El recurso hídrico nacional
Publicado 2001/08/13 23:00:00
Esta situación, que hasta hace medio siglo no causaba mayor impacto sobre los ecosistemas, ni representaba un peligro significativo para la salud humana, en las últimas dos décadas se ha tornado insostenible. En muchos lugares del país, la vida de los ríos se ha reducido a la temporada de lluvias, dejando amplios territorios rurales sin fuentes cercanas de agua durante casi medio año. La contaminación de las aguas superficiales en las zonas urbanas ha convertido a varios ríos en cloacas abiertas, que amenazan no sólo la salud de las poblaciones cercanas, sino también áreas lejanas, donde ciertos tóxicos terminan su recorrido. La contaminación misma limita la disponibilidad de fuentes de abastecimiento de agua limpia en zonas urbanas, incrementando los costos de suministro por la necesidad de tratamiento o por el transporte desde fuentes más lejanas. La cuestión se complica por la persistencia y, en algunos casos, el incremento de población rural en condiciones de pobreza extrema que busca sobrevivir a costa de la naturaleza.
En parte, el problema se deriva del crecimiento poblacional, pero todavía más importante es el hecho de que el estilo de desarrollo socioeconómico del país no toma en cuenta cómo se reducen la disponibilidad de agua y su capacidad de renovarse como recurso natural. De esta forma, la degradación y pérdida del recurso hídrico en Panamá comienza a limitar la calidad de vida de la población y hasta las opciones para el desarrollo futuro del país.
Las recientes sesiones extraordinarias en la Asamblea Legislativa donde se abordó el tema del IDAAN, únicamente abordaron la discusión sobre el agua potable, dejando sin debatir las otras dos variables del trinomio: agua cruda y agua servida. Seamos realistas: sin agua cruda, no hay agua potable, y si no se hacen las cosas correctamente, muy pronto quedaremos tomando agua de fuentes servidas. Cualquier resolución de manejo del recurso hídrico tienen que considerar e involucrar no sólo a las autoridades en materia de agua y energía, sino a todos los agentes sociales usuarios, actividades productivas, instituciones planificadoras, reguladoras y ejecutoras de políticas de los países. Lograrlo es un reto para la sociedad en su conjunto. Pero primero, debe existir la conciencia de esta necesidad.
El problema del agua ha surgido ahora en el ámbito político partidista como un tema de creciente preocupación, pero debe compenetrar la conciencia de todos los ciudadanos hasta adquirir una relevancia nacional. Esta realidad sobre la problemática del agua enfatiza la importancia del manejo integral del recurso hídrico para poder garantizar su adecuada renovación como recurso básico para el desarrollo.
En parte, el problema se deriva del crecimiento poblacional, pero todavía más importante es el hecho de que el estilo de desarrollo socioeconómico del país no toma en cuenta cómo se reducen la disponibilidad de agua y su capacidad de renovarse como recurso natural. De esta forma, la degradación y pérdida del recurso hídrico en Panamá comienza a limitar la calidad de vida de la población y hasta las opciones para el desarrollo futuro del país.
Las recientes sesiones extraordinarias en la Asamblea Legislativa donde se abordó el tema del IDAAN, únicamente abordaron la discusión sobre el agua potable, dejando sin debatir las otras dos variables del trinomio: agua cruda y agua servida. Seamos realistas: sin agua cruda, no hay agua potable, y si no se hacen las cosas correctamente, muy pronto quedaremos tomando agua de fuentes servidas. Cualquier resolución de manejo del recurso hídrico tienen que considerar e involucrar no sólo a las autoridades en materia de agua y energía, sino a todos los agentes sociales usuarios, actividades productivas, instituciones planificadoras, reguladoras y ejecutoras de políticas de los países. Lograrlo es un reto para la sociedad en su conjunto. Pero primero, debe existir la conciencia de esta necesidad.
El problema del agua ha surgido ahora en el ámbito político partidista como un tema de creciente preocupación, pero debe compenetrar la conciencia de todos los ciudadanos hasta adquirir una relevancia nacional. Esta realidad sobre la problemática del agua enfatiza la importancia del manejo integral del recurso hídrico para poder garantizar su adecuada renovación como recurso básico para el desarrollo.
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