Parque de Los Aburridos: el templo del dominó
Es uno de los lugares que guarda historia y decenas de anécdotas. Recientemente fue remozado por autoridades locales.
- Mogadiscio/
- - Publicado: 13/6/2002 - 11:00 pm
El Parque de Los Aburridos, centro de entretenimiento y anécdotas, es un pequeño espacio ubicado en el barrio de El Chorrillo, en las cercanías de la calle que divide este corregimiento con el de Santa Ana. Este conocido lugar es el punto de reunión de decenas de panameños, en su mayoría personas de la tercera edad, quienes se dedican al juego de dominó a su mejor nivel, y a manera de distracción.
El sitio ha servido de inspiración a artistas como Rubén Blades y Willie Colón, quienes en su álbum de 1981, donde surgieron éxitos como Madame Kalalú, Ligia Elena, El Telefonito, Tiburón, entre otros, lo denominaron "Al solar de los aburridos", en homenaje a este humilde lugar. Este local es reconocido por muchas personas como el templo del dominó en Panamá, puesto que allí solamente se reúnen aquellos individuos que dominan el juego casi a la perfección. Y es que cualquier practicante de este juego de habilidad puede participar, sólo resta esperar su turno para demostrar su destreza en la partida.
Augusto Riquelme, de 67 años, manifestó que ha venido a este lugar desde hace más de 40 años, por lo que jugar dominó al Parque de Los Aburridos le trae un sinnúmero de recuerdos, sobre todo de amigos que se han adelantado en el viaje eterno. Explicó que al principio no contaba con la habilidad que hoy tiene en el juego, situación que motivaba la risa y burla sana de los amigos de la época.
Recordó que antes se jugaba tranquilo, la gente venía con sus prendas de oro caminando tranquilamente, sin el peligro de ser atacados por los delincuentes, puesto que prácticamente no habían. No como ahora que cualquier "chiquillo" te saca un revolver y no le importa matarte por tres balboas. Sin embargo, señaló que sigue llegando al lugar porque le gusta, aparte que es el único sitio donde aseguró sentirse en familia.
Rolando Cedeño es una de las personas jóvenes que juega ocasionalmente en este sitio, dijo que quien aduce que es bueno en el dominó y no ha participado, ni ganado en el Parque de Los Aburridos, entonces no tiene el diploma de jugador experto.
"Estos viejos saben mucho y si te duermes te echan cuento, por lo que hay que andar ariscos con ellos", sostuvo. Expresó que no va al lugar con mucha frecuencia por las constantes balaceras que se registran en este sector y por la falta de seguridad, pues no se ven agentes policiales por el área con regularidad.
Uno de los que allí se encontraban que prefirió no revelar su nombre, detalló que para la época de las elecciones es común ver llegar la gran cantidad de políticos que hasta se tiran una partida de dominó y lo más triste es que no saben ni jugar, sólo lo hacen para ganar votos, después no los ves más hasta las próximas elecciones. Todos son iguales agregó.
Recientemente este sitio fue remozado por la Alcaldía de Panamá, donde se procedió a colocarles bancas, reparar aceras y proporcionarles la mano de pintura que tanto necesitaba, sin embargo, los asistentes al Parque de Los Aburridos esperan más de las autoridades locales.
Este sitio, junto al parque de Santa Ana, Casco Antiguo, y sectores similares, son puntos ricos en historias, que muchas veces son narradas por los viejos que vivieron aquellos momentos que nunca más volverán.
El sitio ha servido de inspiración a artistas como Rubén Blades y Willie Colón, quienes en su álbum de 1981, donde surgieron éxitos como Madame Kalalú, Ligia Elena, El Telefonito, Tiburón, entre otros, lo denominaron "Al solar de los aburridos", en homenaje a este humilde lugar. Este local es reconocido por muchas personas como el templo del dominó en Panamá, puesto que allí solamente se reúnen aquellos individuos que dominan el juego casi a la perfección. Y es que cualquier practicante de este juego de habilidad puede participar, sólo resta esperar su turno para demostrar su destreza en la partida.
Augusto Riquelme, de 67 años, manifestó que ha venido a este lugar desde hace más de 40 años, por lo que jugar dominó al Parque de Los Aburridos le trae un sinnúmero de recuerdos, sobre todo de amigos que se han adelantado en el viaje eterno. Explicó que al principio no contaba con la habilidad que hoy tiene en el juego, situación que motivaba la risa y burla sana de los amigos de la época.
Recordó que antes se jugaba tranquilo, la gente venía con sus prendas de oro caminando tranquilamente, sin el peligro de ser atacados por los delincuentes, puesto que prácticamente no habían. No como ahora que cualquier "chiquillo" te saca un revolver y no le importa matarte por tres balboas. Sin embargo, señaló que sigue llegando al lugar porque le gusta, aparte que es el único sitio donde aseguró sentirse en familia.
Rolando Cedeño es una de las personas jóvenes que juega ocasionalmente en este sitio, dijo que quien aduce que es bueno en el dominó y no ha participado, ni ganado en el Parque de Los Aburridos, entonces no tiene el diploma de jugador experto.
"Estos viejos saben mucho y si te duermes te echan cuento, por lo que hay que andar ariscos con ellos", sostuvo. Expresó que no va al lugar con mucha frecuencia por las constantes balaceras que se registran en este sector y por la falta de seguridad, pues no se ven agentes policiales por el área con regularidad.
Uno de los que allí se encontraban que prefirió no revelar su nombre, detalló que para la época de las elecciones es común ver llegar la gran cantidad de políticos que hasta se tiran una partida de dominó y lo más triste es que no saben ni jugar, sólo lo hacen para ganar votos, después no los ves más hasta las próximas elecciones. Todos son iguales agregó.
Recientemente este sitio fue remozado por la Alcaldía de Panamá, donde se procedió a colocarles bancas, reparar aceras y proporcionarles la mano de pintura que tanto necesitaba, sin embargo, los asistentes al Parque de Los Aburridos esperan más de las autoridades locales.
Este sitio, junto al parque de Santa Ana, Casco Antiguo, y sectores similares, son puntos ricos en historias, que muchas veces son narradas por los viejos que vivieron aquellos momentos que nunca más volverán.
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