pero del dicho al hecho, siempre habrá mucho trecho. ¡Qué lejos estamos!.
El otro día escuché al pasar, a una profesora de mecanografía que llevaba su libro a editar; al mismo le había incluido algunas páginas con información sobre computadoras, pero según ella, sólo algunas pocas, ya que el contacto entre su estudiantado y las computadoras representaría una relación efímera y circunstancial. Tiene razón. Según cifras del Ministerio de Educación, de las 2,805 escuelas públicas primarias, sólo 187 de ellas cuentan con laboratorios de computadoras. Para las escuelas públicas secundarias la relación mejora, de 246 escuelas, 121 tiene acceso a laboratorios de informática, mejor, pero aún menos de la mitad. En los 183 colegios secundarios privados, 123 de ellos, sí tienen regularmente agendadas clases de computo y sí existen los laboratorios de informática. Por ésta, entre otras razones, padres voluntariosos hacían el esfuerzo de pagar matrículas en colegios privados, pues el egresado de ellos tendría mejores posibilidades. Ahora, con la recesión jamaqueando todos los bolsillos, el éxodo de estudiantes de escuelas privadas hacia las públicas es un hecho consumado. Parece el juego de piedra o papel o tijera, donde nadie gana, porque siempre alguno corta, envuelve o aplasta al otro. Nadie gana, ¡y qué lejos estamos!.
En los Estados Unidos, de 1980 hasta 1996, la cantidad de computadoras en las escuelas ha aumentado de una por cada 125 estudiantes, a una por cada nueve de ellos. Ese país lidera en la cantidad de computadoras por estudiante, pero Japón y otros países de Europa Occidental también están altamente computarizados. Con el advenimiento de las computadoras personales el uso de CAI, se impuso y hoy en día casi todas las escuelas norteamericanas, así como en la mayoría de los países industrializados, están equipadas con computadoras utilizadas más que como un medio, para complementar el proceso educativo. Además, el Internet, una red de computadoras interconectadas, que nos dio la nueva acepción para el vocablo "arroba", también le permite a los estudiantes el acceso al mundo sin salir de su casa, a cantidades vastísimas de información, que bien utilizadas sirven el noble propósito de aumentar sus capacidades de investigación sobre cualquier tema. Señores, ¡qué lejos estamos!.
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