
La existencia de Caín en la historia
Monseñor Rómulo Emiliani | opinió[email protected] |La nobleza, la fidelidad y la honestidad son virtudes que enaltecen toda relación humana.
La nobleza, la fidelidad y la honestidad son virtudes que enaltecen toda relación humana.
Necesitamos comunicarnos, escuchar, ser escuchados. Nacimos para la comunicación y la comunión.
Repele, asusta, repugna el maltratro, la patanería, la grosería y hace que la persona quede relegada, marginada, echada a un lado, aunque sea muy competente.
Es necesario desde la fe, la inteligencia y el análisis de la realidad darle un sentido profundo a lo que sucede.
Eso nos empobrece, nos frustra a la larga, nos entristece. Tenemos hambre de Dios, de trascendencia, de eternidad. Estamos hechos para Dios.
Cuando Jesús te dice que antes de poner la ofrenda en el altar te reconcilies con tu hermano; o cuanto te manda que perdones setenta veces siete.
La gran noticia, la más grande noticia que se ha dado y se dará es que El ha resucitado y nosotros resucitaremos.
No es fácil prever cada año cuándo se celebra la Semana Santa, ya sea, por ejemplo, para planificar unas pequeñas vacaciones.
La tradición de no comer carne los viernes de Cuaresma ha hecho que en estas fechas el consumo de pescado aumente.
No te preocupes, no te angusties, no te desesperes, que Dios nunca será vencido. El combate se torna fiero; Satanás lanza todas sus huestes para destruirte.
A menudo se les diagnostica a los niños "falta de concentración" en clase y luego se les encasilla dentro de esa clasificación para el resto de sus actividades.
En Descartes la sustancia es aquello que no tiene necesidad más que de sí mismo para existir.
Paciencia, ya que todo sigue un proceso, sino mira la naturaleza, desde la creación del mundo, hasta ahora.
En toda guerra hay todo un planteamiento doctrinal, sea de soberanía, religión, ideología, economía, que avala y justifica la agresión.
Yo te alabo Señor por tu ser, que no tiene principio ni final, ya que no fuiste creado, y eres eterno, oh Dios.
Cristo Jesús nos enseñó que su corazón es infinitamente compasivo. Que el nos reveló que su Padre es eternamente misericordioso.
No solo de siglos atrás, sino a nivel contemporáneo. Todos los grandes hombres según el mundo, no importa su poder o fama se mueren.
Somos parte de un todo, y no tomamos conciencia de la trascendencia de nuestros actos.
Esperabas un mesías que dijera que solo nos salvaremos los miembros de nuestra iglesia.