El terror de los cítricos
- Randy Atencio Valdespino
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- Profesor Especial de la Universidad de Panamá
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- Centro Regional Universitario de Los Santos
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Sin duda que las frutas están dentro de los alimentos naturales de mayor preferencia de niños, jóvenes y adultos en Panamá. Las frutas inclusive siguen siendo alimentos naturales que compiten abiertamente contra la problemática actual de consumo de alimentos poco nutritivos que sufre nuestra sociedad. En este sentido los cítricos que incluyen naranjas, limones, mandarinas, toronjas, entre otras, además de su agradable sabor, en muchos de los casos ácidos y con un alto contenido de vitamina C, que les otorga un sitial único de preferencia que nunca pasa de moda para consumirlas frescas, en jugos u otras potenciales formas de prepararlas para su consumo. De manera general de los cítricos se desconoce todo el proceso que está detrás de su producción en campo, almacenamiento y distribución para producir esas hermosas y deliciosas frutas que llegarán a los hogares de miles de personas en Panamá.
Pero, el otro lado, desconocido de la citricultura es que se trata de una actividad de la producción agropecuaria en Panamá que genera fuentes de empleo en el interior del país, principalmente en las provincias de Coclé, Veraguas y Chiriquí.
Durante la última década en Panamá y a nivel internacional los cítricos vienen sufriendo de manera peligrosa en su producción por la aparición de la enfermedad bacteriana (una bacteria causa el daño) conocida como HLB (Huanglongbing) o enverdecimiento de los cítricos que se ha transformado en el terror de los cítricos que es causada por una bacteria conocida como Candidatus Liberibacter asiaticus cuyo insecto vector (se encarga de llevar la bacteria de una planta enferma a una sana que posteriormente también se enferma) en Panamá es el psílido asiático de los cítricos (Diaphorina citri Kuwayama). El insecto vector es un insecto milimétrico, que en la mayoría de los casos es muy difícil de percibir su presencia a simple vista y muchos menos si no se tiene experiencia en su identificación.
El daño por esta enfermedad es complejo tanto en las plantas en crecimiento como en adultas en producción, con una descoloración y poco desarrollo tanto en hojas como en frutos, con un impacto directo en el crecimiento de las plantas que se desarrollan poco y en determinados casos terminan muriendo de no tomarse medidas adecuadas de manejo de la enfermedad y el insecto vector.
Para el manejo integrado en campo de la enfermedad de HLB en los cítricos incluyendo su vector se toma en cuenta técnicas de control cultura, biológicas, legales, químicas, entre otras, pero entre ellas una de la más importante es el comportamiento que tienen la población de no llevar plantas contaminadas con la enfermedad o con el insecto vector a una zona libre de la enfermedad, bajo ninguna excusa o justificación .
La realidad que existe es que en Panamá muchas de las enfermedades causadas por microorganismos y daños causados por plagas insectiles a las plantas han sido dispersadas de manera consciente o inconsciente por la población por no seguir las sugerencias de medidas cuarentenarias agropecuarias del estado dando como resultado que la producción de plantas de interés para la seguridad alimentaria se vea seriamente afectadas.
El concepto de plaga tanto en la parte teórica como práctica en realidad han sido creado por nuestra sociedad, en la naturaleza solo existe la interacción de organismos dentro de una cadena trófica, donde existe una dinámica de cambio constante de los elementos ecológicos que la conforman y que logran un balance entre todos los organismos que tienen un papel dentro de un ecosistema en determinadas regiones.
Es importante que como ciudadanos tomemos conciencia que cuando las autoridades fitosanitarias emiten una recomendación a los viajeros o turistas tanto dentro como fuera del país es con el objetivo de preservar la integridad del patrimonio agropecuario del país. No seguir estas indicaciones pone en peligro la actividad de miles de productores en el país, distribuidores y comerciantes que abastecen de granos, hortalizas y frutas como las naranjas las mesas de millones de panameños.
Es parte del deber ciudadano contribuir a la preservación del patrimonio agropecuario del país, es parte de la responsabilidad ciudadana para que se produzcan más naranjas y otros cítricos para el bienestar nutricional de Panamá como nación libre y soberana en su seguridad alimentaria.
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