Panamá
Hotelito, hotelito, ¿porque tan carito?
Algo parecido nos ocurre este año al zarpar en un crucero desde Southampton que culminará con escalas en 15 países del norte de Europa y el mar báltico.
- Jaime Figueroa Navarro
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- - Actualizado: 29/1/2024 - 12:00 am
El año pasado al reservar un crucero trasatlántico que zarpaba desde Miami con destino final Lisboa, contábamos con la opción de embarcar, como alternativa, en la primera escala que era la ciudad de Nueva York.
Estando muy tentados en adoptar este capricho para disfrutar de los pormenores de la Gran Manzana durante unos días, revisamos inicialmente las diferencias en los precios de los pasajes hacia Miami y Nueva York, que resultaban aceptables, para posteriormente escudriñar los precios de habitaciones de hoteles en Nueva York.
Cabe añadir que a mí no, pero a mi esposa si, le desazona el frio y se trataba de una aventura con despegue a finales de octubre, en mero otoño septentrional. Durante mis años de estudios secundarios y universitarios, viví el cambio de temporadas en Nueva Inglaterra y Nebraska, caracterizándose este último, que rima con Alaska, por los extremos radicales en temperaturas desde mayores de cien grados hasta menores de cuarenta grados bajo cero Fahrenheit.
En aquellos años mozos me deleitaba esquiar en Vermont, patinar sobre hielo en los lagos de Massachusetts e inclusive pescar sobre los mismos pacientemente taladrando un hoyo, lanzando a la pobre lombriz, enlazada al anzuelo, a una muerte segura en las gélidas aguas para atrapar como recompensa, posterior a tiritar varias horas, un pescadito levemente más corpulento que una sardina, algo muy distinto a nuestra acostumbrada pesca deportiva en aguas del Pacifico istmeño.
A Dios gracias desistimos, resultado de la frigidez de mi mujer, a pernoctar en la ciudad de Nueva York. El resultado de mis pesquisas arrojaba precios promedio sobre los $500 la noche en hoteles "aceptables" en Manhattan. Cabe añadir que el entorno resulta la metrópolis más costosa del mundo en hospedaje, donde la suite Penthouse del hotel Four Seasons totaliza la obscena suma de $45,000 la noche, y aquello sin contabilizar los impuestos. añadiendo $6,637.50 a la cuenta total.
Juiciosamente, optamos por embarcar en Miami gozando de la jornada del 3 de noviembre visitando el museo de cera de Madame Tussauds para posteriormente encontrarnos con mi compañero de estudios universitarios George Komninakis para un almuerzo liviano y una caminata de camellos en el East Side, ahorrándonos así los costos del hotel.
Algo parecido nos ocurre este año al zarpar en un crucero desde Southampton que culminará con escalas en 15 países del norte de Europa y el mar báltico. Como viajamos con mi hija Patricia y su consorte Mateo, quienes visitan Londres por vez primera, optamos por pernoctar en aquella ciudad durante 3 noches para escudriñar sus más icónicos magnetos.
En un viaje hará algunas lunas, mi esposa y yo seleccionamos un hospedaje "módico" en Londres, sobrepasando las 150 libras esterlinas la noche, cercano a la estación de tren Victoria, el Sheriff Inn. Cual fue nuestra sorpresa al registrarnos que la recepcionista nos entregó un manojo de 3 llaves en el tercer piso del edificio colindante, explicándonos que la primera era para la apertura de la reja del edificio, la segunda la llave de la habitación y la tercera la del baño.
La estructura no contaba con elevador, por lo que tuve que ascender las escaleras, corpulentas maletas al lomo, con pausas para un respiro entre pisos. La íngrima habitación era tan, pero tan pequeña, que no contaba con espacio para tender la ropa, ocupando la cama casi la totalidad del espacio, a Dios gracias, con un pequeño lavamanos al pie, y a nuestra desgracia, la ventana sellada. Obvia violación del código de seguridad, que no permitía la entrada de aire fresco. La llave para estrenar el minúsculo baño, que consistía en un inodoro y una regadera, se encontraba entre pisos, para compartir con todas las habitaciones del tercer piso.
Retorné a la recepción para solicitar un reembolso, pero era muy tarde, ya habían cobrado las 3 noches, desayuno incluido. No dejó de sorprendernos que el desayuno consistía en una taza de té frio y "porridge" con un sobrecito de galletas de sal. Al seleccionar un hotel en Londres, hágase un favor y no se hospede en el Sheriff Inn. Por lo demás, escudriñe bien la letra menuda y revise los comentarios de los pasajeros. ¡Cruzamos los dedos para que nuestra selección de este año no resulte tan dantesca!
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