La verdad sobre la seguridad social
El problema central de la CSS es que la Ley 51 de diciembre de 2005 dejó desamparada a la última generación de lo que ahora ...
El problema central de la CSS es que la Ley 51 de diciembre de 2005 dejó desamparada a la última generación de lo que ahora ...
- Juan Jované ([email protected])
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- - Publicado: 18/11/2015 - 12:00 am
El problema central de la CSS es que la Ley 51 de diciembre de 2005 dejó desamparada a la última generación de lo que ahora es el subprograma de beneficio definido (programa solidario). En efecto, esta ley significó que todas aquellas personas que empezaran a trabajar por primera vez y fueran inscritas en la CSS a partir de 2008, deberían ser incluidas en el nuevo subsistema mixto, que es básicamente un sistema de cuentas individuales. Además, determinó que los fondos de los dos subsistemas quedaron totalmente separados, de forma que no se pueden hacer pagos ni transferir recursos de un subsistema a otro (artículos 151 y 155).
Lo anterior convirtió a los asegurados del subsistema solidario en lo que se conoce como un grupo cerrado, es decir, en uno al que no entra más nadie. En este, sin embargo, la edad promedio se va elevando, el número de cotizantes activos (trabajadores activos) va disminuyendo, mientras que el de pensionados va a ir aumentando. Esto, obviamente, lo sabían quienes propusieron el sistema, a los cuales se les advirtió explícitamente lo que en estas circunstancias inevitablemente iba a suceder.
... TRASLADADO A NUESTRA REALIDAD, QUE AL SISTEMA SOLIDARIO, ES DECIR, AL SISTEMA DE BENEFICIO DEFINIDO, SE LE NEGÓ LA POSIBILIDAD DE APROVECHAR EL ECONÓMICO OBSERVADO RECIENTEMENTE EN PANAMÁ. PARA CONFIRMAR ESTO, SE PUEDE SEÑALAR QUE ENTRE 2005 Y 2013 EL NÚMERO DE COTIZANTES ACTIVOS EN LA CSS SE ELEVÓ EN 92.8%, EN CONDICIONES QUE TODOS LOS NUEVOS COTIZANTES A PARTIR DE 2008 FUERON INCLUIDOS EN EL SISTEMA MIXTO.
Los sistemas solidarios operan de forma tal que las personas que están pensionadas reciben sus beneficios a partir de dos fuentes financieras: la cotización de los asegurados que son trabajadores activos, siendo esta la principal, así como de los intereses y beneficios originados en las inversiones realizadas con las reservas. En este caso, si las obligaciones de pagar las pensiones son menores que los ingresos por cuotas e inversiones, las reservas aumentan. En el caso contrario, disminuyen. Esto último es lo que va a ocurrir con el subsistema de beneficio definido, ya que, como se señaló, cada vez tendrá menos cotizantes y más pensionados.
Esto se les advirtió a quienes patrocinaron y aprobaron la Ley 51, aclarándoles que estaban generando una notable injusticia social, la cual dejaría sin solidaridad y con problemas de pensiones a toda una generación, la cual había cumplido con su deber de solidaridad intergeneracional. Se les señaló que estaban creando lo que Joseph Stiglitz llama costos de transición, que de no ser cubierto por parte del Estado, tal como ha sido práctica en otros países, estos recaerían, como ahora lo están haciendo, sobre la población asegurada.
Paul Samuelson, ganador del Premio Nobel de Economía en 1970, demostró hace mucho tiempo que los seguros sociales solidarios, es decir, de beneficio definido, tienen una efectiva rentabilidad, la cual sería igual a la suma de la tasa de crecimiento del empleo y de la tasa de crecimiento de los salarios.
Esto significa, trasladado a nuestra realidad, que al sistema solidario, es decir, al sistema de beneficio definido, se le negó la posibilidad de aprovechar el económico observado recientemente en Panamá. Para confirmar esto, se puede señalar que entre 2005 y 2013 el número de cotizantes activos en la CSS se elevó en 92.8%, en condiciones que todos los nuevos cotizantes a partir de 2008 fueron incluidos en el sistema mixto. Lo mismo ocurrió con una buena parte de las remuneraciones de los asalariados, que entre 2005 y 2012 crecieron en 112.7%. Hoy es claro que de no haberse dado la Ley 51, las reservas del subprograma de beneficio definido (solidario) serían superiores en 50.0% a las que realmente existen. Esto es un hecho al que poco se le ha dado publicidad.
En las circunstancias planteadas, las llamadas medidas paramétricas, que incluyen cosas tales como el aumento de la edad de jubilación, el incremento en la densidad de cuotas, el endurecimiento del cálculo de las pensiones y otras por el estilo, resultan notablemente injustas. En primer lugar, dado que se generó un grupo cerrado, las mismas tendrían que ser notablemente extremas para sostener las pensiones de quienes quedan como población cada vez menor en el sistema solidario. En segundo lugar, es totalmente inequitativo que a una cohorte (generación) que practicó la solidaridad intergeneracional se le niegue la misma, cargándola con un costo excesivo, prácticamente insoportable.
La real solución del problema es la vuelta a la solidaridad intergeneracional, junto a una capitalización de la CSS a partir del Estado y el aseguramiento de una economía dinámica. El logro de una salida de esta naturaleza solo será posible por medio de una muy amplia movilización de la población asegurada. Esta se inicia con la marcha convocada por diversos sectores sociales para el 27 de noviembre.
Economista
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