Panamá
Nuca te canses de amar
Es el amor incondicional, que a pesar de todo lo malo que hagamos, El jamás dejará de amarnos. El drama nuestro consiste en cerrar de parte nuestra la compuerta del agua o manantial divino que sigue ahí, contenido y que no dejamos que nos empape, ni bebemos de él.
- Monseñor Rómulo Emiliani
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- - Actualizado: 19/3/2022 - 12:00 am
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Nunca te canses de amar porque Dios es amor, y mientras más ames la presencia de Dios estará más activa en ti. Dios es el amor puro, total, absoluto, pleno e infinito. Es el amor sin mancha de egoísmo y de ningún interés que no sea amar para desear el bien de quien se ama. Es el amor incondicional, que a pesar de todo lo malo que hagamos, El jamás dejará de amarnos. El drama nuestro consiste en cerrar de parte nuestra la compuerta del agua o manantial divino que sigue ahí, contenido y que no dejamos que nos empape, ni bebemos de él. Pero sigue estando. Triste es no beber de esa agua que brota incesantemente y quedarse seca el alma. Entonces es cuando buscamos en los charcos inmundos del mundo lo que calme la sed, y aparecen todas las adicciones e idolatrías.
No hay que cansarse de amar, porque queremos que la presencia de Dios siga activa y plena en nosotros. Sabemos que la ingratitud, el ser malagradecido, la traición, el no reconocer lo que hemos hecho, el desprecio, el no responder al amor dado, causa en el dador, en el que ama, desmotivación, desánimo y hasta cansancio. Y la tentación es la de no amar más, dejar todo como está, responder con la misma moneda, y hasta decir: "ya no amo más, no creo en nadie, jamás me comprometo a nada". Y abandonar las causas, los compromisos, renunciar a participar en comunidades y proyectos humanitarios, dejar al cónyuge. Y eso es justamente lo que quieren las tinieblas: que abandonemos lo bueno que hemos estado haciendo. ¡Pues eso nunca!
Primero, nunca te arrepientas de haber amado. Todo queda escrito en el Libro de la Vida. Dios sí reconoce lo bueno que hemos hecho. El nos dará el ciento por uno y la vida eterna. Segundo, creciste como persona. Te hiciste mejor ser humano. Cuando uno ama se enriquece interiormente, se santifica. Y vive cierto estado de felicidad. Tercero, lo que hiciste dio fruto, aunque no te lo hayan reconocido. Las personas que fueron amadas por ti, las causas que defendiste y apoyaste, las obras realizadas, todas ellas fueron favorecidas en su momento por tu amor. Que no te han dado las gracias, que se han olvidado de ti, que no han reconocido el bien hecho, no importa.
Nadie podrá borrar el bien que has hecho. Sigue amando, nunca dejes de hacerlo, porque vivir en el amor es vivir en Dios. Y Dios te bendice porque amas, te da más fuerzas, sabiduría, discernimiento, esperanza. Y eres más feliz.
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