El derecho a precios visibles
La información de precio es un derecho que es indispensable, para que el consumidor decida al momento de comprar. La ley 45 de 2007 establece que todos los bienes que se ofrecen en un determinado local comercial deben tener en forma clara, precisa y en un lugar visible, el precio al contado de los mismos.
Según el mercadólogo Iván Thompson "el precio es la expresión de valor que tiene un producto o servicio, manifestado por lo general en términos monetarios, que el comprador debe pagar al vendedor para lograr el conjunto de beneficios de tener o usar el producto o servicio".
Si los consumidores que acuden a cualquier establecimiento comercial no ven el precio del artículo o servicio que desean adquirir, entonces desconocen el monto a pagar, por lo que es una falta a la transparencia del agente económico hacia sus clientes.
Cifras proporcionadas por la sección de Estadísticas de la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco), revelan que de enero a mayo del presente año, se dieron en todo el país 98,785 faltas de precios a la vista de los consumidores y esta es la principal infracción que incurren los comerciantes.
Los consumidores deben exigir el derecho a la información de precio, y denunciar a los que se oponen al mismo. Hay que reportar aquellos casos donde no atiendan su reclamo, cuando al adquirir un producto, cuyo precio es anunciado en el anaquel, y al pagarlo el lector de código de barras le registra un precio mayor. Si usted detecta esta irregularidad, no dude en presentar su queja inmediatamente al empleado correspondiente. Además, la ley de protección al consumidor señala que "...En caso de que un producto tenga más de un precio marcado por el proveedor, prevalecerá el menor, y el proveedor estará obligado a venderlo con ese precio...".
En visita al Mercado de Abastos nos percatamos de la carencia total de precio a la vista de los productos, que allí se comercializan. Había que preguntar en casi todos los locales, para así conocer quien mantenía el mejor precio. Al recomendar a algún vendedor que anunciara el precio, nos miraba con desconfianza, ignorando o en una clara infracción a la ley, nos manifestaba "que si nadie lo tenía porque él debía hacerlo".
Esto es un sólo ejemplo de lo que acontece, ya que si mencionamos todos aquellos establecimientos, como en las llamadas ferias libres, abarroterías, ventas de autos usados, ferreterías, entre otros, tener precio a la vista es como si fuera un pecado comercial. Incluso en algunos supermercados, hay ocasiones en que el precio brilla por su ausencia y cuando el producto tiene un precio menor a otros, lo quitan a la vista y ni el lector de código o verificador de precio lo tiene registrado.
Los agentes económicos, que gozan de la libre oferta y demanda, no tienen ningún motivo para incumplir con informar sobre los precios de sus productos o servicios que ofrecen, a menos que tengan temor a la libre competencia.
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