Germán Arciniegas, polígrafo impar
Publicado 1999/12/16 00:00:00
- El Gitano
Con la muerte de Germán Arciniegas desaparece el último sobreviviente de una generación de polígrafos hispanoamericanos que se agitó en el ensayo, la crítica literaria, la historia , el periodismo, con maestría sin igual. Generación proteica,versátil, erudita , de fino regusto esteticista , en la que el maestro colombiano alternó con el peruano Luis Alberto Sánchez, también nacido en 1900 ;el argentino Ezequiel Martínez Estrada, mayor que ambos; el venezolano Mariano Picón Salas, menor del grupo, entre otras figuras intelectuales.
El maestro Arciniegas fue periodista , por encima de todo. Sus colaboraciones en "El Tiempo" de Bogotá y en numerosos diarios y revistas del continente fueron un ejemplo de prosa transparente. En las redacciones aprendió el oficio de escribir con el preconcepto de informar y enseñar al mismo tiempo, con la máxima limpidez estilística. Desde su primer libro "El estudiante de la mesa redonda", su obra fue dechado de transparencia didáctica, de agudeza y malicia, de riqueza informativa y coraje cívico. Hoy podemos recorrer las páginas de "Radiografía del Caribe" y deleitarnos con su sagacidad para encuadrar a los hombres en su escenario histórico. El capítulo dedicado a la expedición inglesa al mando del Almirante Vernon ,cuya misión fue tomar Cartagena de Indias y partir por el medio los dominios territoriales españoles, vuelve a leerse con la misma fruición que aquel otro capítulo que cierra el libro sobre Panamá. Vívida, cálida , polémica imagen de la que fue provincia colombiana ,abandonada políticamente por la desidia de los gobiernos conservadores, en la que las intrigas versallescas del ingeniero Buneau-Varilla lograron reconstruir los fragmentos del proyecto de Lesseps y venderlo, con los ardides de la venalidad y la diplomacia, a la ambición desaforada de Theodoro Roosevelt y su astuto Secretario de Estado John Hay.
De sus numerosos libros ,como "América, tierra firme" , "Entre la libertad y el miedo" o "Bolívar en Santa Marta", quiero retener uno que se publicó a sus noventa años, después de una larga y paciente investigación histórica en el Archivo de Florencia, siguiendo el rastro de la familia de Américo Vespucci.Don Germán se hundió en un piélago de viejos documentos del siglo XVI y estuvo a punto de perecer, ahogado de infolios sobre Savonarola,, Nicolás Maquiavelo, ,Gucciardini,los Medicis y los Borgia, los coloquios neoplatónicos de Lorenzo el Magnífico, comerciantes, navegantes, condottieros, papas, pintores, escultores. La conocida pasión italiana de Arciniegas adquirió dimensiones delirantes. Solía decir que vivía en el siglo XVI , y a veces tomaba vacaciones para regresar al siglo XX.
"El Embajador" es la crónica de esa pasión biográfica por Guido Antonio Vespucci, y es también la historia de una ciudad, la crónica de una época. Guido Antonio es dos años menor que Jorge Antonio el humanista y es diecisiete años mayor que Américo el navegante. Familia ilustre la de los Vespucci que alcanza los más altos rangos a través de Guido Antonio, favorito de Lorenzo el Magnífico, y a través del político y filántropo participa en episodios decisivos . Arciniegas revela cómo los Vespucci anduvieron metidos en los negocios, en la academia, en la política, en el arte, en los bailes, en las justas, en los enredos y en el nombre de América.
Como su biografiado, Arciniegas saboreó alguna vez la miel de la diplomacia y la dureza del exilio. Como no tuvo un Lorenzo el Magnífico que lo protegiera , para vivir en Nueva York con su familia fue profesor en la Universidad de Columbia . Allí empezó a estudiar la vida de Guido Antonio Vespucci Fue un liberal insobornable , un liberal de espíritu antes que de tolda partidaria, que luchó contra la dictadura de Rojas Pinilla y contra todas las dictaduras. "Entre la libertad y el miedo" es un registro de las luchas y agonías que asolaban América Latina bajo las dictaduras vernaculares de Rafael Leonidas Trujillo , Anastasio Somoza, Rojas Pinilla. Hasta poco antes de morir a los 99 años dio una lección de lealtad a sus ideales cuando prefirió renunciar a la presidencia de una comisión celebratoria del quinto centenario del conocimiento occidental de América que claudicar con la agenda burocrática que protegía César Gaviria.
Ahora que escribo estas remembranzas aflora la imagen del maestro con el que conversé una tarde en una habitación del Caracas Hilton, hacia finales de los setenta.
Su risa caldeaba la habitación , recordando el anecdotario de sus encuentros con Luis Alberto Sánchez y V.R. Haya de la Torre. Hablaba como escribía , comunicándose con fluidez ,con ingenio, con inteligencia. Con su partida se cierra un ciclo de la cultura hispanoamericana, el ciclo de los fundadores novecentistas que escribieron la historia, organizaron la literatura, y elevaron el periodismo a un pedestal de dignidad a veces inalcanzable.
El maestro Arciniegas fue periodista , por encima de todo. Sus colaboraciones en "El Tiempo" de Bogotá y en numerosos diarios y revistas del continente fueron un ejemplo de prosa transparente. En las redacciones aprendió el oficio de escribir con el preconcepto de informar y enseñar al mismo tiempo, con la máxima limpidez estilística. Desde su primer libro "El estudiante de la mesa redonda", su obra fue dechado de transparencia didáctica, de agudeza y malicia, de riqueza informativa y coraje cívico. Hoy podemos recorrer las páginas de "Radiografía del Caribe" y deleitarnos con su sagacidad para encuadrar a los hombres en su escenario histórico. El capítulo dedicado a la expedición inglesa al mando del Almirante Vernon ,cuya misión fue tomar Cartagena de Indias y partir por el medio los dominios territoriales españoles, vuelve a leerse con la misma fruición que aquel otro capítulo que cierra el libro sobre Panamá. Vívida, cálida , polémica imagen de la que fue provincia colombiana ,abandonada políticamente por la desidia de los gobiernos conservadores, en la que las intrigas versallescas del ingeniero Buneau-Varilla lograron reconstruir los fragmentos del proyecto de Lesseps y venderlo, con los ardides de la venalidad y la diplomacia, a la ambición desaforada de Theodoro Roosevelt y su astuto Secretario de Estado John Hay.
De sus numerosos libros ,como "América, tierra firme" , "Entre la libertad y el miedo" o "Bolívar en Santa Marta", quiero retener uno que se publicó a sus noventa años, después de una larga y paciente investigación histórica en el Archivo de Florencia, siguiendo el rastro de la familia de Américo Vespucci.Don Germán se hundió en un piélago de viejos documentos del siglo XVI y estuvo a punto de perecer, ahogado de infolios sobre Savonarola,, Nicolás Maquiavelo, ,Gucciardini,los Medicis y los Borgia, los coloquios neoplatónicos de Lorenzo el Magnífico, comerciantes, navegantes, condottieros, papas, pintores, escultores. La conocida pasión italiana de Arciniegas adquirió dimensiones delirantes. Solía decir que vivía en el siglo XVI , y a veces tomaba vacaciones para regresar al siglo XX.
"El Embajador" es la crónica de esa pasión biográfica por Guido Antonio Vespucci, y es también la historia de una ciudad, la crónica de una época. Guido Antonio es dos años menor que Jorge Antonio el humanista y es diecisiete años mayor que Américo el navegante. Familia ilustre la de los Vespucci que alcanza los más altos rangos a través de Guido Antonio, favorito de Lorenzo el Magnífico, y a través del político y filántropo participa en episodios decisivos . Arciniegas revela cómo los Vespucci anduvieron metidos en los negocios, en la academia, en la política, en el arte, en los bailes, en las justas, en los enredos y en el nombre de América.
Como su biografiado, Arciniegas saboreó alguna vez la miel de la diplomacia y la dureza del exilio. Como no tuvo un Lorenzo el Magnífico que lo protegiera , para vivir en Nueva York con su familia fue profesor en la Universidad de Columbia . Allí empezó a estudiar la vida de Guido Antonio Vespucci Fue un liberal insobornable , un liberal de espíritu antes que de tolda partidaria, que luchó contra la dictadura de Rojas Pinilla y contra todas las dictaduras. "Entre la libertad y el miedo" es un registro de las luchas y agonías que asolaban América Latina bajo las dictaduras vernaculares de Rafael Leonidas Trujillo , Anastasio Somoza, Rojas Pinilla. Hasta poco antes de morir a los 99 años dio una lección de lealtad a sus ideales cuando prefirió renunciar a la presidencia de una comisión celebratoria del quinto centenario del conocimiento occidental de América que claudicar con la agenda burocrática que protegía César Gaviria.
Ahora que escribo estas remembranzas aflora la imagen del maestro con el que conversé una tarde en una habitación del Caracas Hilton, hacia finales de los setenta.
Su risa caldeaba la habitación , recordando el anecdotario de sus encuentros con Luis Alberto Sánchez y V.R. Haya de la Torre. Hablaba como escribía , comunicándose con fluidez ,con ingenio, con inteligencia. Con su partida se cierra un ciclo de la cultura hispanoamericana, el ciclo de los fundadores novecentistas que escribieron la historia, organizaron la literatura, y elevaron el periodismo a un pedestal de dignidad a veces inalcanzable.
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