Riga, art nouveau por doquier

Nuestra visita al casco histórico de la capital de Letonia, certeramente denominado Patrimonio UNESCO, nos dejó boquiabiertos. ¿Quien pensaría que esta pequeña ciudad de 750,000 almas, de poca mención, ubicada a orillas del nórdico Mar Báltico en Europa sería señuelo mundial en cantidad y calidad de edificios Art Nouveau?

Para aquellos lectores, neófitos como yo, el estilo arquitectónico Art Nouveau, también conocido como Modernista o Liberty, se caracteriza por el uso de líneas suntuosas y elementos naturales típico de finales del siglo XIX. Siendo Riga una de las ciudades más importantes del imperio ruso, se convirtió en la más suntuosa de la época por la alarmante construcción de cientos de edificios de este elegante estilo.

No se necesita ser arquitecto para deleitarse con aquel inesperado espectáculo, pero aquellos que gozan de esa especialidad debiesen convertir a Riga como visita obligatoria, tal cual Disney World para los infantes, por lo menos una vez en su vida, para apreciar y extasiar la vista y brotar la imaginación en ese vasto parque de fantasías.

Tal cual el resto de las pequeñas repúblicas que le rodean (Lituania y Estonia), Letonia se mantuvo bajo el yugo ruso, Nazi y Soviético en una nórdica Europa caracterizada por la sumisión a las potencias militares hegemónicas durante siglos, realidad que nos ayuda a esclarecer la ilógica y criminal invasión a la soberanía ucraniana por las huestes de Putin en pleno siglo XXI.

Presenciar el rebrote de la autonomía que se respira en estos lares tras la opresión de tiranías foráneas contribuyen a la trascendencia de la plena libertad en la totalidad del territorio ucraniano, denominador común de un siglo XXI donde aún acicala la obtusa visión de algunos por la dominación y conquista de naciones soberanas.

Impresionante derroche de detalles en cada esquina de sus adoquinadas callejuelas, desde estatuillas hasta lienzos que pintarrajean húmedos recodos de paredes que de otra forma se perderían en el olvido. Metrópoli impecablemente enjuagada de una limpieza que obliga sonreír al espíritu, con una población ducha en cariño y curiosa por intimar nuestros tropicales orígenes.

Considerada la perla del Báltico, en adición a su riqueza en arquitectura Art Nouveau, Riga refleja una impresionante mezcla de estilos en un sitio que formó parte de la Liga Hanseática durante el medievo época que estuvo bajo el dominio de mandatarios suecos y polacos, gozando de vigorosa vida cultural, destino ideal que cautiva el corazón de aquellos que gozan del categórico privilegio de visitarle.