Imitar a cristo I
- Redacción/
¿Quiere progresar en santidad, crecer como cristiano? Pues, además de la oración y sacramentos, el amor al próximo y la escucha de la Palabra, le propongo imitar a Jesucristo haciendo énfasis en alguno de sus misterios.
Francisco de Asís, quien imitó a Jesús de manera muy intensa, inventó la celebración del Nacimiento con todos los elementos que conocemos: cueva, pesebre, niño Dios, angelitos, etc. y con su corazón de poeta extasiado al contemplar "el Belén" cantaba al Amor y honraba al Hijo de Dios en su misterio de bebé indefenso, protegido por nuestra Madre María y San José.
La noche de Navidad se recogió por horas frente a su obra y entusiasmado, embelesado, rezó, cantó y lloró ante el Niño. Como el "trovador de Dios" hizo a todos cantar frente al "portal de Belén", y gracias a ese gesto poco a poco se fue entronizando esa tradición en el mundo católico hasta el día de hoy, donde las familias en torno al Nacimiento" cantan villancicos, comen turrones y tamales y adoran al Señor. Pero, por otro lado, sentía tal devoción por la humanidad de Cristo, que identificado con su crucifixión llegó al extremo su amor, que en un éxtasis místico recibió los estigmas de la Pasión y se convirtió en otro crucificado.
Podía, pues, sentirse como un recién nacido en brazos de su Padre Dios, o pasar a ser "otro Cristo" sintiendo la Pasión dolorosa de Jesús y revivirla intensamente en él. Igual le pasó al Santo Padre Pío que llevó los estigmas de la Pasión por cincuenta años. Desde niño tanto amó a Jesús que sentía su cercanía y en la medida en que crecía fue amando tanto al Cristo Crucificado que llegó de joven sacerdote a experimentar las heridas de los clavos y de la lanza romana. Eso le producía tan grandes dolores físicos, pero igualmente momentos tan plenos, que sentía un gozo espiritual que lo consumía de alegría por sentir que así colaboraba en la salvación de la humanidad.
(Sigue el próximo sábado).
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