La Comisión de la Verdad
Publicado 2001/01/27 00:00:00
- Katherine Palacio P./CrÃtica
Mucho se ha especulado sobre el nombramiento de la Comisión de la Verdad: que si debe nombrarse, que si no es constitucional, que si interfiere con el poder judicial. Nada de esto debe extrañarnos, porque los panameños somos criticones por naturaleza y resulta difícil complacer aunque sea a una mayoría.
Trataré de ser objetiva en lo que escriba y daré mis razones de un sí o un no. Cuando se habló de nombrar una comisión ad latere del poder judicial, al principio pensé que tenían razón quienes opinaban que iría a usurpar funciones. Sin embargo, viéndolo con claridad, existen precedentes nacionales e internacionales. Cuando asesinaron al presidente Kennedy se nombró una comisión que rindió un informe al respecto. En Chile y Argentina también se nombraron comisiones con el problema de los desaparecidos. En Panamá, si mal no recuerdo, la Asamblea Legislativa nombró una comisión cuando sucedió el magnicidio del presidente Remón.
Lo que pienso es que si los panameños tuviéramos confianza en la imparcialidad del poder judicial y en su voluntad para realizar correctamente las investigaciones, no hubiera necesidad de otra comisión. Si el Sr. Procurador actuara con precisión y celeridad, tal vez ya tendríamos resuelta la mayor parte de los casos que están en el aire. De allí la alternativa de que civiles participen en las investigaciones con las funciones que le dio el resuelto presidencial.
Desde luego y por lógica, el PRD "tenía" que responder a este planteamiento, porque se dieron por aludidos. Aunque es cierto que los civiles de aquella época colaboraron estrechamente con los militares, también es cierto que fueron estos últimos quienes cometieron los crímenes, las torturas y la persecución. Claro que algunos civiles estuvieron presentes y cercanos, pero el PRD como partido, no creo que intervino en lo más negro de la época. ¿Por qué, entonces, esa reacción infantil que tuvieron en un principio? Primero dijeron epítetos injustos a la presidenta Moscoso; después trataron de oponerse a la formación de la comisión; por último, no se hizo esperar la crítica a ciertos integrantes de la comisión.
Dentro del grupo comisionado existen personas que merecen estar allí. Si bien hay tres miembros un poco radicales y que son los rechazados por el PRD, pensemos que los panameños, o son PRD o son civilistas y no era fácil el escogimiento. Si se hubiera hilado delgado, la dificultad se hubiera presentado de todos modos y las críticas que hoy hace la oposición, las hubieran hecho los civilistas si incluyen personal ligadas a aquel régimen. Dentro de la comisión hay personas serenas, pensantes y centradas. Estoy segura que el día que los "radicales" se alboroten, habrá quienes los equilibren y los llamen a jaque. Esas tres personas no me preocupan, más bien son necesarias y sé que cumplirán con sus obligaciones dentro de la comisión.
Lo que sí podría obviar trabajo a la comisión sería que los militares que tienen conocimiento de lo sucedido, digan lo que saben, aun antes de ser interrogados. ¡Qué bien quedarían ante la comunidad! Si tenemos verdadera conciencia ciudadana, sabrían que es su obligación "cantar como pajaritos". Si son buenos panameños, es hora de que descarguen su conciencia luego de tantos años y se sientan livianos.
¿Por qué opinar antes de ver la actuación de la comisión? ¿Por qué adelantarnos a ahogarnos antes de cruzar el río? Demos, pues, una oportunidad y luego digamos si se equivocó o no la Presidenta al formar la Comisión de la Verdad y si el trabajo de la misma fue productivo o perjudicial. Aunque no querramos creerlo, el Ministerio Público necesita quien lo empuje en sus actuaciones y espero que la comisión lo logre. Eso sí, evitemos divisiones en el país que ya bastante problemas tiene y seamos objetivos. No nos parcialicemos demasiado y mantengamos el equilibrio.
Trataré de ser objetiva en lo que escriba y daré mis razones de un sí o un no. Cuando se habló de nombrar una comisión ad latere del poder judicial, al principio pensé que tenían razón quienes opinaban que iría a usurpar funciones. Sin embargo, viéndolo con claridad, existen precedentes nacionales e internacionales. Cuando asesinaron al presidente Kennedy se nombró una comisión que rindió un informe al respecto. En Chile y Argentina también se nombraron comisiones con el problema de los desaparecidos. En Panamá, si mal no recuerdo, la Asamblea Legislativa nombró una comisión cuando sucedió el magnicidio del presidente Remón.
Lo que pienso es que si los panameños tuviéramos confianza en la imparcialidad del poder judicial y en su voluntad para realizar correctamente las investigaciones, no hubiera necesidad de otra comisión. Si el Sr. Procurador actuara con precisión y celeridad, tal vez ya tendríamos resuelta la mayor parte de los casos que están en el aire. De allí la alternativa de que civiles participen en las investigaciones con las funciones que le dio el resuelto presidencial.
Desde luego y por lógica, el PRD "tenía" que responder a este planteamiento, porque se dieron por aludidos. Aunque es cierto que los civiles de aquella época colaboraron estrechamente con los militares, también es cierto que fueron estos últimos quienes cometieron los crímenes, las torturas y la persecución. Claro que algunos civiles estuvieron presentes y cercanos, pero el PRD como partido, no creo que intervino en lo más negro de la época. ¿Por qué, entonces, esa reacción infantil que tuvieron en un principio? Primero dijeron epítetos injustos a la presidenta Moscoso; después trataron de oponerse a la formación de la comisión; por último, no se hizo esperar la crítica a ciertos integrantes de la comisión.
Dentro del grupo comisionado existen personas que merecen estar allí. Si bien hay tres miembros un poco radicales y que son los rechazados por el PRD, pensemos que los panameños, o son PRD o son civilistas y no era fácil el escogimiento. Si se hubiera hilado delgado, la dificultad se hubiera presentado de todos modos y las críticas que hoy hace la oposición, las hubieran hecho los civilistas si incluyen personal ligadas a aquel régimen. Dentro de la comisión hay personas serenas, pensantes y centradas. Estoy segura que el día que los "radicales" se alboroten, habrá quienes los equilibren y los llamen a jaque. Esas tres personas no me preocupan, más bien son necesarias y sé que cumplirán con sus obligaciones dentro de la comisión.
Lo que sí podría obviar trabajo a la comisión sería que los militares que tienen conocimiento de lo sucedido, digan lo que saben, aun antes de ser interrogados. ¡Qué bien quedarían ante la comunidad! Si tenemos verdadera conciencia ciudadana, sabrían que es su obligación "cantar como pajaritos". Si son buenos panameños, es hora de que descarguen su conciencia luego de tantos años y se sientan livianos.
¿Por qué opinar antes de ver la actuación de la comisión? ¿Por qué adelantarnos a ahogarnos antes de cruzar el río? Demos, pues, una oportunidad y luego digamos si se equivocó o no la Presidenta al formar la Comisión de la Verdad y si el trabajo de la misma fue productivo o perjudicial. Aunque no querramos creerlo, el Ministerio Público necesita quien lo empuje en sus actuaciones y espero que la comisión lo logre. Eso sí, evitemos divisiones en el país que ya bastante problemas tiene y seamos objetivos. No nos parcialicemos demasiado y mantengamos el equilibrio.
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