Panamá
Más allá de la rentabilidad: El imperativo ético en la gestión empresarial
- María Teresa De La Rosa
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- Gerente Legal y de Cumplimiento de Cervecería Nacional
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En el entorno empresarial, ya no basta con producir bien; es necesario hacerlo con sentido, responsabilidad e integridad. La ética, entendida no como un marco restrictivo sino como una guía estratégica, se ha convertido en un factor crítico de sostenibilidad. La rentabilidad sigue siendo un objetivo legítimo, pero no puede desligarse de la forma en que se alcanza.
La gestión ética se practica en el día a día, poniéndose a prueba en decisiones reales, especialmente cuando implica elegir lo correcto por encima de lo conveniente. Sin embargo, para que la ética se viva de forma consistente en toda la organización, es fundamental contar con una guía madre que sirva como marco de referencia. Este tipo de documento no solo orienta el comportamiento individual, sino que brinda orden en el diseño de políticas internas y externas, asegurando que todas las decisiones se alineen con los valores institucionales. Desde Cervecería Nacional, manejamos un Código de Conducta en los Negocios que actúa como brújula en todos los niveles de la organización, facilitando una toma de decisiones ética, transparente y coherente con nuestra cultura. Liderar éticamente significa sostener principios incluso bajo presión, y para lograrlo, la ética debe estar integrada en la forma de pensar y actuar de toda la organización.
Liderar desde el ejemplo
Una organización ética es, ante todo, una comunidad humana guiada por valores. La ética no se impone, se modela, se exige y se cultiva. Por eso, promovemos una cultura donde el ejemplo nace desde los niveles más altos de liderazgo, con gerentes y directivos que encarnan y transmiten los principios que esperan ver reflejados en toda la organización. Esta convicción se extiende a nuestros procesos de selección y desarrollo de talento. A través del programa Talento Cervecería, identificamos jóvenes con potencial de liderazgo que no solo destacan por sus habilidades técnicas, sino por su capacidad de actuar con criterio ético, ya que formar líderes íntegros es esencial para preservar y fortalecer la cultura que define a una organización.
El rol del cumplimiento: ética en la práctica
Desde la óptica legal, liderar con ética requiere contar con marcos sólidos de prevención, control y responsabilidad. Por eso, es fundamental establecer un sistema de cumplimiento robusto, con principios aplicables a toda la operación, incluyendo procesos de contratación, acuerdos comerciales y relaciones con entidades públicas.
Esto cobra aún mayor relevancia en organizaciones vinculadas al manejo de bebidas alcohólicas, como es el caso de Cervecería Nacional, donde todos los contratos con proveedores y distribuidores son revisados para asegurar su alineación con nuestras políticas internas, la normativa local y los estándares internacionales de integridad. Asimismo, se supervisan cuidadosamente las campañas publicitarias y activaciones comerciales, para garantizar que reflejen los valores de la compañía y promuevan un consumo responsable, asegurando consistencia entre lo que se comunica y lo que representamos como organización.
Pero liderar éticamente no se limita únicamente al cumplimiento normativo. También implica asumir una responsabilidad activa con el entorno, evitando prácticas engañosas como el greenwashing y actuando con transparencia. Para ello, cada compromiso debe estar respaldado por datos verificables, metas claras y resultados medibles, garantizando que las acciones éticas se traduzcan en impactos reales y sostenibles.
Ética como estrategia y como legado
Hoy más que nunca, la ética no es solo una obligación legal ni un valor reputacional: es una ventaja competitiva y un legado. El verdadero impacto de una organización se mide en su capacidad de generar valor compartido: en las personas que forma, en las comunidades que transforma y en el entorno que protege.
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