Liderazgo equivocado
Publicado 1998/07/19 23:00:00
Una vez más el liderazgo radical de algunos líderes sindicales está conduciendo a sus seguidores y a toda la comunidad a un callejon sin salida. Hace pocos meses los afiliados al Sindicato Industrial de Trabajadores de la Chiriquí Land Company fueron embarcados por una dirigencia intransigente en el camino que esperaban los condujera hacia mejores condiciones de trabajo, pero que en su lugar les trajo más desempleo y miseria.
En aquella ocasión no midieron las consecuencias de sus actos, y como resultado de una huelga llevada más allá de límites razonables se destruyeron las plantaciones de banano que constituyen la razón de ser de su actividad. Hoy todos lamentamos lo ocurrido como una pérdida irreparable que a nadie benefició.
El conflicto en la construcción puede degenerar en algo muy similar. Con motivo de las posiciones extremas que se llevaron a la mesa de negociación entre el gremio de los constructores y su sindicato, todo parece indicar que estamos frente a otra huelga que se prolongará por mucho tiempo debilitando a las partes y perjudicando a toda la sociedad.
En este caso las exageradas aspiraciones de la SUNTRACS provocará la reducción de empresas afiliadas a la CAPAC que evaluarán las consecuencias de mantenerse pagando salarios mucho más altos y prestaciones mucho mayores que sus colegas que no lo están. ¿Cómo pueden justificar los contratistas obligados a cumplir esta Convención Colectiva el sobrecosto que esto representa cuando no va acompañado de una mayor productividad?
Con el pasar del tiempo disminuirán los afiliados al Convenio Colectivo y con ello los trabajadores que recibirán sus beneficios y así mismo los miembros del sindicato que en lugar de fortalecerse resultará debilitado. Así se repite el cuento del flautista de Hamelin que condujo al precipicio a una legión de ciegos seguidores adormecidos por las agradables notas de su música angelical.
Las reglas de juego han cambiado y los líderes sindicales tienen que comprender que sobre ellos descansa la grave responsabilidad de modificar las viejas fórmulas de enfrentamiento si realmente buscan el beneficio de sus agremiados. De lo contrario el propio grupo se volverá sobre su dirigencia reclamando que como resultado de acciones descabelladas están contribuyendo al deterioro del nivel de bienestar que ya habían alcanzado.
En aquella ocasión no midieron las consecuencias de sus actos, y como resultado de una huelga llevada más allá de límites razonables se destruyeron las plantaciones de banano que constituyen la razón de ser de su actividad. Hoy todos lamentamos lo ocurrido como una pérdida irreparable que a nadie benefició.
El conflicto en la construcción puede degenerar en algo muy similar. Con motivo de las posiciones extremas que se llevaron a la mesa de negociación entre el gremio de los constructores y su sindicato, todo parece indicar que estamos frente a otra huelga que se prolongará por mucho tiempo debilitando a las partes y perjudicando a toda la sociedad.
En este caso las exageradas aspiraciones de la SUNTRACS provocará la reducción de empresas afiliadas a la CAPAC que evaluarán las consecuencias de mantenerse pagando salarios mucho más altos y prestaciones mucho mayores que sus colegas que no lo están. ¿Cómo pueden justificar los contratistas obligados a cumplir esta Convención Colectiva el sobrecosto que esto representa cuando no va acompañado de una mayor productividad?
Con el pasar del tiempo disminuirán los afiliados al Convenio Colectivo y con ello los trabajadores que recibirán sus beneficios y así mismo los miembros del sindicato que en lugar de fortalecerse resultará debilitado. Así se repite el cuento del flautista de Hamelin que condujo al precipicio a una legión de ciegos seguidores adormecidos por las agradables notas de su música angelical.
Las reglas de juego han cambiado y los líderes sindicales tienen que comprender que sobre ellos descansa la grave responsabilidad de modificar las viejas fórmulas de enfrentamiento si realmente buscan el beneficio de sus agremiados. De lo contrario el propio grupo se volverá sobre su dirigencia reclamando que como resultado de acciones descabelladas están contribuyendo al deterioro del nivel de bienestar que ya habían alcanzado.
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