Pablo Edmundo Botello: Constructor de sueños
Publicado 2007/09/07 23:00:00
Si hay algo que caracterizaba a mi tío Pablo, era su amor por las personas, su familia y trabajo. No dudaba en expresar sus sentimientos y ayudar a todos a su alrededor sin importar quién fuera.
Cuando mi padre, Luis Manuel Botello Patiño muere, yo tenía apenas 14 años, muy joven y con grandes retos por delante. Y no fue coincidencia que ese mismo año, un día me llama a mi casa mi tío Pablo. "Te llamo porque quiero que seas caballero en el quinceaños de mi hija, Lourdes", su primera hija. Creo que nunca le dije lo emocionado que estuve en ese momento. Para mí fue un gran honor haber tenido tal designación. Me sentía acogido y desde entonces nuestra relación se fue fortaleciendo. Aquí vemos su amor por la familia sin condición alguna. Desde ese primer encuentro, mi tío empezó a comentarme aquellas historias de su época junto a mi padre. Cuando hablaba con él, eran conversaciones interminables, mi tía Lourdes y mis primas lo saben bien. Le hacía recordar la época de oro del periodismo nacional y de las enseñanzas que le había dado mi padre, el gran maestro de varias generaciones de periodistas. Cuando se entera que decido estudiar periodismo, su orgullo era incontenible y fue el primero en hacerme un recorrido de la escuela de periodismo de la Universidad de Panamá. Cuando llegamos a los laboratorios, me presenta frente a la placa que lleva el nombre de mi padre. Fue como un reencuentro directo y un recuerdo de que tenía que ser el mejor si seguía los pasos de ambos. Me asignó responsabilidades con sus estudiantes y no había hora en que no estuviera en las aulas enseñando. Su amor por el trabajo era inevitable. Como todo periodista panameño, hacía varios trabajos, pero nunca dejó la docencia que aprovechó para darme oportunidades invaluables.
Así que nunca dejó de pensar de la forma en que podía ayudarme a seguir las huellas de él y mi padre. Un día en la escuela de periodismo me entrega un recorte de periódico que anunciaba las prestigiosas becas Fulbright para estudiar en Estados Unidos. Me dice, "Luchito creo que debes aplicar". Al ganarme la beca meses después, me dice, "debes irte porque las oportunidades se presentan una sola vez". Así lo hicimos y esa oportunidad cambió mi vida y la de mi familia. Años después, luego de haber crecido profesionalmente, junto a mi esposa Ivonne y mis dos hijos pequeños, ahora radicado en Washington, D.C., me dice, "Luchito, superaste a tu padre". Siempre pensé que mi padre le había dado la misión de ayudarme.
Tío Pablo, gracias por tus enseñanzas y por tu paciencia, pero sobre todo por acogerme en tu familia como si fuera uno de tus hijos. Creo que fuiste tú el que realmente superaste a todos con el amor hacia los que se relacionaban contigo, lo vemos en este legado que dejaste, entre colegas, estudiantes y amigos, pero sobre todo por la familia que construiste.
Que Dios te tenga en su reino.
Si las tuberías se llegaran a tapar, por la irresponsabilidad de las personas que tiran basura, colchones y hasta refrigeradoras, se entraría por la cámara de inspección, se cortaría el agua con una compuerta que se ubicará en el inicio de la 9 de Enero, se limpiaría la basura y luego se abre la compuerta para que siga fluyendo el agua.
"Antes no había manera de entrar, los trabajadores del MOP literalmente tuvieron que bucear las tuberías", indicó el titular de Obras Públicas.
El primer tramo que colinda con la barriada 9 de Enero será de 240 metros lineales, mientras que el segundo (bajando hacia la entrada de El Bosque hasta los predios del mini-súper) será de unos 220 metros lineales.
El primer tramo está previsto a finalizar para el mes de diciembre de este año y el segundo, en marzo de 2008.
Las indemnizaciones o los pagos por afectaciones rondan el millón de dólares.
Colamarco señaló que para el área de El Bosque unas 23 viviendas se vieron afectadas, de éstas solo a dos residentes hubo que pagarles el valor de la vivienda, mientras que al resto solo por las afectaciones.
Para el área de la 9 de Enero, nueve familias fueron mudadas con la ayuda del Ministerio de Vivienda (MIVI) y le dieron una nueva ubicación.
Cuando mi padre, Luis Manuel Botello Patiño muere, yo tenía apenas 14 años, muy joven y con grandes retos por delante. Y no fue coincidencia que ese mismo año, un día me llama a mi casa mi tío Pablo. "Te llamo porque quiero que seas caballero en el quinceaños de mi hija, Lourdes", su primera hija. Creo que nunca le dije lo emocionado que estuve en ese momento. Para mí fue un gran honor haber tenido tal designación. Me sentía acogido y desde entonces nuestra relación se fue fortaleciendo. Aquí vemos su amor por la familia sin condición alguna. Desde ese primer encuentro, mi tío empezó a comentarme aquellas historias de su época junto a mi padre. Cuando hablaba con él, eran conversaciones interminables, mi tía Lourdes y mis primas lo saben bien. Le hacía recordar la época de oro del periodismo nacional y de las enseñanzas que le había dado mi padre, el gran maestro de varias generaciones de periodistas. Cuando se entera que decido estudiar periodismo, su orgullo era incontenible y fue el primero en hacerme un recorrido de la escuela de periodismo de la Universidad de Panamá. Cuando llegamos a los laboratorios, me presenta frente a la placa que lleva el nombre de mi padre. Fue como un reencuentro directo y un recuerdo de que tenía que ser el mejor si seguía los pasos de ambos. Me asignó responsabilidades con sus estudiantes y no había hora en que no estuviera en las aulas enseñando. Su amor por el trabajo era inevitable. Como todo periodista panameño, hacía varios trabajos, pero nunca dejó la docencia que aprovechó para darme oportunidades invaluables.
Así que nunca dejó de pensar de la forma en que podía ayudarme a seguir las huellas de él y mi padre. Un día en la escuela de periodismo me entrega un recorte de periódico que anunciaba las prestigiosas becas Fulbright para estudiar en Estados Unidos. Me dice, "Luchito creo que debes aplicar". Al ganarme la beca meses después, me dice, "debes irte porque las oportunidades se presentan una sola vez". Así lo hicimos y esa oportunidad cambió mi vida y la de mi familia. Años después, luego de haber crecido profesionalmente, junto a mi esposa Ivonne y mis dos hijos pequeños, ahora radicado en Washington, D.C., me dice, "Luchito, superaste a tu padre". Siempre pensé que mi padre le había dado la misión de ayudarme.
Tío Pablo, gracias por tus enseñanzas y por tu paciencia, pero sobre todo por acogerme en tu familia como si fuera uno de tus hijos. Creo que fuiste tú el que realmente superaste a todos con el amor hacia los que se relacionaban contigo, lo vemos en este legado que dejaste, entre colegas, estudiantes y amigos, pero sobre todo por la familia que construiste.
Que Dios te tenga en su reino.
Si las tuberías se llegaran a tapar, por la irresponsabilidad de las personas que tiran basura, colchones y hasta refrigeradoras, se entraría por la cámara de inspección, se cortaría el agua con una compuerta que se ubicará en el inicio de la 9 de Enero, se limpiaría la basura y luego se abre la compuerta para que siga fluyendo el agua.
"Antes no había manera de entrar, los trabajadores del MOP literalmente tuvieron que bucear las tuberías", indicó el titular de Obras Públicas.
El primer tramo que colinda con la barriada 9 de Enero será de 240 metros lineales, mientras que el segundo (bajando hacia la entrada de El Bosque hasta los predios del mini-súper) será de unos 220 metros lineales.
El primer tramo está previsto a finalizar para el mes de diciembre de este año y el segundo, en marzo de 2008.
Las indemnizaciones o los pagos por afectaciones rondan el millón de dólares.
Colamarco señaló que para el área de El Bosque unas 23 viviendas se vieron afectadas, de éstas solo a dos residentes hubo que pagarles el valor de la vivienda, mientras que al resto solo por las afectaciones.
Para el área de la 9 de Enero, nueve familias fueron mudadas con la ayuda del Ministerio de Vivienda (MIVI) y le dieron una nueva ubicación.
El proyecto de Rehabilitación del Sistema de Alcantarillado Pluvial entre las barriadas 9 de Enero y El Bosque, es financiado por el Fondo de Inversión Social (FIS) a un costo de 2.5 millones de balboas.
Los trabajos también incluyen la colocación de gaviones (mallas de acero para contener piedras) y para evitar el desprendimiento de tierra.
En la barriada 9 de Enero, específicamente en los Andes No.1, muchas familias perdieron todas sus pertencias a causa de las inundaciones.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.