La Zona Libre para los colonenses

Después de todo el tira y jala que hubo en Colón y viendo las dificultades con que se intenta, a través del diálogo, llegar a acuerdos satisfactorios para ambas partes, se me ocurre, como posible solución a este impasse, que el Estado transfiera tanto los terrenos como la administración de la Zona Libre, al municipio de Colón, con lo cual se le garantizaría a ese municipio un ingreso mínimo permanente de unos 30 millones anualmente, en concepto de alquileres, para sus obras comunitarias.

Esto permitiría suspender el desgastante diálogo pues ya no sería necesario que el Estado los subsidie más. Entonces sí podrán decir, como lo han venido diciendo erróneamente, que la Zona Libre es patrimonio de Colón, y así podrán disponer de esos fondos sin necesidad de tener que negociar nada con el gobierno.

Si a esos altos ingresos permanentes les sumamos los casi $1,200 millones que el gobierno está invirtiendo en esa provincia, no habría razón para que no despeguen a corto plazo, sin tener que culpar a otros por sus deficiencias. De efectuarse este traspaso, estoy seguro de que los más complacidos serían tanto la Asociación de Usuarios, como la Cámara de Comercio, quienes lideraron la oposición al plan que había presentado el gobierno de vender los terrenos a sus actuales usuarios, dándole a los colonenses un porcentaje del producto de dicha venta; pues ya no obtendrían un simple porcentaje sino el gran total.

Al hacer la presente sugerencia, estoy demostrando que no tengo, ni nunca he tenido, razón alguna para estar en contra de Colón ni de los colonenses; todo lo contrario. Tal percepción, sin embargo, pudo haberse originado del hecho de que en escritos anteriores he planteado realidades sobre actitudes políticas partidistas y/o ideológicas, que erróneamente se tomaron allá, comentarios estos que a algunos no les gustó, pero que, en mi opinión, el no haberlas considerado en su momento, los ha conducido a cometer errores. De no haber sido así, desde hace mucho tiempo Colón sería aún más próspero. Y señalo que al decir: “aún más próspero” estoy indicando que en Colón sí hay mucha prosperidad pues, para comprobarlo, basta con transitar por allá y darse cuenta del gran movimiento comercial que impera.

No pretendo, en tan corto espacio, intentar siquiera señalar algunas causas de sus problemas, pero no hay razón para que no los puedan ir superando. No obstante, para lograr esta superación, en todo momento deben tener muy presente que en el mundo jamás existirá una solución final a ningún problema, pues cada paso que demos hacia adelante nos presentará nuevos y mayores retos que habrá que ir resolviendo en su momento, con dedicación y permanente esfuerzo.

Empresario.