Retos
El gobierno universitario: luces y sombras en la democracia académica
... la universidad pública panameña debe reinventarse a fin de cumplir las tareas del siglo XXI.
Retos
... la universidad pública panameña debe reinventarse a fin de cumplir las tareas del siglo XXI.
En la nueva universidad, todos los ciudadanos somos aprendices y maestros durante toda la vida, revalidando títulos, recalificándonos, reconvirtiéndonos de manera permanente. Foto: Archivo.
La novedad ostensible de la reforma del estatuto propuesto en la Universidad Especializada de las Américas (UDELAS) –una de las cinco universidades del Estado panameño- es la creación de un "Claustro Universitario", como mecanismo de democracia indirecta para la elección del rector. Democracia indirecta, pero democracia a fin de cuentas.
Conceptúo que esto es un acierto a todas luces, pero a condición de que se complete la democratización real del resto de los órganos superiores de gobierno a fin de asegurar lo que los constitucionalistas llaman un régimen de pesos y contrapesos, que evite que un rector pueda hacer y desfacer a su ilustrado criterio.
Es bueno subrayar que UDELAS ha tenido solo dos rectores en su historia de 29 años; rectores de intachables credenciales académicos: Berta Torrijos de Arosemena, su creadora (rectora entre 1991 y 2014-; y Juan Bosco Bernal, electo por dos períodos, entre 2014 y 2018; y entre 2019 y 2023).
Credenciales académicas y entronque político, para ser objetivos y llamar las cosas por su nombre. La Dra. Torrijos de Arosemena –de innegable carisma y visión- jamás hubiera podido crear UDELAS en la administración Pérez Balladares sin su ilustre apellido y la trayectoria política dentro del PRD; ni el Dr. Bernal, hubiera sido candidato sin su experiencia previa como vicerrector de doña Berta y sus previos pasos por el Ministerio de Educación en época de Martín Torrijos.
Y de ahí la percepción de que UDELAS ha sido el cuartel de invierno del PRD en sus períodos fuera de la conducción del Estado. Y nadie ponga grito en el cielo, o es que¿ podemos olvidar el hecho fundacional de que la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) fue creación de Omar Torrijos, en alianza con Víctor Levi Sasso, y que si tal alianza se hizo para viabilizar técnicamente el desarrollo del modelo torrijista de país, y que sin ello no habría hoy UTP?
El Claustro sería un órgano de 42 miembros que, de manera proporcional, represente los estamentos (docentes, estudiantiles y administrativos) y territoriales (extensiones y programas universitarios) y cuya única función sería la elección del Rector.
Dicha elección intentaría elegir al próximo rector con base a un perfil de sentido de pertenencia, méritos y honorabilidad, amén de una discusión profunda sobre la propuesta de un plan de desarrollo universitario. Es un mecanismo que debe ser estudiado con objetividad. Es difícil en nuestro medio, pues la Universidad de Panamá lo empleó en su largo interregno bajo la tutela de los militares (1971-1981).
La idea de fondo es contar con un mecanismo democrático que inhiba en la universidad la terrible lacra electorera y de derroche de recursos que malean las elecciones en las universidades públicas (carnaval electoral donde para ser Rector si usted no tiene un fondo de al menos medio millón de dólares, no va a ninguna parte, por muy idóneo y excelente que sea).
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Por eso, este experimento social, que sí funciona en otras latitudes en la propia región, vr.gr. la UNAM o la Universidad Nacional de Colombia, sin ir más lejos. Y aquí hago una necesaria precisión.
El modelo de claustro latinoamericano nada tiene que ver con sus semejantes en otras latitudes, en especial Inglaterra o los EEUU, donde esos reducidos cuerpos son una élite, y más son un cuerpo de dirección corporativa que órganos democráticos.
En cambio, en América Latina, las universidades públicas son tributarias ideológicas del Modelo de la Reforma de Córdoba con sus notas de vindicación rancia de su autonomía frente a Estados usualmente retrógrados o llanamente antidemocráticos, y de cogobierno por sus tres estamentos, en varias proporcionalidades.
El prolijo examen que de esto me permito, debe ser completado con uno de tipo económico financiero, para que hablemos de realidades "de este mundo". No obstante, lo dicho hasta ahora, pone en evidencia que la universidad pública panameña debe reinventarse a fin de cumplir las tareas del siglo XXI.
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La sociedad entera en un aula abierta (Boaventura De Sousa Santos, dixit)-. Y por tanto, en la nueva universidad, todos los ciudadanos somos aprendices y maestros durante toda la vida, revalidando títulos, recalificándonos, reconvirtiéndonos de manera permanente en un proceso que difícilmente podemos reducir a nuestra añeja categoría de educación continuada o continua.
Por allí van los retos reales a enfrentar para que Panamá se integre a la sociedad del conocimiento.
Docente y gestor universitario.
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