Análisis
Grupo Epasa y el terror de Varela a la verdad
Publicado 2016/11/29 00:00:00
- Alexis J. Sinclair P./[email protected]/
Hoy asistimos a un escenario vibrante en la medida que los regentes de esa casa editorial popular comparten las necesidades, penurias y limitaciones de los olvidados del campo y la ciudad, por esto son retahilados y arrinconados hasta lo impensable.
"Ser periodista implica decir la verdad, defender los principios y tener un comportamiento público intachable". Cristobal Sarmiento.
En tiempos de tormentas y huracanes los panameños debatimos con interés inusual el derecho a la información como tal vez jamás nos interesó. Los ingenuos dirán que la actitud deviene del clima de libertades imperantes desde la formalidad del discurso gubernamental, acotando con ello lo que es tarea de fondo. Juan Carlos Varela Rodríguez es ingeniero de profesión y se le conoce como político de convicción, por esto, es inaudito que su gestión será recordada como la del “Presidente Perseguidor”, título obtenido gracias a una proclividad al abuso, su sentido pendenciero, degradante y burlesco de someter como fuese necesario a quienes disienten de su esquema de gobernar.
Se necesita poco para entrar en confrontación con él, basta que usted piense como un Sócrates contemporáneo y si lo dice, lo escribe, lo difunde o lo defiende públicamente sabrá cara a cara de las consecuencias de opinar contrario al censor. La Cicuta con la que su gobierno envenena la libertad de opinión y participación empresarial en medios escritos, televisivos y radiales es harto singular. Inicia con consejos (no me critiques si no quieres perder la publicidad estatal), sigue con gritos y amenazas, arranca su ejecución con descalificaciones a través de lo que conocemos como los diarios oficialistas. Si continúas en tu afán te inventan un expediente con los signos propios del Talón de Aquiles, pues son tantos los absurdos y las falsedades que contienen esas ordenanzas de pasquín que recuerdan a Goobbels en sus mejores épocas. Bien, si nada de ello funciona entonces ahora sí se nos convirtió el hombre afable y religioso en nada más, pero igualmente nada menos que un Torquemada del siglo XXI, entiéndase, en un dictador, de esos que cierra periódicos y conculca libertades.
Su pensamiento y acción en esa instancia no atiende a las recomendaciones de Benito Juárez, que va, en su dialéctica los únicos que merecen respeto son él y sus allegados, los demás o nos sometemos o nos someten.
El grupo editorial Epasa confronta desde que decidió mantener su línea de informar veraz y objetivamente el acontecer nacional una persecución que nos remonta al norieguismo en su etapa de debacle y presagia que es voluntad del Pretor del Diarismo Nacional que los ciudadanos solo conozcamos lo que su administración dice que pasa y no lo que sucede realmente. Es un juego parecido al del gato y el ratón, tan solo que ese gato es muy grande y nosotros no somos ratones sino seres humanos con derecho inembargable e imprescriptible a razonar, debatir y opinar.
Hoy asistimos a un escenario vibrante en la medida que los regentes de esa casa editorial popular comparten las necesidades, penurias y limitaciones de los olvidados del campo y la ciudad, por esto son retahilados y arrinconados hasta lo impensable.
En Panamá se disputa una cruenta y desventajosa batalla entre un gobierno mendaz y unos periódicos que se abrazaron con sus lectores ya no solo en las noches de invierno como cobertores improvisados, ahora son los defensores de la idea que se puede y debe cambiar en beneficio de todos.
Abogado
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