Atonía económica: fenómeno atípico
Publicado 2003/06/07 23:00:00
Desde el año 2000, la economía internacional, con excepción de China e India, experimenta bajos índices de crecimiento económico. Lo que empezó como una desaceleración, se ha transformado en un dinamismo económico débil de larga duración, sin caer en una recesión. A pesar de registrar índices de crecimiento positivo, el desempleo crece, las ganancias disminuyen, los mercados financieros registran altos grados de volatilidad como producto de la incertidumbre generada. Este desarrollo económico caracterizado por índices de crecimiento inferiores al 2% anual, pero de larga duración, lo denominamos atonía económica, un fenómeno atípico y raro en los anales de la historia económica.
Dicha situación la vive Japón desde 1990, cuando se desinfló la burbuja especulativa de la década del 80. En ese país la atonía se combina con el fenómeno de la trampa de liquidez, lo que conduce a la nación a una situación de deflación. La trampa de liquidez se produce cuando a pesar que la tasa de interés tiende cero el público, ya sean consumidores o empresas, prefiere dejar su dinero en los bancos. Este fenómeno también se conoce como exceso de ahorro. En Estados Unidos está pasando lo mismo. La gran prosperidad de los 90 genera una burbuja especulativa que se agota a mediados del 2000, lo que debilita la economía.
Para contrarrestar la atonía, la Reserva Federal instrumenta una agresiva política de reducción de las tasas de interés para disminuir el endeudamiento global de empresas y consumidores desde el año 2001, registrando la reducción de tasas más radical de los últimos 40 años. Pero hay dos problemas de esta estrategia: la primera es que la expansión de la economía capitalista no depende de la evolución de las tasas de interés, sino del desarrollo de actividades económicas que incrementen la tasa de ganancia. Si bien la disminución de las tasas reduce los costos de operación de las empresas e incrementa la capacidad de endeudamiento de los consumidores, de ninguna manera puede modificar la evolución natural de un ciclo económico derivado del exceso de capacidad productiva. La reducción de las tasas de interés incrementa el nivel de liquidez (dinero disponible) en el mercado y profundiza la trampa de liquidez. El segundo problema es que el capitalismo tiende a generar sobreproducción de bienes y servicios en muchos sectores de la actividad económica, provocando lo que se conoce como el subconsumo. La particularidad de la situación actual es que en vez de caer en una recesión o depresión, el resultado es una atonía económica (debilidad), pero de larga duración, que deriva en un proceso deflacionario.
En Panamá, por otras causas, vivimos un fenómeno de atonía económica desde 1999. Las causas son: El agotamiento del modelo basado en la plataforma de servicios internacionales que comenzó a mostrar problemas desde 1982, aunado a las ineficiencias de las políticas de Ajuste Estructural, y cuyos efectos nocivos sentimos hoy. Esto se refleja en el fenómeno del desempleo. Desde 1984, la economía panameña no genera empleos. En ese año, el desempleo alcanzó el 10.1% de la población económicamente activa, se incrementa a 16% en 1989, baja al 14% en 1994, baja a cerca del 12% en 1998, para nuevamente elevarse a casi el 14% en el 2002.
La atonía económica global y nacional puede prolongarse por mucho tiempo. Todo parece indicar que una fase de la evolución del capitalismo se ha agotado. Es necesario tomar en cuenta lo que algunos teóricos y estudiosos han denominado como los ciclos económicos de onda larga que tienen una duración promedio de 30 años. Entre 1880 a 1914 expansión; de 1919 a 1939 contracción; de 1947 a 1973 expansión; de 1974 hasta el presente inestabilidad generalizada.
El ciclo que se inició en 1974 parece haberse agotado en el 2000 por la siguiente razón: Mientras entre 1947 a 1973 la expansión tuvo como motor la reconstrucción de Europa y Japón sobre la base del desarrollo de la actividad productiva, desde 1974 el motor del sistema ha sido la especulación que primero se desinfla en Japón en 1990 y luego en Estados Unidos en el año 2000, lo que genera una situación de atonía generalizada.
La especulación desvía recursos de la actividad productiva y cuando pasa a la fase de burbuja económica destruye amplias ramas de la actividad económica, generando desempleo y disminuyendo la demanda agregada. Un ejemplo de lo anterior son las costosas fusiones que dan paso a reestructuraciones administrativas y productivas que llevan a despidos de personal a niveles significativos. Pero esta reducción de costos dispara el precio de las acciones, lo que revela el carácter especulativo de estas operaciones.
No creemos que una nueva reducción de las tasas de interés pueda modificar la tendencia actual, pues no parece que las tasas de ganancia se vayan a recuperar en el corto y mediano plazo. Las empresas no están invirtiendo sino reduciendo gastos por vía de las reestructuraciones que incrementan el desempleo. Otro factor a considerar es que mientras se prolongue la atonía las empresas pasan de una estrategia extensiva a una intensiva lo que no amplía los mercados.
*Subsecretario del Relaciones Internacionales del Colegio de Economistas de Panamá.
(mramos45@hotmail.com)
Ojalá mis apreciaciones del pasado se entierren como un simple escrito de un autor alejado de la realidad en Panamá; sin embargo, esta desmentida final queda en las manos de los actores de nuestro gobierno. Por ello hago esta aclaración. Si ella contribuye a que cesen las acusaciones y la politiquería que mi correo electrónico causó, para que así el gobierno y la sociedad científica se puedan sentar a confeccionar la ley y el plan de manejo de este patrimonio de la humanidad, quedaré satisfecho y como panameño me doy por bien servido.
Dicha situación la vive Japón desde 1990, cuando se desinfló la burbuja especulativa de la década del 80. En ese país la atonía se combina con el fenómeno de la trampa de liquidez, lo que conduce a la nación a una situación de deflación. La trampa de liquidez se produce cuando a pesar que la tasa de interés tiende cero el público, ya sean consumidores o empresas, prefiere dejar su dinero en los bancos. Este fenómeno también se conoce como exceso de ahorro. En Estados Unidos está pasando lo mismo. La gran prosperidad de los 90 genera una burbuja especulativa que se agota a mediados del 2000, lo que debilita la economía.
Para contrarrestar la atonía, la Reserva Federal instrumenta una agresiva política de reducción de las tasas de interés para disminuir el endeudamiento global de empresas y consumidores desde el año 2001, registrando la reducción de tasas más radical de los últimos 40 años. Pero hay dos problemas de esta estrategia: la primera es que la expansión de la economía capitalista no depende de la evolución de las tasas de interés, sino del desarrollo de actividades económicas que incrementen la tasa de ganancia. Si bien la disminución de las tasas reduce los costos de operación de las empresas e incrementa la capacidad de endeudamiento de los consumidores, de ninguna manera puede modificar la evolución natural de un ciclo económico derivado del exceso de capacidad productiva. La reducción de las tasas de interés incrementa el nivel de liquidez (dinero disponible) en el mercado y profundiza la trampa de liquidez. El segundo problema es que el capitalismo tiende a generar sobreproducción de bienes y servicios en muchos sectores de la actividad económica, provocando lo que se conoce como el subconsumo. La particularidad de la situación actual es que en vez de caer en una recesión o depresión, el resultado es una atonía económica (debilidad), pero de larga duración, que deriva en un proceso deflacionario.
En Panamá, por otras causas, vivimos un fenómeno de atonía económica desde 1999. Las causas son: El agotamiento del modelo basado en la plataforma de servicios internacionales que comenzó a mostrar problemas desde 1982, aunado a las ineficiencias de las políticas de Ajuste Estructural, y cuyos efectos nocivos sentimos hoy. Esto se refleja en el fenómeno del desempleo. Desde 1984, la economía panameña no genera empleos. En ese año, el desempleo alcanzó el 10.1% de la población económicamente activa, se incrementa a 16% en 1989, baja al 14% en 1994, baja a cerca del 12% en 1998, para nuevamente elevarse a casi el 14% en el 2002.
La atonía económica global y nacional puede prolongarse por mucho tiempo. Todo parece indicar que una fase de la evolución del capitalismo se ha agotado. Es necesario tomar en cuenta lo que algunos teóricos y estudiosos han denominado como los ciclos económicos de onda larga que tienen una duración promedio de 30 años. Entre 1880 a 1914 expansión; de 1919 a 1939 contracción; de 1947 a 1973 expansión; de 1974 hasta el presente inestabilidad generalizada.
El ciclo que se inició en 1974 parece haberse agotado en el 2000 por la siguiente razón: Mientras entre 1947 a 1973 la expansión tuvo como motor la reconstrucción de Europa y Japón sobre la base del desarrollo de la actividad productiva, desde 1974 el motor del sistema ha sido la especulación que primero se desinfla en Japón en 1990 y luego en Estados Unidos en el año 2000, lo que genera una situación de atonía generalizada.
La especulación desvía recursos de la actividad productiva y cuando pasa a la fase de burbuja económica destruye amplias ramas de la actividad económica, generando desempleo y disminuyendo la demanda agregada. Un ejemplo de lo anterior son las costosas fusiones que dan paso a reestructuraciones administrativas y productivas que llevan a despidos de personal a niveles significativos. Pero esta reducción de costos dispara el precio de las acciones, lo que revela el carácter especulativo de estas operaciones.
No creemos que una nueva reducción de las tasas de interés pueda modificar la tendencia actual, pues no parece que las tasas de ganancia se vayan a recuperar en el corto y mediano plazo. Las empresas no están invirtiendo sino reduciendo gastos por vía de las reestructuraciones que incrementan el desempleo. Otro factor a considerar es que mientras se prolongue la atonía las empresas pasan de una estrategia extensiva a una intensiva lo que no amplía los mercados.
*Subsecretario del Relaciones Internacionales del Colegio de Economistas de Panamá.
(mramos45@hotmail.com)
Ojalá mis apreciaciones del pasado se entierren como un simple escrito de un autor alejado de la realidad en Panamá; sin embargo, esta desmentida final queda en las manos de los actores de nuestro gobierno. Por ello hago esta aclaración. Si ella contribuye a que cesen las acusaciones y la politiquería que mi correo electrónico causó, para que así el gobierno y la sociedad científica se puedan sentar a confeccionar la ley y el plan de manejo de este patrimonio de la humanidad, quedaré satisfecho y como panameño me doy por bien servido.
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