Cartas desde el frente europeo
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¿Quién paga los platos rotos de la desdicha y discordia?, ¿quién será el pobre desdichado que reciba el golpe seco de autoría? Por lo que se está viendo en los medios, los culpables van a ser el partido que nunca ha estado dentro del palacio presidencial y otro partido que lleva 2 años fuera del poder.
- Alonso Correa
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- - Publicado: 19/10/2021 - 12:00 am
No es quien te la hace, sino quien te la paga. La autoridad de la acción se puede pasar por alto si el castigo es suficiente. El pobre desdichado que reciba, pues, el golpe seco de autoría; el que sea recordado por la historia como el causante de alguna desgracia, no siempre será el principal autor de los problemas que caen sobre la sociedad. Esa es la figura que se recordará, el infortunado que deberá cargar con el peso del acto de alguien más. Existen ejemplos de esta deleznable práctica a lo largo y ancho de la historia del mundo. Copias casi exactas de la misma estrategia puesta en práctica una y otra vez.
Pero hay un grupo que ha perfeccionado la técnica, convirtiéndose en maestros de una estrategia vil y corrosiva. Creada solo para separar poblaciones, señalar culpables y no arreglar los desperfectos. Y de manera escandalosa y desvergonzada han vuelto a ponerla en movimiento para esquivar el compromiso de hacerse cargo de las consecuencias. Los engranajes chorrean de aceite y los motores están calientes. La maquinaria mediática ya se ha puesto en marcha.
La crisis del 2008 para España fue ese golpe, esa caída que deja marcada a una persona para no volver a pisar el limoso piso de otra burbuja financiera. Fue tal el daño que aún hoy en día, 13 años después, se sienten los temblores de la implosión. Con un máximo de 6.2 millones de personas en el paro, la caída del PIB en 3 puntos y la clausura de miles de empresas, la crisis representó los miedos más profundos de una nación que estaba en el camino del crecimiento. Los culpables de esta época fueron un batiburrillo de incógnitas, casualidades, secretismos, mentiras y desenlaces. Sin poder señalar a más nadie que a los que estaban al frente y no movieron un dedo para evitar el catastrófico resultado. El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero desoyó los estruendos en el horizonte y encaminó a la nación hacia el barranco.
Pero es que da igual quién haya sido, no importa la calamidad por la que se haya pasado. Los medios de comunicación españoles, después de haber recibido jugosas cantidades de presupuesto publicitario, se han convertido en mercenarios estatales dispuestos a cambiar su ethos por dinero.
Ahora que el Tribunal Constitucional ha declarado ilegales los dos primeros confinamientos del país y el cierre del Congreso; ahora que la oposición está ganando votantes en todos los terrenos por los que pasa, es cuando suenan las alarmas. Ellos están buscando la forma de quemar madera verde para crear una pantalla de humo y poder esconder su ruina detrás. Empezó la orquesta a sonar.
¿Quién paga los platos rotos de la desdicha y discordia?, ¿quién será el pobre desdichado que reciba el golpe seco de autoría? Por lo que se está viendo en los medios, los culpables van a ser el partido que nunca ha estado dentro del palacio presidencial y otro partido que lleva 2 años fuera del poder. No aquellos que suben impuestos, mienten, ponen restricciones para luego saltárselas, los que se reparten millones de euros en 23 ministerios inútiles, los que usan descaradamente las “puertas giratorias”, los que tienen oro de dictaduras modernas a su nombre. No, ellos no.
Pero es que es tan grande, tan inmenso, el control que tienen sobre la secta que los sigue, que digan lo que digan, les van a creer. Da lo mismo que sean ellos los autores del asesinato de empresas y empresarios, porque para un Estado tan dividido como España, no es quien la hace sino quien te la paga.
Ganador del premio del Fórum de Periodistas.
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