Editorial
Chile y Perú en La Haya
La Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) emitió....
La Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) emitió su fallo sobre los límites marinos de Chile y Perú en medio de la expectativa de las autoridades de ambos países. Una primera apreciación del fallo establece que la frontera marítima entre los países sudamericanos se inicia en el hito número uno y se proyecta en paralelo hasta las ochenta millas.
El presidente del Perú, Ollanta Humala, expresó que se siente complacido, mientras que el de Chile, Sebastián Piñera, manifestó que su país se siente profundamente decepcionado por la delimitación de los nuevos puntos marítimos que otorgan al Perú nuevos espacios para las faenas de los pescadores artesanales del país. Expertos extranjeros del Derecho Internacional Público opinan que la CIJ dictó un fallo salomónico.
Los gobiernos de ambos países examinarán los diversos aspectos de un fallo eminentemente técnico para poder emitir pronunciamientos más detallados de los nuevos límites marítimos. La presidenta electa de Chile, Michelle Bachelet, declaró que Chile ejecutará el fallo, pero subsiste incertidumbre sobre la posición oficial que corresponde al nuevo gobierno.
Los fallos de la CIJ son inapelables en términos jurídicos, pero la instrumentación incumbe a los países involucrados en el contencioso elevado a la máxima instancia de La Haya.
En medios diplomáticos internacionales se considera que las relaciones diplomáticas y comerciales de los dos países no sufrirán alteraciones sustanciales. Empresarios privados chilenos han invertido alrededor de diez mil millones de dólares en el Perú, en tanto que peruanos han colocado cifras de análoga dimensión en Chile.
Antes que se dictara el fallo, los gobiernos coincidieron en diseñar lo que denominan cuerdas separadas, es decir, que el pronunciamiento técnico del tribunal no afecte negativamente las inversiones económicas y las relaciones diplomáticas en un nivel de respeto mutuo. Sin embargo, la industria pesquera chilena sentirá los efectos de no poder contar con el área marítima que aprovecharon las embarcaciones chilenas desde 1947 por la interpretación chilena de la declaración de las 200 millas como si fuera un tratado bilateral con el Perú.
El fallo de la CIJ determina que la declaración de las 200 millas, suscrita por Chile, Ecuador y Perú, hace más de medio siglo, no surtió efectos jurídicos sobre límites marítimos, sino que marcó el rechazo contra el aprovechamiento de los recursos marinos por las flotas extranjeras de Grecia, Rusia, Japón y Estados Unidos, que no reconocen la Convención de los Derechos del Mar de las Naciones Unidas.
No se descarta que Chile pueda proponer al Perú negociaciones bilaterales vía diplomática sobre acuerdos que permitan faenas pesqueras chilenas dentro de los alcances territoriales de los nuevos límites marinos. La circunstancia de que ambos formen parte del grupo de países integrantes de la Alianza del Pacífico favorece esta clase de entendimientos. Perú y Ecuador suscribieron tratados de límites marinos que reconocieron tácitamente que la declaración de las 200 millas no involucró delimitaciones de fronteras marinas.
Han surgido críticas sobre el fallo por considerarlo exageradamente salomónico, y ambiguamente equitativo, dejando la impresión de que busca contentar a todos, como en el caso de Colombia y Nicaragua.
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