Rosh Hashaná – El Año Nuevo Judío
Al caer el sol de este viernes 18 de septiembre, el pueblo judío estará iniciando el año 5770 de su calendario. La festividad de Rosh Hashaná, el año nuevo judío se prolonga durante dos días culminando al anochecer del domingo 20.
La tradición judía enseña que el mundo fue creado en Rosh Hashaná hace 5770 años (de acuerdo al recuento de la Biblia, que debe tomarse en sentido simbólico); por lo tanto cada año en esta fecha, como enseña el Talmud, cada criatura pasa delante del Creador para ser juzgada, como un rebaño frente a su pastor o una tropa frente a su general. Otro nombre de la fiesta es Iom Hadin, el Día del Juicio.
Por eso, la celebración de Rosh Hashaná tiene un aire distinto al año nuevo del calendario civil. La noción del juicio divino nos obliga a reflexionar en profundidad sobre las acciones que hemos realizado en el año que finaliza tratando de mejorar aquello que hicimos bien y de corregir aquello que no hicimos bien. Nuestras herramientas son la plegaria, el arrepentimiento sincero y las acciones reparadoras de ayuda a aquellos que están necesitados.
Sabedores de nuestras limitaciones, asumimos nuestro juicio con humildad, reconociendo que hemos cometido errores. Es parte de la condición humana. Nuestra expectativa de salir airosos del juicio divino no pasa entonces por la justicia divina, apelamos a la otra faceta de Dios, Su misericordia.
En ese sentido, Rosh Hashaná es también Iom Hazikarón, el Día del Recuerdo. En este día rememoramos los hechos de lealtad de nuestros patriarcas y le recordamos a nuestro Juez quienes somos y de donde venimos, esperando ser tratados con indulgencia, no por nosotros sino por ellos. Pero al recordarle a Dios también lo hacemos a nosotros mismos. La fe y el compromiso de nuestros antepasados son una poderosa fuente de inspiración para ennoblecer nuestras vidas.
El precepto más importante de Rosh Hashaná es escuchar el sonido del Shofar, un cuerno, generalmente de carnero, cuyo sonido penetrante a decir del notable filosofo medieval Maimónides constituye una invitación a despertar de nuestro letargo, a sacudir nuestras conciencias adormecidas y retornar a la senda del bien.
En la Torá (Pentateuco), esta fiesta es llamada Iom Truá, el Día del Toque del Shofar. La rutina, el confort, la pereza, adormecen nuestras almas; un enérgico Shofar nos sacude, nos intimida, nos llama a la acción. Debemos salir transformados de la vivencia de Rosh Hashaná pues sólo asumiendo el reto de mejorarnos a nosotros mismos podremos responder al llamado de perfeccionar el mundo.
En los días previos y durante la fiesta, el saludo tradicional es Leshaná Tová, que tengas un buen año. Algunos agregan Umetuká, que esté lleno de momentos dulces. (De ahí la costumbre de comer manzana con miel durante Rosh Hashaná). Otra forma de saludarnos es Leshaná Tová Tikatev, que tengas un buen año y que seas inscripto en el libro de la vida. (Como resultado del juicio divino).
Y ese es precisamente mi deseo para este nuevo año del calendario judío. Que tengamos un año bueno y dulce y seamos inscriptos en el libro de la vida. Leshaná Tová.
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