EDITORIAL.
El lado oscuro
Las autoridades temen que políticos estén vinculados al narcotráfico y el crimen organizado. Algo muy delicado que no puede pasar por alto y que los electores
Las autoridades temen que políticos estén vinculados al narcotráfico y el crimen organizado. Algo muy delicado que no puede pasar por alto y que los electores deben conocer.
No es un secreto que en Panamá operan varias organizaciones dedicadas al tráfico y venta de drogas, lo que genera toda clase de problemas de seguridad para las autoridades.
Cuando estas poderosas organizaciones intentan filtrarse en la política criolla en busca de cargos de elección popular, hay suficientes razones para preocuparse.
Las autoridades electas por el voto popular tienen un nivel de influencia especial que mal utilizado podría poner en peligro la democracia y la seguridad del país.
Los partidos políticos deberían ser exigentes al momento de convocar sus elecciones primarias y certificar que los aspirantes para representar a su colectivo tienen antecedentes positivos.
Panamá debe mirar los ejemplos de países como Colombia y México, donde se han registrado fenómenos similares.
En la medida que se logre fiscalizar los candidatos a puestos políticos también se estará garantizando que los ciudadanos estén bien representados.
Los electores también tienen derecho a conocer por quién están votando y no confiarse de las campañas publicitarias que promocionan a estos candidatos.
La coyuntura actual es ideal para discutir esta clase de temas que tienen una vinculación directa los partidos políticos y la sociedad civil. El debate tiene que realizarse en un marco de respeto y confiados en que se trata de asunto importante que refuerza la democracia del país.
La sociedad panameña es pacífica y rechaza la violencia, por lo que esta lucha debe ser frontal y no debe existir banderas políticas.
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