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César Quintero Correa: constitucionalista de su tiempo
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El Doctor César Quintero Correa jugó un papel protagónico en el progreso cultural e institucional de la República y su reciente fallecimiento deja en el país un vacío difícil de llenar.Es de lamentar que en vida no fuera objeto del homenaje nacional que se le debía por sus merecimientos.Tengo la impresión de que el tributo de mayor significado que recibió en la última etapa de su vida, fue el que se le rindió en la sede del Colegio Nacional de Abogados el 23 de mayo de 2001.Recuerdo que en esos días, el Lic.Hernán Delgado se me acercó para informarme que el Movimiento de Abogados Gremialistas le había hecho presente al Dr.Quintero el propósito de organizar un homenaje en su honor y que al efecto habían decidido perpetuar la memoria del Dr.César Quintero Correa instituyendo un premio anual por méritos profesionales que llevaría su nombre.Sin embargo, me señaló el Lic.Delgado que el Dr.Quintero se oponía a ese homenaje y que ante la insistencia de los organizadores había manifestado que sólo lo aceptaría si para la ceremonia se escogía como oferente a Jorge Illueca.Por tal razón se me hizo la solicitud, obviamente indeclinable, para que aceptara participar, como en efecto lo hice, en el acto con ese carácter, lo cual me permitió destacar las múltiples facetas de su obra de jurisconsulto, político, académico, diplomático y educador, que lo proyectaron más allá de las fronteras patrias.Los conceptos que expresé entonces y que no han perdido vigencia, puedo resumirlos aquí, como un homenaje merecido a la memoria de nuestro ilustre compatriota.Quizás el Movimiento de Abogados Gremialistas me cedió su tribuna en homenaje a los lazos históricos que me vincularon al Dr.Quintero.Ambos eramos egresados del Instituto Nacional y de la Facultad de Derecho de la Universidad de Panamá.Él recibió su licenciatura de la Casa de Méndez Pereira en 1940.Yo la logré en 1942.Hicimos estudios superiores especializados en distintas latitudes.Cuando él regresó a Panamá en 1945 con los laureles de su Doctorado en Derecho de la Universidad de Madrid, coincidimos en integrarnos al Frente Patriótico de la Juventud, cuya presidencia asumí años más tarde.Nos guió el común empeño de las nuevas generaciones de entonces por depurar las instituciones republicanas y democráticas, y por rescatar el Canal, la soberanía y la integridad territorial de la nación panameña hipotecados a perpetuidad por el Tratado Hay-Bunau Varilla de 1903, lo cual felizmente se logró con los Tratados Torrijos- Carter de 1977.En la década del ‘40, César Quintero comienza a brillar con luz propia en la vida académica y científica del país.Sobresale como Secretario General de la Universidad de Panamá.Se destaca como Viceministro de Educación y se consagra como profesor en la Colina universitaria desde 1944: Primero como Prof.de Ciencia Política, luego como Prof.de Derecho Administrativo, además de desempeñarse lúcidamente como Decano de la Facultad de Derecho y, paralelamente, como Prof.de Derecho Constitucional en las cinco décadas finales del siglo XX, culminando su carrera académica con el cargo de Director del Departamento de Derecho Público de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá.Sus compromisos académicos no fueron obstáculo para que el Ejecutivo lo designara Miembro del Consejo Nacional de Relaciones Exteriores, en los tiempos en que esa entidad respondía al mejor interés nacional.En el campo de la diplomacia y de la política exterior coincidimos también junto con Eduardo Ritter Aislán, como miembros de la Misión Permanente de Panamá ante las Naciones Unidas en 1957 y 1958 cuando me correspondió encabezar, por invitación del canciller Aquilino Boyd, la campaña diplomática que nos llevó a lograr la elección de Panamá para uno de los dos puestos asignados a la América Latina en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.Quienes lo tratamos en esa época realizamos cómo se benefició nuestro país de sus cualidades excepcionales.Su personalidad, su ecuanimidad y sus amplios conocimientos le dieron brillo en 1963 a la Delegación de Panamá ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la cual alternó con renombrados juristas del mundo y se le otorgó el alto honor de ejercer, con singular maestría, la presidencia de la Comisión Jurídica, antesala de la Comisión de Derecho Internacional y de la Corte Internacional de Justicia.Las obras escritas y publicadas por el Dr.Quintero sobre “Los Partidos Políticos y los Sistemas Electorales” (1980) y “Los Antecedentes y Significado del Acto Constitucional de 1983 - 1986”, contribuyeron, a mi juicio, a su elección como Magistrado del Tribunal Electoral en los años 1982 - 1984.Sus trabajos sobre “El Principio de la Separación de los Poderes y su Adopción en Iberoamérica”, sobre la “Evolución Constitucional de Panamá” y sobre “El Poder Ejecutivo en las Constituciones de América Latina”, que fueron precedidos por su obra “Los Decretos con Valor de Ley”, tesis doctoral publicada por el Instituto de Estudios Políticos de Madrid en 1958, tuvieron incidencia en el nombramiento del Dr.César Quintero como Magistrado de la Corte Suprema de Justicia, cargo que sirvió con absoluta escrupulosidad y dedicación durante los años de 1990 y de 1991, y que le valió ser elegido durante ese período, Presidente de la Sala Tercera, Contencioso - Administrativo y Laboral, de nuestra máxima Corporación Judicial.La devoción de César Quintero por el estudio y la enseñanza, que cristalizó en la formación de varias generaciones de abogados, fue el compendio de su vida.Sus obras jurídicas son el producto de lo que Unamuno llamaba “La necesidad de persistencia en una forma u otra y el anhelo de extenderse en el tiempo y en el espacio”.En ese empeño constante de producir y crear, César Quintero ha enriquecido la literatura jurídica panameña con su admirable producción bibliográfica.En mis diversas experiencias pude encontrar en César Quintero su dimensión de amigo cierto, no exento de sus críticas, su dimensión de profesional portador de una cultura extensa y precisa, su dimensión de panameño preocupado de contribuir a la renovación y al fortalecimiento de las instituciones del Estado panameño para que éste sirviera en sus más altos propósitos: el de ser instrumento de la conciencia, el de ser hogar de la personalidad nacional, el de ser ámbito auspicioso para el desarrollo justo y armonioso de todo el pueblo panameño.Esta preocupación estaba latente en el programa del Frente Patriótico.La ambición de todos los que lo formamos era la renovación de las estructuras y de las funciones de un Estado que mostraba debilidades y cuyos dirigentes y gobernantes vacilaban como un péndulo entre liberalismos, conservatismos y arcaismos.Actuábamos convencidos de que era urgente encontrar el centro de gravedad de un Panamá que debía prepararse para todas las mutaciones futuras y para todas las empresas posibles.En este tributo a César Quintero, siento que estamos presentes todos los que formamos parte de la coalición de panameños idealistas de que él formó parte integrante.Todos tenemos derecho a decir que siempre podremos rendir cuentas de nuestra ambición intelectual y moral, y que ésta conllevó la fuerza de la imaginación y la reflexión, el sentido de la historia, la capacidad de realizar sueños constructivos.En nuestro homenaje a la memoria del Dr.César Quintero Correa, los abogados y juristas panameños podemos decir que sustentamos nuestra identidad nacional, citando a Justo Arosemena, el Constitucionalista más relevante del siglo XIX, con sus “Estudios Constitucionales”; a José Dolores Moscote, el Constitucionalista más destacado del siglo XX con su “Introducción al Estudio de la Constitución” y sus “Estudios Constitucionales”, y a César Quintero Correa, el Constitucionalista más preclaro del siglo XXI con sus “Principios de Ciencia Política” y su “Derecho Constitucional”.