Enfrentamientos en Almirante
Publicado 2004/10/29 23:00:00
- Ginela C. Escala/CrÃtica
Cuando los pueblos son escuchados por los gobiernos para lograr la realización de sus máximas aspiraciones, se convierten en baluartes y defensores de la gestión gubernamental. Los hechos ocurridos en Almirante, Bocas del Toro, son anuncios significativos de que las comunidades terminan por cansarse frente a la falta de respuestas de los gobernantes.
La situación es un aldabonazo para que el gobierno de la Patria Nueva camine por los senderos patrios recogiendo el dolor y la angustia de regiones que han sido abandonadas; para que con un verdadero trabajo de equipo se planifique, con prioridad, una tarea que atienda la falta de caminos, agua, vivienda, desarrollo agrícola e industrial, salud, empleo, seguridad pública y de todo recurso que permita una vida mejor para los panameños que han vivido marginados y en pobreza extrema.
Tal como ha ocurrido en Almirante, en donde no faltó el peligroso encuentro entre antimotines y moradores del área con saldos de heridos, así mismo pudiera ocurrir en otro sector del país, porque no hay las condiciones que brinden bienestar y mejores oportunidades a miles de panameños. El régimen perredista, bajo el liderazgo del Presidente Martín Torrijos, inició con una herencia de problemas, como corrupción, desempleo, déficit económico, violencia, droga, crimen, etc. A todos estos problemas tendrá que enfrentarse con verdadera capacidad y procurando que entre autoridades y pueblo siempre haya diálogo, razonamiento, comprensión y sentido de unidad para obtener las soluciones que sean indispensables para que Panamá pueda ir adelante. No es con la fuerza, ni con la furia policial y de las comunidades que podemos traer la paz y tranquilidad en esta gestión de gobierno.
El país requiere de hombres y mujeres que desde todos los poderes del Estado, se propongan con responsabilidad y profunda fe en la democracia, la libertad y la justicia social, adecentar las instituciones para hacer de ellas ejemplos de honestidad, eficiencia y trabajo constructivo; que estén pensando en lo mucho que pueden ofrecer al progreso de la nación. Es la meta que el líder de la Patria Nueva se propone alcanzar, y nos atrevemos a manifestar que en sus proclamas hay sinceridad, voluntad y visión de patria. Pero, para obtener el éxito, debe tener un equipo de trabajo que crea en el dolor de una nación que está esperando mejores días; colaboradores que, identificados con su líder, se dispongan a vivir más cerca de las comunidades para evitar actos como los surgidos en Almirante, que tanto daño hacen a los principios democráticos de libertad y convivencia humana.
¡"Laus Deo Virginique Matri"!
El llamado que el apóstol Pablo le hace a los cristianos de la comunidad cristiana de Efeso, aún es aplicable a esta época, sobre todo para aquellos que se jactan de ser cristianos: "No participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aún hablar de lo que ellos hacen en secreto". Efesios 5:11-12
La situación es un aldabonazo para que el gobierno de la Patria Nueva camine por los senderos patrios recogiendo el dolor y la angustia de regiones que han sido abandonadas; para que con un verdadero trabajo de equipo se planifique, con prioridad, una tarea que atienda la falta de caminos, agua, vivienda, desarrollo agrícola e industrial, salud, empleo, seguridad pública y de todo recurso que permita una vida mejor para los panameños que han vivido marginados y en pobreza extrema.
Tal como ha ocurrido en Almirante, en donde no faltó el peligroso encuentro entre antimotines y moradores del área con saldos de heridos, así mismo pudiera ocurrir en otro sector del país, porque no hay las condiciones que brinden bienestar y mejores oportunidades a miles de panameños. El régimen perredista, bajo el liderazgo del Presidente Martín Torrijos, inició con una herencia de problemas, como corrupción, desempleo, déficit económico, violencia, droga, crimen, etc. A todos estos problemas tendrá que enfrentarse con verdadera capacidad y procurando que entre autoridades y pueblo siempre haya diálogo, razonamiento, comprensión y sentido de unidad para obtener las soluciones que sean indispensables para que Panamá pueda ir adelante. No es con la fuerza, ni con la furia policial y de las comunidades que podemos traer la paz y tranquilidad en esta gestión de gobierno.
El país requiere de hombres y mujeres que desde todos los poderes del Estado, se propongan con responsabilidad y profunda fe en la democracia, la libertad y la justicia social, adecentar las instituciones para hacer de ellas ejemplos de honestidad, eficiencia y trabajo constructivo; que estén pensando en lo mucho que pueden ofrecer al progreso de la nación. Es la meta que el líder de la Patria Nueva se propone alcanzar, y nos atrevemos a manifestar que en sus proclamas hay sinceridad, voluntad y visión de patria. Pero, para obtener el éxito, debe tener un equipo de trabajo que crea en el dolor de una nación que está esperando mejores días; colaboradores que, identificados con su líder, se dispongan a vivir más cerca de las comunidades para evitar actos como los surgidos en Almirante, que tanto daño hacen a los principios democráticos de libertad y convivencia humana.
¡"Laus Deo Virginique Matri"!
El llamado que el apóstol Pablo le hace a los cristianos de la comunidad cristiana de Efeso, aún es aplicable a esta época, sobre todo para aquellos que se jactan de ser cristianos: "No participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, más bien reprendedlas; porque vergonzoso es aún hablar de lo que ellos hacen en secreto". Efesios 5:11-12
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