Panamá
Banalización del debate
- Oriana Sofía Acuña Muñoz
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- opinion@epasa.com
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Hoy esta forma de debates merece un nombre, y a la verdad ya lo tendría, el de meros pleitos y chismorreo.
Cuando el debate tiene un ganador, deja de ser debate. Tal es la razón por la que el ganador es determinado por el público, el que juzga y critica, sin escudriñar la verdad, sino dejándose llevar por la corriente de opinión de otros. Sin formar un criterio propio. Dejándose llevar por lo aparente, y por lo simple.
Hoy esta forma de debates merece un nombre, y a la verdad ya lo tendría, el de meros pleitos y chismorreo. No obstante, quizá sea necesario usar denominativo propio; Que se reconozca, porque merece un nombre propio del debate con ganadores: Inventémoslo y sea el significado acuñado a lo anterior, en sí mismo "túturrafe". Quizá tiene un significado entendible en su fonética, pero si usted tiene uno mejor, ¿Por qué no? Y, sin embargo, cuando el debate tiene un ganador deja de ser un debate, es porque si este ganador no se da por una mayéutica, o por sacar la luz a la vista del sol, entonces es un pleito.
Si el oponente pierde es más porque construyo argumentos con jeringonza sobre una base falsa. Los argumentos son como una casa, si la base es mala, lo pulido de los ladrillos a la larga se desmorona en un montón de escombros sobre sí mismo. Sin embargo, la banalización del debate, "las peinadas" y la nueva ola de pseudos intelectuales, pero esta vez de la peor laya; Personajes patéticos "líderes de opinión" por el túturrafe: Es decir, controlar una corriente de seguidores y darse la razón entre ellos mismos. Pero esta banalización es claramente mediática: La ayéutica no es posible en un debate moderado, como los políticos, ni tampoco en la modalidad virtual. Es por ende, que para un buen debate y una buena oratoria sana, basta —aunque parezca cliché—, ser sinceros consigo mismo y no opinar por opinar, y luego apremiarse como cosas que no somos con argumentos superficiales y sin investigación profunda.
No obstante, parece cliché, pero no lo es: En realidad, es el "método subjetivo" que escribiera el famoso científico William James, el investigar como un instrumento registrador, sin espíritu subjetivo, y esto quiere decir que si, por ejemplo, eres pro aborto y tus investigaciones buscaban demostrar que la vida no comienza en la concepción, pero estas te demuestran lo contrario, entonces no puedes descartarla por no encontrar lo que querías encontrar; Y de eso no hay dudas: La vida comienza en la concepción. Y es por eso que es un
proceso contrario a la muerte, uno es composición, otra de descomposición; Ya desde allí se observa los polos opuestos que representa vida y muerte; El nacimiento sigue con esta composición, y así como no sería válido afirmar que una persona está muerta cuando se ha descompuesto totalmente, tampoco lo sería afírmalo cuando aún no se ha compuesto totalmente.
El mundo ahora anda jugando con sus asuntos más íntimos, y siempre lo ha hecho, esta sociedad invita cada vez más a los espíritus excelentes a la confidencia del ermitaño, están haciendo una matanza con el vientre de mujeres pobres, y dejando que lastimeras corrientes, nostálgicas del socialismo hipi, se apoderen de las corrientes de opinión y de los medios de comunicación. — A lo mejor y yo misma término retirándome a una montaña— Vale.
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