Catón el Censor 234-149 a.C.

Curiosamente, en la antigua Roma hubo dos Marco Porcio Catón. Este, conocido también como el Mayor, y su bisnieto, mejor conocido como el Joven o de Utica (95-46 a.C).

Su ejemplar probidad, su escrupulosidad y consagración al trabajo le merecieron desde temprano en el primer cargo que tuvo como cuestor, el público reconocimiento, lo que le abrió las puertas para cargos superiores cada vez más importantes.

De su consagración al trabajo, nos dejó una prueba irrefutable: Preguntado si se había arrepentido alguna vez de algo de lo que había hecho, contestó: "Sí. Haber embarcado para un viaje que puede haber hecho por tierra y haber pasado un día sin hacer nada de provecho.

En otra ocasión alguien, sorprendido de que no lo hubieran hecho aún un recuerdo para la posteridad, le preguntó cómo era posible que a todos los romanos ilustres se les hiciera una estatua y a él no, y Catón le contestó:

"Cuando tantas se erigen, prefiero que no esté la mía".

- ¿Por qué?, insistió el otro.

- "Por eso mismo que tú me preguntas. Yo prefiero que mis contemporáneos me pregunten por qué no me levantan una estatua a que la posteridad se pregunte por qué me la levantaron".