Homenaje
El logro y compromiso del general Torrijos con Panamá
- Modesto Rangel Miranda/opinion@epasa.com/
…la transformación de un pueblo con diversos carismas, enfocado en un futuro beneficioso y transformador para los indígenas, campesinos, estudiantes, profesionales y dirigentes obreros.
El legado de una nación no se debe perder, los panameños no somos colombianos ni venezolanos ni dominicanos, somos panameños porque ese fue el legado que el general Torrijos nos marcó la diferencia aquel día en que se plasmó la fecha de cumpleaños de nuestra nación, 31 de diciembre de 1999, pero pareciera que los panameños, sin conciencia han olvidado esa gesta que un día fue afianzada el 9 de Enero de 1964.
Pero lo cierto es que ni su muerte ni las malas acciones, podían cambiar la mentalidad de los panameños, la lucha de nuestro pueblo fue el gran acto que cambió lo destinos de la nación panameña.
Como está plasmado en la historia, grandes acontecimientos transformaron los destinos del hombre: la revolución estadounidense y la francesa, hechos que marcaron la lucha por la libertad de los pueblos donde marcaría el respeto a la autonomía a los hombres sin determinar su condición social, política y económica.
Las luchas de los pueblos son el fruto y resultado de acciones que van más allá de decisiones para transformar sus sociedades y proyectar cambios en sus ciudadanos. Estas dos revoluciones fueron el marco conceptual para que muchos dirigentes en América Latina fueran la luz ante la escasez de conocimiento, que muchas naciones impondrían en otras como lo fue el caso de Panamá por su plena recuperación territorial desde 1903. Hubo grandes líderes que afianzaron esos principios independentistas, y uno de ellos fue el general Omar Torrijos, quien se ganó el respeto de los pueblos del mundo. El general Torrijos comprendió que el 3 de noviembre de 1903 era el verdadero llamado de libertad.
La gesta del 9 de Enero de 1964 por los estudiantes del Instituto Nacional de Panamá cambió el rumbo de la historia, plasmando que Panamá no sería una estrella más en la bandera estadounidense, siendo este el bastión que el general Omar Torrijos Herrera proyectó al momento de cambiar los destinos de las fuerzas armadas con los sucesos del 11 de octubre de 1968, cuando un grupo de oficiales anhelaban mantener ese dominio de controlar el país.
Su mayor convicción radicaba en la transformación de un pueblo con diversos carismas, enfocado en un futuro beneficioso y transformador para los indígenas, campesinos, estudiantes, profesionales y dirigentes obreros. Una nación autónoma es aquella que mantiene un equilibrio, creando alternativas para sus ciudadanos.
Para mantener una posición aceptable, el general Torrijos mantuvo un esquema investigativo que le permitió aprender todo lo concerniente a la formación y cultura de los Estados Unidos, conociendo muchas de las virtudes y debilidades que tenía el gobierno y todos sus antecesores estadounidenses.
No podemos decir que la muerte del general Torrijos fue en vano, sus luchas, sus acciones demostraron que Panamá anhelaba su plena autonomía en su territorio nacional. La firma de los tratados Torrijos Carter, le devolvía a Panamá la soberanía del canal. Esta firma, el 7 de septiembre de 1977, marcó un hito fundamental en el devenir histórico de nuestro país.
Con la firma, Panamá lograba un gran sueño anhelado por muchas generaciones y cuyo precio había sido la sangre derramada de héroes, que dirían no a una colonia en su territorio.
Esto demostró que los panameños jamás aceptaríamos un dominio extranjero en nuestro territorio nacional. La lucha de Panamá y la firma del tratado Torrijos Carter selló el compromiso de una nación que agradecía a Dios, y un líder como el general Torrijos que le dio carisma social y político a los panameños, manteniendo el heroico legado a los mártires de 1964 en su lucha por la reivindicación dentro de la Zona del Canal de Panamá. Nunca se debe olvidar ese momento tan heroico como lo fue la firma del tratado de 1977 y la reversión del Canal a jurisdicción de Panamá el 31 de diciembre de 1999, cuando ondearía con gran vigor la bandera de la República de Panamá a nivel nacional.
No se puede olvidar ni borrar la historia, el general Omar Torrijos Herrera cometió como cualquier ser humano errores, pero su mayor legitimidad fue el amor a una nación consagrada en la lucha por su propia reivindicación ante el sufrimiento como lo era el enclave colonial estadounidense en la antigua Zona del Canal.
Recordemos que la historia consagra las acciones de sus hijos y nunca olvida lo que ellos dieron con amor a Panamá como una nación libre y soberana al servicio del mundo entero. Ni colombianos ni venezolanos, un solo territorio una sola bandera.
Comunicador social
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