Mensaje
La indecisión y sus consecuencias
¿Sabe usted que si no se decide en la vida realmente a algo trascendente, de beneficio para otros, que realmente sea bueno, usted nunca realizará toda la
¿Sabe usted que si no se decide en la vida realmente a algo trascendente, de beneficio para otros, que realmente sea bueno, usted nunca realizará toda la riqueza de su ser y no será feliz? La indecisión es un gran mal personal, ya que bloquea toda la fuerza que mueve el desarrollo integral de una persona e impide que sus potencialidades se realicen con la plenitud necesaria. Pongo un ejemplo muy sencillo: Si una persona no se decide realmente a bajar de peso y no pone los métodos adecuados, seguirá engordando y poniendo en peligro su salud. Si una familia no se decide a hacer los cambios económicos necesarios, ahorrando lo más posible, no saldrá de sus deudas.
Si usted no se decide a emprender un camino de superación humano, profesional, espiritual, será algo así como un cactus en el desierto secándose con la incertidumbre, o como una barca que no tiene rumbo y va donde la lleva el viento. No llegará a ninguna parte.
Entre las causas por las que una persona se pasa una vida entera sin decidirse están: 1. La desconfianza en uno mismo, ya que no se cree capaz de cumplir lo que emprende. El dudar de sus capacidades y el sentirse muy pequeño para realizar aquello que aspira, es decir, tener una autoestima muy baja, impide una decisión importante. 2. No tener bien clara sus metas, ideales, sueños y por eso, al no saber qué querer en la vida, no hay manera de que se decida a nada. Mucha gente no sabe lo que quiere en la vida y por eso nunca llegan a ninguna parte. El que no sabe lo que quiere, ¿cómo se va a decidir a algo? 3. Los miedos, por ejemplo a fracasar, a hacer el ridículo, a quedarse solo, a no ser comprendido, a un compromiso que le exija mucho paralizan a la persona y le impiden hacer algo provechoso en la vida.
Los indecisos viven en una constante zozobra y terminan siendo personas frustradas y esto los puede llevar a sufrir depresiones. La indecisión frena cualquier determinación necesaria para escoger carrera, cónyuge, una misión en la vida. Los indecisos si ocupan cargos claves en el desarrollo de los pueblos, frenan cualquier proceso de cambio.
No se atreven a hacer nada significativo por miedo a que salga mal su acción, y una excesiva prudencia los convierte en un freno al desarrollo.
La persona que se decide de verdad a algo grande recoge todas las fuerzas interiores y las canaliza en la realización de sus metas. Surge una mayor lucidez en ella y la agilidad mental sobresale, igual que se fortalece la voluntad y hasta físicamente se observa en la persona más flexibilidad y una disposición a trabajar con más intensidad. La energía mental, emocional y física se redoblan cuando uno se decide en verdad a hacer algo con entusiasmo. En verdad una decisión puede cambiar toda una vida. Abraham se convirtió en “padre de una multitud de creyentes” al decidir obedecer a Dios con fe y dejar todo. María se convirtió en la madre de mi Señor por su valiente decisión, por su sí radical. Agustín se transformó por la gracia de Dios en un gran santo e Ignacio de Loyola de cortesano a fundador de la Orden de los Jesuitas, gracias a una decisión total. Todo es cuestión de perseverancia.
Si usted quiere triunfar en la vida no se rinda, siga adelante luchando. La copa del vencedor se gana después de mucho perseverar. Ore y siga luchando, que esto le ayudará a lograr todo lo que se proponga en la vida. Sea como la pequeña hormiga: constante en su trabajo y grande constructora.
Jamás acepte la derrota como algo que no se puede superar. Nunca diga: No puedo, voy a abandonar esta causa, no soy capaz. Son frases de personas que no tienen fuerza de voluntad. Usted no es así, usted seguirá mirando hacia la meta, hacia los triunfos que Dios le ha preparado. Repítase frases como: Yo puedo; si Dios está conmigo quién puede contra mí; no abandonaré, seguiré hasta el final.
Todos conocemos casos de gente emprendedora y vencedora y veremos que detrás de todo hay una decisión valiente, lúcida y capaz de enfrentarse a cualquier obstáculo. Para tener una gran decisión se necesita el silencio para pensar, la oración para pedir iluminación, el tiempo para madurar las ideas, los consejos oportunos de gente capaz y la valentía para emprender un camino heroico, confiando siempre en el Señor, porque con El podemos ser invencibles a cualquier obstáculo.
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