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Mireya Moscoso no necesita de más homenajes
VÃctor A. Santos J. - Publicado:
Desde muy joven Mireya Moscoso Rodríguez tomó dos decisiones que marcaron su futuro: Unir su vida al doctor Arnulfo Arias Madrid, a quien acompañó fiel y dedicadamente hasta el último de sus días, y consagrar sus energías, mente y espíritu a la política.Y cuando se produjo la desaparición física de su esposo y mentor, como su heredera y con una fuerza que muchos dudaron que tuviera, asumió el liderazgo del arnulfismo.Nunca fue candidata a puestos de elección hasta que en 1994 fue postulada para la más alta magistratura de la nación.De haberlo querido, pudo haber sido candidata en 1989, pero entonces declinó ese honor.La historia es reciente, pero conviene recordarla.En 1994, Mireya Moscoso, contra todos los pronósticos y encuestas que, sospechosamente, siempre la consideraron sin opciones, quedó en segundo lugar, a sólo 4 puntos porcentuales de diferencia.Prácticamente al día siguiente de las elecciones, con esa tenacidad que ha sido sello distintivo de su personalidad, inició su campaña para las siguientes.Por cinco años, en una campaña como nunca se había visto en nuestra política, recorrió hasta el último rincón del país.Sus pies, que nunca se rindieron al cansancio, caminaron cuanto camino y vereda pudo encontrar.La panameña y el panameño más humilde tuvieron la oportunidad de acercársele y contarle sus problemas; a todos los escuchó y a todos les hizo sentir su extraordinario calor humano.Cinco años de continuado esfuerzo y de gran tenacidad precedieron el arrollador triunfo electoral de Mireya Moscoso en 1999.En esos cinco años aumentó del 29 al 45 por ciento su respaldo electoral.Como heredera política de Arnulfo Arias recibió un caudal electoral envidiable, pero los resultados de 1994 y de 1999 demuestran que sobre esa base construyó, con su esfuerzo personal, para incrementarlo y salir victoriosa.Si alguna otra mujer panameña logrará emular o superar la carrera política de Mireya Moscoso, todavía está por verse.Por el desprendimiento que también es sello de su personalidad y por el empeño que siempre ha puesto porque se le reconozca su condición de género, estoy convencido de que ella sería la primera en alegrarse de que el camino y el precedente que sentó sea seguido, y no por una sino por varias de sus compatriotas.Independientemente del juicio que sus detractores puedan tener sobre su gestión como gobernante, aún a éstos no les queda otra alternativa que reconocer que por su esfuerzo y su tesón, y por que así lo decidimos la mayoría de las panameñas y panameños, Mireya Moscoso Rodríguez, una humilde mujer de nuestro campo, fue elevada por la voluntad popular, libre y democráticamente expresada, al más alto sitial que la patria reserva a sus hijos; y que por derecho propio, legítimamente ganado, entrará la historia de nuestra nación como la primera mujer que ocupó la Presidencia de la República.Ese es el mejor homenaje que en su vida podrá recibir.¡Y no creo que necesite de más!Por otro lado, la Presidenta debe asegurarse de que muchos de sus funcionarios mayores de 75 años imiten al Dr.Arellano Lennox, Dicha situación es otra violación a la ley, que también es atribuible a su administración.Es corrupción y peculado cobrar por lo que no se tiene derecho.