La Buena Onda de un Gerente
Se acercó un joven culto, inteligente con un alto sentido de sensibilidad, solidaridad. Carlos era su nombre, con esa riqueza humana nos preguntó qué mercancía deseábamos. Estaba sorprendida por su óptimo Servicio al Cliente. Es difícil encontrarse en una tienda un joven tan despierto y laborioso, pensé.
- Elodia Muñoz
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- - Publicado: 25/7/2021 - 12:00 am
No tengo dudas de que lo que impulsa, nutre y sostiene a un país es la cultura. Y cada golpe a la cultura es un mazazo a Panamá.
Con el título de este artículo voy a relatarles la placentera experiencia con un negocio en el Centro Comercial de los Pueblos. Y es que el acto de este Gerente merece no un aplauso, sino una ovación de pie y lo que deja a las claras que todavía existen valores que se pueden ponderar en el tiempo.
En Panamá hay cantidades de centros comerciales a los que he tenido que hacerles docencia, que comprendan que si dos Personas con Discapacidad Visual visitan un comercio, es para hacer compras, que necesitan la asistencia del colaborador de la empresa, que los acompañen y describan a los que no ven, las especificaciones de la mercancía.
A veces, dependemos de un personal hostil, arrogante e incluso discriminatorio, también encontramos personal que tiene la intención de apoyarnos, pero no sabe cómo hacerlo y entonces optan por salir pronto del compromiso de ayudarnos y, en ocasiones, niegan la mercancía, argumentando que no la venden, demostrando con esa conducta la ausencia de lealtad y cultura del recurso humano y pulverizando la imagen de la empresa.
Entramos al almacén, nos recibió el agente de seguridad con atención excelente nos solicitó que esperáramos un momento que llamaría a una colaboradora para la asistencia. Se acercó un joven culto, inteligente con un alto sentido de sensibilidad, solidaridad y un largo etcétera de cosas buenas detrás. Carlos era su nombre, con esa riqueza humana nos preguntó qué mercancía deseábamos.
Vamos al departamento de hogar, respondimos. Estaba sorprendida por su óptimo Servicio al Cliente, sentí la curiosidad de preguntarle qué estudiaba. Mercadeo y Publicidad, repuso. Es difícil encontrarse en una tienda un joven tan despierto y laborioso, pensé.
Nos tomamos de su antebrazo, (es la forma de guiar a los ciegos), subimos las escaleras eléctricas, llegamos al lugar indicado y de forma amena comenzó a describirnos la mercancía: colores, texturas, formas y tamaños, una mezcla perfecta del trato cordial y personalizado, en un país donde las groserías y los agravios se han convertido en la manera de ser.
Carlos, nos trató no solo como clientes, sino como buenos amigos, también fue un Gerente inspirador, nos dispensó comprensión, solidaridad y empatía. Extraordinaria docencia y ejemplo que le dio Carlos a su personal demostrando la buena onda de un Gerente.
Escritora y Comunicadora Social.
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