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El mendigo de la calle Esperanza

Un día, se le ocurrió una idea muy original e ingeniosa, vestirse de mendigo con un propósito. Los días fueron pasando y Don Justo se volvió popular entre el grupo de mendigos que se reunían en un lugar específico a pasar la noche.

Bernardina Moore - Publicado:

Uno de los miles sin hogar, que duermen en las calles. Don Justo, como mendigo, lo que recolectaba lo ponía en la bolsa de los otros mientras dormían sin que se dieran cuenta. Foto: EFE.

Don Justo Cabales, hombre de nobles sentimientos y gran solidaridad, entrando ya a la edad donde el cuerpo se empieza a cansar pero no a rendirse, nunca se casó aunque supo lo que fue amar con intensidad a una mujer, pero no tanto como para casarse con ella.

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Poseía una enorme fortuna y sabía muy bien que esa era la debilidad de algunas mujeres. Por eso prefiere hacer obras de caridad, dándole buen uso a su dinero, ese era su pensamiento.
Pero más adelante, el destino le haría vivir algo que cambiaría su vida.

Un día, se le ocurrió una idea muy original e ingeniosa, vestirse de mendigo con un propósito. Eso es lo que vamos a averiguar aquí. Primero, se dedicó a frecuentar los barrios marginados haciéndose el tonto para pasar desapercibido como uno más del montón.

Como tenía dinero, no tuvo problemas en disfrazarse muy bien de mendigo. Escogió la esquina de la calle Esperanza como su sitio, llamémoslo de trabajo.
Era un área bastante transitada. Sombrero en mano, irreconocible para sus amigos, un día cualquiera comenzó su faena.

Los días fueron pasando y Don Justo se volvió popular entre el grupo de mendigos que se reunían en un lugar específico a pasar la noche.
Se las ingeniaba para salir de allí sin que lo notaran.

Un día, se apareció sin disfraz averiguando si había albañiles y hombres que trabajaran construcción y formó un equipo con los que sabían para construir un gran edificio, cómo les pagaban bien dejaron de mendigar.

El seguía en su papel de mendigo en la calle Esperanza. Lo que recolectaba lo ponía en la bolsa de los otros mientras dormían sin que se dieran cuenta. 
Un dia que regresaba de madrugada a su casa le extrañó ver a esa hora a una persona durmiendo en una banca de un parque media escondida tapada con periódicos.

Se acercó sigiloso tratando de ver si era hombre o mujer, sin querer tropezó con algo que hizo ruido y para su sorpresa de la banca se levantó asustada una desaliñada mujer, que le gritó: ¿quién es usted y que quiere? Don Justo, en medio de la penumbra, no distinguía bien el aspecto de ella por eso solo atinó a decir: tranquila, no le haré daño, pasaba por aquí y por curiosidad me acerqué al ver el bulto.

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Pero dime, ¿qué hace una mujer a estas horas por estos lugares? Le dijo: eso no es problema suyo.
Él le dijo: mira, te voy a dar una dirección donde puedes conseguir una chamba y no tengas que hacer lo que haces y en un pedazo de papel le anotó la dirección y siguió apresurado su camino.

Al día siguiente tocaron a la puerta de la lujosa casa de Don Justo y él en persona fue a abrir. Una mujer joven humildemente vestida muy hermosa le dijo: busco chamba. 
De momento no la reconoció, pero la invitó a pasar, ya en su estudio le preguntó ¿qué sabes hacer?

Ella, con timidez, contestó: soy graduada de secretaria, pero no consigo chamba y un mendigo me dijo anoche que aquí me podían ayudar.
Don Justo se llevó tremenda impresión, ya saben por qué. Y reponiéndose le dijo: la verdad es que necesito una secretaría, te haré algunas pruebas.

Y asi fue como Blanca Estela se convirtió en su secretaria  Atendía lo relacionado con la construcción y otras cosas.
Vivía en un modesto apartamento que alquiló. El siguió como mendigo de la calle Esperanza para cumplir lo que se había propuesto y todos los días sacaba un mendigo de la calle, además de trabajo les proporcionaba una profesión.

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Pero con el tiempo, fue sintiendo una atracción sentimental hacía Blanca Estela, que terminó en matrimonio.
Un día por descuido de Justo, Blanca descubrió el disfraz de mendigo y supo que fue él que la ayudó. Justo creó una fundación con todos los mendigos que rescató de la calle con el propósito de minimizar la mendicidad causada por la pandemia.
Blanca lo apoyaba en todo.

Escritora.

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