La Casa de los Espejos
- Tomás Salazar Rodríguez
El título de este artículo nos evoca imaginar con infinidad de espejos. Sin embargo, "La Casa de los Espejos" es el lugar donde los políticos ensayan las ilusiones que le venden al pueblo. Para entrar a ella, se requiere cumplir ciertos requisitos como: estar inscrito en un partido político, tener aspiraciones desmedidas para ser presidente, diputado, o alcalde, y no tener escrúpulos.
La Casa de los Espejos se llena al anochecer. Está tapizada de espejos en las cuatro paredes de la habitación, piso, techo y por fuera también. En la habitación principal existe toda suerte de menjurjes para la buena suerte, velas y oraciones para pedirles a Changó, que los protejan en sus aventuras. Su principal mandamiento es el más fácil de cumplir: "Prometer todo lo que el pueblo quiere escuchar".
Los políticos acuden siempre a la esa casa para autoconvencerse de las cosas que dicen, ensayan la máxima de una mentira dicha mil veces se convierte en una verdad irrefutable. Practicar el doble discurso hasta que sea indetectable; lamentablemente, así es la vida; se lo digo porque construí una Casa de los Espejos como otros tantos ingenuos. ¿Por qué existen las casas de los espejos? Porque la sociedad, a pesar de conoce la existencia de la casa de los espejos y se observa tal cual es reflejada en ellas, prefiere ignorar la realidad y permite ser utilizada eligiendo al gobierno que se merece.
Lo primero que hacen los políticos cada campaña es ir a los lugares de extrema pobreza a prometer trabajo, salud, agua potable, luz, educación y vivienda como lo ensayaron frente al espejo. Llegan con camisetas, gorras, banderas del partido y extiende la solicitud de inscripción al partido.
Tristemente eso ocurre solamente cuando estamos en periodos de elecciones, después que ganan, desaparecen. Es cuando nuevamente se reúnen en la Casa de los Espejos para repartirse el pastel.
Finalmente, quienes se benefician son los que tienen alguna relación familiar, apellidos aristocráticos, amigos de infancias, y parientes, ninguno de los que recorrían bajo el sol divulgando el discurso del candidato. "Nadie sabe para quien trabaja". Ah, un pequeño detalle, en La Casa de los Espejos existe abundante alcohol para desinfectarse de los besos y abrazos que tuvieron que soportar de los engañados votantes.
Como construí una casa de espejos, siempre les digo a mis amigos y parientes que no crean en los políticos, que saquen provecho en tiempos de campaña, porque después desaparecerán en la Casa de los Espejos donde sólo entran los políticos y los de afuera siguen observando sus ilusiones.
tsalazar@cableonda.net
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