Panamá
No te desesperes
ólo pongo un ejemplo, de los muchos que hay, de lo que es capaz de llegar a hacer un fanático racista y nacionalista como Hitler.
- Monseñor Rómulo Emiliani
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- - Actualizado: 10/6/2024 - 12:01 am
No te desesperes, no pierdas la razón, no dejes de controlar tus emociones, jamás abandones tu fe. "Cuando los dioses quieren matar a alguien, primero lo enloquecen", viejo proverbio oriental. Es cuestión de que pierdas la serenidad, dejes de pensar objetivamente, permitas que los pensamientos negativos te asalten, abras las puertas de tu mente a lo irracional, ruja dentro de ti el salvaje rabioso dormido que aparece en las situaciones límites, para que cometas una barbaridad.
Así se cometen muchos homicidios, se lesionan a muchas personas en riñas absurdas, se comete mucho maltrato verbal o físico en los hogares, se rompen amistades o vínculos de colegas en diferentes oficios, se dicen muchos insultos y groserías en momentos de cólera irracional. Y es la base para que muchos exaltados políticos, racistas, nacionalistas a ultranza, inclusive religiosos fanáticos lleven a comunidades y a pueblos enteros al enfrentamiento violento y hasta genocida.
Sólo pongo un ejemplo, de los muchos que hay, de lo que es capaz de llegar a hacer un fanático racista y nacionalista como Hitler. Llevó a un país entero a una guerra con muchas naciones y al exterminio de millones de judíos y de otras nacionalidades en los campos de concentración nazi.
En el caso tuyo, aunque tu radio de acción sea mucho más pequeño, la turbación dentro de tu alma por una pérdida material, por un conflicto familiar, por un enfrentamiento ideológico, puede provocar acciones irracionales que vayan contra la dignidad humana del otro, su integridad física, o la pérdida de bienes de su propiedad. No confíes en ti demasiado. Que todos llevamos dentro un ángel y una bestia, y todo depende de a quien alimentemos diariamente con nuestros pensamientos, sentimientos, emociones, para que aparezca nuestra alma bendiciendo, perdonando, compartiendo los bienes, o maldiciendo, vengándonos, haciéndonos daño.
Si yo en mi corazón me la paso deseándole mal a una persona, recordando constantemente lo que me hizo, insultándolo interiormente, puede llegar un día en que me lo encuentre y lo ataque verbal o físicamente, y con consecuencias lamentables para cualquiera de los dos. Hay que conocerse. Hay que vigilarse continuamente. Ver como se desenvuelven nuestras emociones, como reaccionamos ante situaciones límite, donde se pone a prueba nuestra estabilidad emocional, nuestro equilibrio interior. Ser lo suficientemente inteligente para evitar conflictos innecesarios o que lleven el peligro de terminar en una tragedia.
Y recordar el mensaje de Santa Teresa: "Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene nada la falta. Sólo Dios basta".
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