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La punta del iceberg
Gabriel J. Perea R. - Publicado:
Como es de conocimiento general, sólo una pequeña parte de un témpano de hielo logra verse, el resto está bajo la superficie del mar ocultando sus verdaderas dimensiones, convirtiéndolo en una amenaza para la navegación.Es un hecho de la naturaleza que debería ser útil para adelantarnos a situaciones potencialmente peligrosas y no naufragar en esfuerzos que cuestan a todos.Dos casos para que estemos atentos y se tomen los correctivos: Primero nos desayunamos un escándalo que nadie sabe dónde parará; el www.panamacompra.gob.pa, el sistema proclamado a ser el exterminador de la corrupción en las compras gubernamentales, resultó que se traga lo que sea, superando un antiguo filme, cuyo nombre omitimos por respeto a los lectores. Proveedores falsos, empresas brujas y pagos a cualquier perico por su casa fueron procesados por ese sistema sin despertar sospechas.En el segundo caso, la página Web de la Asamblea Nacional (www.asamblea.gob.pa) fue "hacheada" por desconocidos, quienes colocaron un significativo mensaje.Ambos casos son muestras fehacientes que la tecnología, sin controles adecuados, resulta en posibles fracasos.La modernización de un Estado mediante el uso de la tecnología conlleva obligantes controles de verificación, auditoría y fiscalización para garantizar que la información esté protegida y, sobre todo, que sea veraz.Sin estos elementos para salvaguardar las inversiones gubernamentales sólo estamos gastando los recursos del Estado en comprar tecnología sin garantizar que cumplan mínimos requisitos de confiabilidad.Estos casos no deben convertirse en la punta del iceberg; son, aunque bochornosos, puntos de verificación en el esfuerzo de modernización del Estado que está desarrollando la actual administración.Se impone una auditoría general de los recursos tecnológicos gubernamentales, en todas las entidades para garantizar que los bienes intangibles de la nación están salvaguardados y que la gestiones públicas no se vean interrumpidas por intervenciones malintencionadas o lo que puede ser peor, que se pierda la credibilidad a nivel nacional e internacional en los procesos burocráticos.