¿Se abren los cielos panameños?
Tocumen, cuenta con la factibilidad de convertirse en un centro mundial de operaciones aéreas que hasta el momento no ha sido estructurado para ese fin. Es una apuesta ganar-ganar que nos permitiría ostentar en el mercado aéreo lo que somos en el marítimo.
Vista del Aeropuerto de Tocumen. Se crearía una fuente importante de puestos de trabajo y la factibilidad de viajes a nivel mundial para el ciudadano común panameño, fomentando el turismo hacia Panamá. Foto: Archivo. Epasa.
Con el anuncio de las nuevas rutas desde Los Angeles y Orlando, al igual que la reactivación de la ruta desde Nueva York hacia Tocumen, Delta Airlines penetra vigorosamente el mercado aéreo istmeño, añadiendo otra frecuencia semanal desde su sede en Atlanta. El anuncio es una apuesta positiva para nuestro alicaído turismo que adicionalmente crea una competencia con Copa Airlines, que poseía el monopolio en las rutas hacia Los Ángeles y Orlando.
Ello, seguramente, ha de fomentar no solamente una baja en las tarifas en la lucha por el control de las rutas, sino una mejoría en el servicio al cliente. Esto último es algo que hemos visto recientemente en la ruta Panamá-Miami, donde American Airlines ha incorporado nuevas aeronaves en reemplazo de modelos desfasados para poder competir mano a mano con Copa.
El razonamiento detrás de todo esto no es el resultado del libre albedrío. Las aerolíneas cuentan con departamentos de análisis de mercados y competencia que apoyan todas estas decisiones.
Delta decidió entrar con mayor ahínco en el mercado panameño porque el istmo representa mucho más que el mercado panameño. Tomando también la decisión por la futura apertura de la nueva terminal de Tocumen que permitirá mayores volúmenes y expansión hacia otros mercados.
De mayor peso aún es el hecho que la apertura de la ruta Orlando-Panamá es la primera ruta internacional de Delta desde ese puntual hub del centro del estado de Florida que sirve a un importante grupo de aerolíneas de bajo costo, incluyendo Sun Country, Southwest, JetBlue y Frontier, que muy seguramente pronto seguirán su iniciativa.
La entrada al mercado de todos estos jugadores invita a un mayor y robusto crecimiento de nuestro turismo. En la medida que exista mayor competencia, los precios para volar desde Panamá hacia el resto del mundo beneficiarán al pasajero local. El panameño podrá contar con precios asequibles que abaratarán los viajes y su acceso al mercado mundial.
¿Cómo es posible, por ejemplo, que una aerolínea de bajo costo pueda ofrecer vuelos desde Nueva York a París por $199?
Es este el caso de la aerolínea francesa French Bee que opera desde el aeropuerto de Newark al parisino Orly, más pequeño que su homólogo Charles de Gaulle y más cercano al centro de la ciudad.
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El precio de $199 es por un boleto en cada dirección y es la tarifa básica que incluye una maleta de 26 libras en la cabina. Los pasajeros también pueden escoger niveles de precios para variadas opciones como maletas registradas, comidas y selección de asientos.
Las aeronaves son Airbus A350-900 totalmente nuevas. French Bee, también vuela hacia París desde San Francisco sirviendo también a Papeete, Tahití en el Pacífico Sur.
Tocumen, entonces, cuenta con la factibilidad de convertirse en un centro mundial de operaciones aéreas que hasta el momento no ha sido estructurado para ese fin. Es una apuesta ganar-ganar que nos permitiría ostentar en el mercado aéreo lo que somos en el marítimo.
Más importante aún, crearía una fuente importante de puestos de trabajo y la factibilidad de viajes a nivel mundial para el ciudadano común panameño, fomentando el turismo hacia Panamá para el logro de un despegue verdadero que multiplique el número de visitantes anuales de 2 hacía 20 millones.
Entonces, sí podremos portar los pantalones largos en el turismo regional con un mejoramiento significativo en la calidad de vida de todos nuestros compatriotas.
Líder empresarial.