Causas y consecuencias
La separación de Colombia en 1903
- Ricardo Cochran Martínez (opinion@epasa.com)
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La negociación recae en Panamá no por “estampillitas”, a Bunau Varilla no se le debe nada, fue la realidad material del proyecto francés accesible en buena parte a la cartera e intereses norteamericanos. Toda la maniobra política para asumir un rol geo-dominante en el hemisferio occidental, choca de repente con la negativa colombiana.
La “Leyenda Negra” se hizo eco en varios historiadores latinoamericanos en la cual inclusive Jorge Abelardo Ramos señala que es en Panamá que se le da el último clavo a la idea bolivariana tras la separación en 1903.
También la visión de historiadores y sociólogos nacionales han ayudado a crear una atmósfera hostil en torno a la actuación de nuestros legítimos próceres en los acontecimientos de aquel 3 de noviembre.
Repasemos cuáles son las causas de ese evento.
Panamá se unió a la Gran Colombia formada por Venezuela, Colombia y Ecuador, que se unió después de nosotros. Hasta 1830 dura la Unión, cuando Bolívar es desterrado de Colombia por causa de la incisión entre federalistas dirigidos por Santander y los partidarios que optaban por un poder hegemónico presidencialista.
Ya Panamá en 1826 había intentado la separación, la razón era económica, seguiría las separaciones de 1830, 1831 y 1840.
A decir del Dr. Alfredo Figueroa Navarro, había una diferencia muy marcada entre Colombia y Panamá, la primera era histórica, la segunda económica y la tercera geográfica. La señorial Bogotá enfundada en el clima templado era contraste con el clima tropical de la ciudadela de Panamá. Bogotá era introvertida, y sus relaciones económicas giraban en torno al agro y la explotación de minas. La economía istmeña dependía del comercio exterior, y la enorme distancia entre el poder central y las provincias del istmo hacían los caminos de entendimiento muy difíciles.
A finales del siglo XIX surgen en el mundo nuevas potencias económicas y militares, entre ellas Japón y Alemania, Italia, Francia al igual que Bélgica, en esas instancias Estados Unidos también gana terreno.
La obra de un filósofo estadounidense de profesión militar: Alfred Mahan titulado “la Influencia del poder naval en la historia” es la que introduce a los Estados Unidos en su filosofía de dominio geoestratégico.
Cuando el Herrán-Hay fue rechazado por Colombia, empezaron a ponerse en marcha acontecimientos que habían estado latentes en la sociedad imperialista estadounidense.
Dice el filósofo Mahan, que para ganar una batalla naval debes disponer de los “two powers” los dos poderes, infantería y naval, sin ellos no puedes librar un combate victorioso, es necesario afirma Mahan, escribiéndole al presidente Roosevelt que Estados Unidos tenga un Canal por el istmo centroamericano.
La negociación recae en Panamá no por “estampillitas”, a Bunau Varilla no se le debe nada, fue la realidad material del proyecto francés accesible en buena parte a la cartera e intereses norteamericanos. Toda la maniobra política para asumir un rol geo-dominante en el hemisferio occidental, choca de repente con la negativa colombiana.
Dice Hegel, el filosofo alemán, que lo “real es racional”. La racionalidad de una vía interoceánica para dominar estratégicamente el atlántico y el acceso al pacífico, es tremendamente real.
En esa filosofía, en esa necesidad, en esa aspiración Colombia no encajaba y más aun cuando de plano rechaza el Herrán –Hay.
En esas circunstancia del devenir histórico, del “zeigest” o espíritu de la época, Colombia no supo interpretar ese movimiento, los istmeños obviamente sí, porque desde 1826, se tenía una imagen de un proyecto de comunicación mundial a través del istmo, solo que en la era moderna había sido un camino de piedra entre ciudad de Panamá y Portobelo, y en la era de la revolución industrial era un canal artificial, el tan anhelado brazo de mar que Balboa buscó, que Pedrarias buscó y que no existió hasta que Estados Unidos construyeron el Canal. Cierto que para sus propios fines. ¿Pero no hemos sido los panameños unos luchadores desde el mismo 1903? Por supuesto que sí y la lucha generacional empezó con la República.
Hemos alcanzado la victoria en una patria tendida sobre un istmo, y ha sido porque la conjunción de factores de ese noviembre de 1903, estuvieron a nuestro favor y de ello ningún panameño debe sentirse defraudado y medir comedidamente la actuación de sus próceres, los cuales tanto en ciudad de Panamá como en Colón urdieron el ardid para tomar como prisioneros a los coroneles colombianos y convencerles que Colombia ya no mandaba más en Panamá.
Y aun cuando nuestro pueblo olvida su historia, debo repetir lo que dijese Jóse Martí: “nuestro vino es amargo, pero es nuestro vino”. Es decir, compatriotas, con todas nuestras fallas y aciertos, Nuestra patria es nuestra patria y es única.
En un 3 de noviembre más, celebremos y demos Loor a nuestro Panamá, ¡Salud….!
Profesor en Filosofía e Historia
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