opinion

Los dolores de Jesús

El segundo dolor es el juicio injusto con testigos falsos donde se le condena porque quiso destruir el templo de Jerusalén y se hace pasar por Dios.

Monseñor Rómulo Eminiali CMF | | - Actualizado:

Los dolores de Jesús

En ese largo camino al calvario, donde Jesús ofreció la vida por nosotros en la cruz, experimenta él cinco dolores que quisiera asemejarlos a las cinco llagas en su cuerpo y su devoción. El primer dolor consiste en sentirse ultrajado, calumniado, difamado de manera horrible por los que se consideraron sus enemigos.

Versión impresa

Lo llamaron cómplice y amigo de pecadores, comilón y bebedor, embaucador y mentiroso, cabecilla de sublevación contra el César, blasfemo y Satanás jefe de demonios. De hecho al final lo acusan de hacerse pasar por rey, sustituyendo al césar. Por eso lo mata el imperio romano.

El segundo dolor es el juicio injusto con testigos falsos donde se le condena porque quiso destruir el templo de Jerusalén y se hace pasar por Dios. De hecho él hablaba de su propio cuerpo que sería destruido y al tercer día resucitaría. Y con sus hechos y dichos afirmaba una gran verdad, que sí era Dios.

Fue un juicio realizado con muchos insultos y burlas. Primero lo condenan los judíos y luego el imperio romano a través del cobarde Pilatos. El tercer dolor, muy agudo, la traición de sus amigos, empezando por Judas, que lo vendió por unas cuantas monedas.

Eso, aunado por la traición de Pedro en la madrugada del último día vida de Jesús y el abandono de todos sus discípulos, le causó gran sufrimiento. Y luego el cambio radical del pueblo que lo recibió con sus cantos y palmas el llamado domingo de Ramos, echando sus mantos en el suelo cuando pasaba Jesús, para luego pedir que lo crucificaran y que camino al calvario lo insultaban, lo escupían y se burlaban de él; eso lo hundió más en el dolor.

El cuarto dolor fue la salvaje tortura de manos de la soldadesca romana, que con sus látigos que terminaban con esas bolas de plomo con garfios que le arrancaban la piel provocaban múltiples y profundas heridas. Se burlaban de él, lo abofeteaban, lo escupían y le pusieron una corona hecha de ramas de árbol con espinas, y un manto de color púrpura. Y el camino a la cruz fue terrible, no sólo por el peso de la cruz, sino porque ya iba muy desangrado y debilitado.

Pero el quinto dolor fue el peor. Cargando con el peso de nuestros pecados, los de toda la humanidad y de todos los tiempos, y pagando el precio del rescate de nuestra condenación con su pasión y muerte, experimenta la terrible consecuencia de nuestros pecados, sentir el abandono de Dios.

Sentir la lejanía de Dios, él, que había vivido la más grande cercanía del Padre al extremo de que lo llamara a su Padre, papá, papacito, fue el más terrible dolor. Aun así muere exclamando: Padre, en tus manos entrego mi espíritu.

¡Mira lo que tiene nuestro canal de YouTube!

Etiquetas
Por si no lo viste
Regístrate para recibir contenido exclusivo
Más Noticias

Economía Cámara de Comercio: Un sindicato no puede ser herramienta de caos

Sociedad Protestas se trasladan a las escuelas; Meduca pide a gremios no usar a los estudiantes

Política Apede propone revisar el mecanismo de revocatoria de mandato

Sociedad Panamá mantiene en 4% su previsión de crecimiento este año

Deportes Franklin Archibold estrena bicicleta: 'Es muy ligera'

Sociedad Saúl Méndez sale custodiado al aeropuerto de Tocumen rumbo a Bolivia

Política Bolivia otorga asilo al secretario del Suntracs, Saúl Méndez

Deportes Nataly Delgado gana título mundial de boxeo al vencer a la mexicana Ramírez

Sociedad Ricardo Martinelli: 'Algo adolorido, pero camino a mi recuperación'

Sociedad Autoridades sancionan a empresas por daños ambientales en Playa Venao

Deportes Panamá inaugura su Salón de la Fama y Museo del Deporte para honrar a sus leyendas

Suscríbete a nuestra página en Facebook