El Banco Mundial y la corrupción
Publicado 2001/07/18 23:00:00
- Ginela C. Escala M./
Son innumerables los llamados que el Banco Mundial ha hecho en torno a la corrupción y parece que todos han caído en saco roto, puesto a que los estados beneficiados con sus empréstitos muy poco es lo que efectivamente han hecho contra la corrupción. Somos de la opinión que el mismo empeño que pone esta institución financiera por estructurar las finanzas de los estados acreedores, de igual forma debe insistir mayormente en cuanto a la adopción de medidas anticorrupción.
En este mismo sentido se ha pronunciado Trasparencia Internacional y ha recomendado al Banco Mundial la adopción de las siguientes medidas:
Dar mayor prioridad a las iniciativas relacionadas al tema de la corrupción en las reformas integrales como son las estrategias de combate a la pobreza para llevarlas, incluso, más allá de los créditos financiados por el Banco Mundial. Aceptar que otras organizaciones, incluyendo la sociedad civil, cuentan con ventajas comparativas en trabajo de cabildeo y la reorganización de instituciones corruptas, compartiendo activamente el trabajo anticorrupción con estas organizaciones de acuerdo con sus experiencias específicas. Reconsiderar los niveles de préstamos para países que no estén implementando reformas anticorrupción convincentes y/o que no estén colaborando con esfuerzos externos para promover dichos programas. Solicitar, en caso de sospecha de corrupción, encuestas de rendición de servicios para determinar si los servicios públicos realmente están llegando a los beneficiarios, antes de considerar otros créditos. Promover y financiar más agresivamente reformas del Servicio Civil. Los salarios de funcionarios públicos son un elemento crítico: en muchos países, los empleados públicos ni siquiera reciben una remuneración que les alcance para vivir, lo que aumenta la propensión de éstos para recibir sobornos. Generar un nuevo instrumento para reducir la corrupción: el "Crédito para el Fortalecimiento de la Integridad". Esta medida sería diseñada a fin de consolidar una serie de iniciativas intersectoriales del Banco Mundial. No reemplazaría ninguno de los esfuerzos anticorrupción acompañando créditos destinados a sectores específicos. Esta modalidad de crédito permitiría al Banco Mundial promover esfuerzos anticorrupción de otros donantes y particularmente de organizaciones no gubernamentales relevantes. Introducir una lista negra consolidada de contratistas que quedarán fuera de futuros negocios financiados por agencias de desarrollo por haber ofrecido y/o aceptado sobornos en relación con obras financiadas por el Banco Mundial, por bancos regionales de desarrollo y otras agencias de desarrollo. Apoyar la implementación de "Pactos de Integridad", herramienta desarrollada por Transparencia Internacional, en inversiones mayores del Banco Mundial cuando los gobiernos así lo soliciten. Destinar una mayor porción presupuestal de los recursos de investigación del Banco Mundial, para reducir la corrupción. Enfocarse particularmente en nuevas alternativas de lucha contra la corrupción y ayudar a determinar bajo qué circunstancias cuáles iniciativas son más efectivas. Promover ampliamente campañas mediante la Corporación Financiera Internacional (CFI), aliada del Banco Mundial en el sector privado, para concienciar a los empresarios que los sobornos transnacionales son considerados una ofensa criminal en la mayoría de los países exportadores.
Si la preocupación de la Primera Mandataria en torno a la corrupción fuese genuina, he aquí una grandiosa oportunidad para comprobarlo.
En este mismo sentido se ha pronunciado Trasparencia Internacional y ha recomendado al Banco Mundial la adopción de las siguientes medidas:
Dar mayor prioridad a las iniciativas relacionadas al tema de la corrupción en las reformas integrales como son las estrategias de combate a la pobreza para llevarlas, incluso, más allá de los créditos financiados por el Banco Mundial. Aceptar que otras organizaciones, incluyendo la sociedad civil, cuentan con ventajas comparativas en trabajo de cabildeo y la reorganización de instituciones corruptas, compartiendo activamente el trabajo anticorrupción con estas organizaciones de acuerdo con sus experiencias específicas. Reconsiderar los niveles de préstamos para países que no estén implementando reformas anticorrupción convincentes y/o que no estén colaborando con esfuerzos externos para promover dichos programas. Solicitar, en caso de sospecha de corrupción, encuestas de rendición de servicios para determinar si los servicios públicos realmente están llegando a los beneficiarios, antes de considerar otros créditos. Promover y financiar más agresivamente reformas del Servicio Civil. Los salarios de funcionarios públicos son un elemento crítico: en muchos países, los empleados públicos ni siquiera reciben una remuneración que les alcance para vivir, lo que aumenta la propensión de éstos para recibir sobornos. Generar un nuevo instrumento para reducir la corrupción: el "Crédito para el Fortalecimiento de la Integridad". Esta medida sería diseñada a fin de consolidar una serie de iniciativas intersectoriales del Banco Mundial. No reemplazaría ninguno de los esfuerzos anticorrupción acompañando créditos destinados a sectores específicos. Esta modalidad de crédito permitiría al Banco Mundial promover esfuerzos anticorrupción de otros donantes y particularmente de organizaciones no gubernamentales relevantes. Introducir una lista negra consolidada de contratistas que quedarán fuera de futuros negocios financiados por agencias de desarrollo por haber ofrecido y/o aceptado sobornos en relación con obras financiadas por el Banco Mundial, por bancos regionales de desarrollo y otras agencias de desarrollo. Apoyar la implementación de "Pactos de Integridad", herramienta desarrollada por Transparencia Internacional, en inversiones mayores del Banco Mundial cuando los gobiernos así lo soliciten. Destinar una mayor porción presupuestal de los recursos de investigación del Banco Mundial, para reducir la corrupción. Enfocarse particularmente en nuevas alternativas de lucha contra la corrupción y ayudar a determinar bajo qué circunstancias cuáles iniciativas son más efectivas. Promover ampliamente campañas mediante la Corporación Financiera Internacional (CFI), aliada del Banco Mundial en el sector privado, para concienciar a los empresarios que los sobornos transnacionales son considerados una ofensa criminal en la mayoría de los países exportadores.
Si la preocupación de la Primera Mandataria en torno a la corrupción fuese genuina, he aquí una grandiosa oportunidad para comprobarlo.
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