El arnulfismo como alternativa de futuro
Terminada la etapa funcional de la República, el país se encontró sumido en el estancamiento político y la crisis económica.
Como respuesta a esa crisis surgió el arnulfismo y panameñismo, que derivó en un movimiento político a largo plazo, que ha ejercido gran influencia en el destino político del país que se proyecta de manera significativa en su futuro.
En la evolución de este movimiento se pude distinguir dos etapas:
Una inicial, de los años 30 a los 50 del siglo XX y que puede caracterizarse como de influencia europea, y otra posterior de los años 50 a la actualidad, determinada por ideologías asumidas de Estados Unidos y que puede, por tanto, calificarse como americana.
En su etapa inicial o de influencia europea, el arnulfismo se encuentra dentro de las corrientes filosóficas y políticas propias de la época en el Viejo Continente y se presenta con un sentido conservador y de amor al terruño, que propicia un acendrado patriotismo a la par que con un fuerte sentido social y comunitario que lo identifican con las clases y grupos emergentes.
Durante este período (décadas de 1930 a 1960), el arnulfismo inspira y apoya múltiples movimientos de carácter social, obrero, magisterial, etc. y se convierte en el tormento político de una clase dirigente que no quiere o no saber cómo conciliar la defensa de sus intereses con la solución del asunto canalero y el manejo del problema social.
La segunda etapa, o etapa americana, resulta de los cambios que hacen el arnulfismo y su líder para acomodar el predominio político y militar de Estados Unidos en el mundo y la influencia de las ideologías políticas que se difunden desde ese país.
Es de subrayar que el movimiento arnulfista no se aleja de sus grupos tradicionales ni abandona sus pautas ya consuetudinarias, simplemente incorpora las nuevas pautas que se desarrollan con la economía moderna y que son asumidas por los grupos que se relacionan con la misma.
Estos grupos se identifican con el panameñismo ante los cambios sociales y políticos por los que atraviesa el país y en esta agrupación buscan protección ante la presión de los militares y de sus organizaciones políticas partidistas. Tales grupos llegan a constituir un importante sector de la masa electoral del partido, tal como se evidenció en las primarias de este año.
Por otro lado, los fallos teóricos y prácticos del neoliberalismo, la crisis del petróleo y de los alimentos, así como los ingentes problemas por los que atraviesa el país, revalorizan los enfoques iniciales del movimiento que tiende a una mayoría numérica dentro del partido. La mezcla de estas dos tendencias permitirán al panameñismo liberar al país de los problemas surgidos de los tropiezos del neoliberalismo y alejarlo de las tentaciones del populismo.
Retomar sus raíces y recuperar las enseñanzas de su pasado, bajo la dirección de un líder joven y capaz, de sólida formación moral y experiencia democrática, como Juan Carlos Varela Rodríguez, llevará al arnulfismo a convertirse en la opción del futuro para el país frente a escollos y obstáculos que ni siempre son nuevos ni siempre desconocidos porque, como decía el Dr. Arias, "La historia se repite en espiral".
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