Empresas
Confianza, compromiso e integridad, formas de crecer
- Fidel Reyes E. (opinion@epasa.com)
Uno de los factores que determinan el éxito de las empresas es cuando equipos de trabajo confían en el líder o líderes que los dirigen, situación que
Uno de los factores que determinan el éxito de las empresas es cuando equipos de trabajo confían en el líder o líderes que los dirigen, situación que no funciona cuando escuchamos a jefes que dicen una cosa y hacen otra, esto es “no predicar con el ejemplo”, esta acción genera poco a poco discrepancias de comunicación, falta de trabajo en equipo, comentarios a las espaldas de sus integrantes y, por supuesto, se crean ambientes poco propicios para el desarrollo tanto personal como profesional dentro de la organización.
Ser líder o coach de una empresa implica contar y cumplir con muchas disciplinas, las cuales cuando son positivas permean de una forma directa a todas aquellas personas que comulgan con la visión de la organización generando talento en los diferentes niveles operativos. Dentro de estas disciplinas podemos mencionar la competencia, esta permite un crecimiento constante generando nuevas habilidades y fácil adaptación a los cambios que se dan ya sea por variaciones en la estrategia o planes de acción, comunicándolo de forma efectiva a los integrantes del equipo. Su manejo permite al coach identificar posibles problemas o limitaciones, las cuales son compartidas con profesionales del área buscando soluciones o estrategias para enfrentar dichos problemas.
El conocer nuestras disciplinas y habilidades nos ayuda a saber de qué estamos hechos y en qué debemos esforzarnos para mantener un espíritu de superación continua, el mantenerse informado y a la vanguardia de las técnicas de superación, liderazgo y comunicación simplemente nos hará mejores líderes creando confianza en nuestras relaciones laborales para después alimentarlas a lo largo del tiempo. Por supuesto, esta confianza se puede ver defraudada si no seguimos los principios de integridad, esto es cumplir y dar lo que ofrecemos o prometemos haciendo honor a nuestra palabra y actuando de forma correcta, “predicando con el ejemplo”.
De nada sirve plantear iniciativas si en ninguna nos vamos a involucrar, las organizaciones año tras año requieren de personal altamente comprometido, leal y con valores en común, la oferta laboral es tan amplia que muchas veces bastan un par de dólares para “cambiar de aires” debido a la poca integridad de los que dirigen.
Sin embargo, pocas empresas investigan el porqué de la rotación de su personal, si usted vive algo similar, tómese el tiempo de investigar e identifique las causas del porqué su empresa tiene alta rotación, quizá se sorprenda y encuentre que la falta de compromiso y competencias de algunos dirigentes ha generado este fenómeno que anualmente le cuesta algunos miles de dólares a su compañía.
Hoy les comparto algo que definitivamente me ayudó, hace un par de años. Un cliente me comentaba que cada vez le costaba más trabajo encontrar líderes confiables, que la gran mayoría venía con poca experiencia y con muy altas expectativas económicas, además de personas con muchos empleos en poco tiempo, por lo que le recomendé pedir referencias en sus anteriores trabajos.
Por supuesto, muchos de los empleadores no quieren compromisos ni exponerse a dar una referencia que no llene las expectativas, inclusive algún tiempo me costó un poco de trabajo entender que la percepción de las disciplinas o competencias del personal eran muy diferentes de una compañía a otra, sin embargo, conforme pasaba el tiempo me topé con una experiencia muy especial; alguien me llamó solicitando referencias de una persona y me preguntó si yo conocía a una persona que era candidata a trabajar con ellos y que aspiraba a ocupar una posición similar a la que había trabajado en nuestra empresa, por supuesto, yo me esperé las preguntas de rigor: ¿Conoce usted al Sr.? ¿Cómo describe su estilo de trabajo? ¿Trabajaba bien bajo presión? ¿Cómo era su relación con sus superiores? ¿Cuáles eran sus fortalezas o debilidades?, etc. Para gran sorpresa, la persona que me llamó solo me hizo dos preguntas:
Pregunta #1: ¿Conoce usted al Sr.?, a la cual respondí: Por supuesto que sí, e incluso intenté darle un poco más de información, sin embargo, vino una pregunta determinante y cortante.
Pregunta #2: ¿Volvería usted a contratarlo? Por supuesto, en ese momento mi respuesta tardó un poco más de 5 segundos, titubeé y después de un respiro dije: No. La persona que llamó me agradeció de una forma muy singular, me indicó que no tenía más preguntas y que me agradecía por la honestidad de mi respuesta, cuando colgué el teléfono no pude evitar repasar las dos preguntas que me hizo quedando grabadas en mi disco duro.
Un tiempo después hice el mismo ejercicio, llegó a mis manos una hoja de vida y mi primera reacción fue hacer la llamada y las dos preguntas, la respuesta fue todo lo contrario, a esta persona sí la volverían a contratar, desafortunadamente por razones de presupuesto la dejaron ir, ahí comprendí que me habían ahorrado un tiempo muy valioso, ya que tenía varios candidatos por revisar para escoger al mejor, entendí que la inversión de tiempo en preguntar reditúa de forma inmediata y entendí que la integridad es sin lugar a dudas el pilar de cualquier organización.
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